100 millones y un tatami nuevo

SPC
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La Escuela de Judo Seiza reparte entre socios y familiares el Gordo salmantino

Dos personas se abrazan a las puerta de la escuela después de saber que cada décimo está premiado con 400.000 euros. - Foto: Europa Press

El Gordo de la Lotería de Navidad finalmente fue ‘vencido’ en Salamanca sobre el tatami de la Escuela de Judo Seiza, donde se repartieron casi cien millones de euros del primer premio del Sorteo Extraordinario. Una cantidad que servirá para «tapar agujeros y alguna cosa más», pero desde luego para dotar de un nuevo tatami de competición a la escuela, que acaparó la mayor parte de las 25 series delGordo vendidas en la capital charra. El dueño y ‘sensei’ de la escuela, Francisco Valle, se mostraba «muy contento» con la noticia, mientras comenzaban a llegar algunos de los 50 niños que pertenecen a la misma y sus familiares, emocionados con el premio recibido gracias al 26.590. «Llevamos jugando cinco años con el mismo número, ya que el otro que jugábamos antes no lo pudimos coger entonces, y ya nos hemos abonado a este», comentaba el director de la escuela, quien reveló que el madrugador Gordo le pilló «en la cama». «Me llamó mi amigo Andrés para que pusiese la tele y al principio pensaba que era broma, pero luego el móvil no ha parado de sonar y he visto que era cierto», relató a Ical.

«Hemos repartido mucho dinero porque casi todos los décimos del número los teníamos nosotros», continuó Valle. No obstante, el ‘sensei’ mostró su satisfacción porque el premio “se haya quedado en Salamanca, sobre todo entre los alumnos y familiares” de la escuela. Un lugar en el que, además, «hacia falta», dado que se encontraban buscando patrocinador «para cambiar el tatami y poner uno de competición», además de para financiar «toda la próxima temporada», por lo que consideró el premio «una ayuda fenomenal».

De entre las participaciones repartidas desde la Escuela de Judo Seiza, destacan las que juegan los empleados del centro especial de empleo ‘Porsiete’ de Salamanca, cuyos diez trabajadores tuvieron «al menos una papeleta» del premio, tal y como revela Cándido Iglesias, uno de los empleados y agraciados con 100.000 euros.

También agraciado fue el matrimonio formado por David Díez y Mercedes Pérez, que, en cuanto al destino del premio, y tal y como señalaron la mayoría, va «para tapar agujeros», pero también para gastos personales que «ya era hora de que tocase algún día».