Los acaldes de los municipios más grandes de la provincia lo tienen claro. Lo peor de la pandemia ha quedado atrás y este verano van a abrir las piscinas municipales con el objetivo de que sus vecinos tengan un lugar de esparcimiento «completamente necesario» después de tantos meses de restricciones y confinamiento. Los pueblos más grandes y también los más pequeños de la provincia apuestan por su apertura, aunque con distintos matices.  

Existe una clara diferencia entre aquellos que se encuentran cerca de la capital y los que no. Los primeros se protegen en buena medida de la posible llegada de los vecinos de la capital y tienen diferentes precios para empadronados o usuarios llegados de fuera. Mientras que los más alejados venden entradas con el mismo precio para todos los usuarios. 

Los consistorios llevan trabajando durante las últimas semanas en la preparación de las instalaciones. «Ya lo tenemos todo», aclara por ejemplo el alcalde de Tudela de Duero, Luis Javier Gómez. Se han contratado ya los equipos de socorristas y de recepcionistas para atender a los usuarios de las instalaciones. 

Los operarios llevan días trabajando tanto en los vasos como en las zonas ajardinadas para que se mantengan las distancias entre todos los usuarios. Todo parece que está listo para sus aperturas que se llevarán a cabo a mediados de junio, unos días antes o después. 

Tal y como se recoge en la normativa impuesta por la Junta de Castilla y León, los ayuntamientos arrancarán la temporada con aforos que no superarán el 50 por ciento y no prevén tener mayores problemas con esta medida. Son conscientes de que puede variar a lo largo del verano y se irán adaptando a las circunstancias según vaya evolucionando la pandemia. 

Algunos municipios cuentan con la ventaja de que sus vecinos disponen en sus casas de piscinas de verano y no es necesario que se acerquen a las instalaciones municipales y algunos alcaldes recuerdan que durante el pasado verano se compraron multitud de piscinas  de pequeño tamaño que se instalaron en las viviendas. Estas dos circunstancias seguramente restarán afluencia de público.  

precios. Los ayuntamientos son conscientes de que sus muchos de sus vecinos están pasando por malos momentos económicos debido a la pandemia. Por ello, han decidido no aumentar los precios de las entradas ni de los bonos temporales para este verano. En algunos casos, las entradas permanecen congeladas desde hace años y se mantendrán así también en este 2021 porque los alcaldes no consideran que sea el momento de incrementarlos. Varían mucho dependiendo de los pueblos y de su tamaño, pero puedes oscilar desde los dos euros a los tres y medio. 

Lo que no se prohibirá, al contrario de lo se hará en la capital, serán las entradas individuales. Sí se permitará que los responsables de las piscinas cobren e intercambien monedas y billetes.  

Las instalaciones están siendo aclimatadas a las condiciones establecidas para este verano. Algunos municipios están haciendo lo mismo que en la capital y están parcelando sus zonas verdes para que los usuarios tengan su propio espacio y no se produzcan contagios. Igualmente, también se tomarán todas  las medidas dentro de los vestuarios para que los vecinos no tengan problemas a la hora de cambiarse.

Los espacios serán diferentes dependiendo de los espacios en las zonas verdes. Lo más habitual es que las parcelas sean de 1,5 metros por tres, aunque existen diferencias entre los municipios. 

El cierre de la temporada también varía dependiendo de los pueblos, sus fiestas o sus circunstancias. Oscila entre los primeros días de septiembre y en algunos casos se alarga hasta bien entrado el mes. 

De esta forma, los municipios cambian completamente la tendencia en comparación con el pasado verano, cuando tan solos unos pocos se atrevieron a abrir sus instalaciones como consecuencia de la pandemia. Este verano sí se podrá acudir y disfrutar de los tradicionales chapuzones en los pueblos.