capacitación y apoyo a familias cuidadoras de personas dependientes a su cargo, mayores de 65 años, en el que ofrece un espacio de descanso y respiro a través del acompañamiento y apoyo del voluntariado.
En 2019, según datos de la ONG, se beneficiaron de este proyecto cerca de un centenar de personas cuidadoras no profesionales de mayores, gracias a la colaboración de más de 40 personas voluntarias. Este proyecto está subvencionado por la Junta de Castilla y León con cargo a la asignación tributaria del IRPF.
La responsable del Servicio Multicanal SerCuidadorA, Aurora González, asegura que “cuidar se conjuga en femenino, singular y privado”, al referirse a la labor que llevan a cabo las personas cuidadoras no profesionales, labor que, muchas veces, queda “invisibilizada porque se realiza fundamentalmente en el ámbito del domicilio privado y se trata de una actividad no remunerada”.
Según los datos de las personas atendidas por Cruz Roja, más del 80 por ciento de las personas que cuidan son mujeres. Además, la mayoría de ellas son familiares de la persona dependiente (hijas o esposas). “Otras características del perfil mayoritario de la persona cuidadora es que tiene una edad superior a los 50 años, comparte domicilio con la persona cuidada, afronta su labor a diario, carece de ocupación remunerada y comparte este rol de cuidadora con otros roles familiares y no recibe ayuda de otras personas”, indicó Aurola González.
Con la llegada de la nueva normalidad, Cruz Roja quiere seguir ofreciendo su apoyo a estos cuidadores y ha elaborado un decálogo, en el que también recomendar que se pongan en contacto con la ONG a través del teléfono 900 365 100 ante cualquier duda o necesidad de apoyo emocional.
En el decálogo también se aconseja reanudar, en la medida de lo posible, las actividades que realizaban antes del confinamiento, “sentirse útil y reconoce el esfuerzo que has realizado durante este periodo de confinamiento” y pide a los cuidadores que reserven un tiempo para ellos para hacer algo que les guste y reconforte.