Denuncian descontrol en la gestión del hotel-covid en Medina

D.V.
-

La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) asegura que el castillo de la Mota no disponía de lugar adecuado para confinar y que los alojados han deambulado por él "sin que nadie se lo impidiera"

Castillo de la Mota.

La Central Sindical Independiente y de Funcionarios denuncia que la utilización del castillo de la Mota en Medina del Campo, como hotel-COVID para alojar a personas que no disponían del lugar adecuado para confinarse, “no se ha hecho adecuadamente, sino de manera precipitada y sin ningún control por parte de la Junta de Castilla y León”.

El sindicato explica que, ante una previsión inicial que no superaría los tres o cuatro casos, en realidad se alojaron un total de 25 personas, de las que 15 fueron positivas. “Ha habido confinados muy diversos, como peregrinos, componentes de una orquesta o gente sin techo. La procedencia de las nacionalidades ha sido variada e incluso se ha alojado una persona con minusvalía, en unas instalaciones no adaptadas”, apuntan.

Sin embargo, estos confinados, como señalan que han detectado los trabajadores, “han deambulado por el castillo sin que nadie se lo impidiera, ya que no había personal de seguridad contratado para esa ello”, a pesar de que “el castillo continúa abierto como recurso turístico”, de manera que las visitas “han podido cruzarse con posibles positivos”.

Desde CSIF ponen de relieve que los diez trabajadores del castillo, dependiente de la Junta, “tuvieron que improvisar y llevar a cabo tareas que nada tienen que ver con sus categorías profesionales sin haber recibido protocolos de actuación, ni medios adecuados”, sino que “acudieron directamente al centro de salud para aprovisionarse de mascarillas y guantes o tomaron las medidas preventivas que consideraron adecuadas”, al tiempo que “administraron medicación, bregaron con inquilinos con actitudes violentas o atendieron a familiares que se quejaban de falta de información, entre otras tareas y gestiones”

“Cruz Roja dejaba a los posibles casos de COVID-19 en la puerta del castillo y a partir de ahí el desconocimiento y la improvisación eran ley. El personal de servicios es el que se preocupaba por los confinados, cuando veía que las bandejas de comida estaban intactas al día siguiente”, apunta una delegada del sindicato.