Mejoras en el firme de la A-62 entre Tordesillas y Nava

D-V-
-

Las obras se desarrollarán en los términos municipales de Tordesillas, Pollos y Nava del Rey por un importe de 5,5 millones de euros

Un paso superior de la A-6

El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) adjudicó el contrato de obras de rehabilitación del firme de ambas calzadas de la autovía A-62, Autovía de Castilla, entre los kilómetros 157 y 172. Las obras se desarrollarán en los términos municipales de Tordesillas, Pollos y Nava del Rey, en la provincia de Valladolid, por un importe de 5,5 millones de euros.

Esta actuación se incluye dentro del programa de conservación y mantenimiento de la Red de Carreteras del Estado, en el que se invierten más de 53 millones de euros desde junio de 2018 en la provincia de Valladolid, y que genera un "impulso significativo para mejorar la calidad de servicio de la infraestructura viaria estatal existente", destacaron desde el Gobierno.

A la vista de los resultados de la auscultación del firme realizada, se diseñó una rehabilitación mixta mediante el fresado y reposición de determinadas zonas, y el posterior extendido de una capa de refuerzo adicional de tres centímetros de espesor constituida por una mezcla bituminosa en caliente de tipo discontinua.

Se fresará un espesor de siete centímetros en todo el ancho de todos los carriles, reponiéndose estas con mezclas bituminosas. En las zonas en que se detecte la necesidad de un saneo más profundo, se fresarán 15 centímetros, de los que ocho se repondrán con el tipo de mezcla bituminosa en caliente, y siete con el tipo de mezcla bituminosa.

Se contemplan en esta actuación técnicas medioambientalmente sostenibles, como el reciclado parcial del material procedente de las operaciones de fresado. Además, se emplearán mezclas bituminosas "semicalientes", en las cuales el empleo de betunes especiales y aditivos permiten disminuir la temperatura mínima de mezclado en al menos 40 grados centrígrados respecto a la mezcla "caliente" equivalente; de este modo, las semicalientes necesitan menos cantidad de combustible de origen fósil en su puesta en obra, reduciéndose la huella de carbono.