La plantilla de la prisión arrastra un déficit del 22%

A. G. Mozo
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El centro penitenciario debiera tener 289 funcionarios y son solo 224, una cifra que continuará bajando por el goteo de jubilaciones y pases a segunda actividad, junto con la escasez de nuevas plazas convocadas

Interior del Centro Penitenciario de Valladolid. - Foto: José Carlos Castillo

65 funcionarios. La plantilla del Centro Penitenciario de Valladolid arrastra un déficit del 22,5% que se plasma en esos 65 funcionarios que necesitaría para completar un equipo que, según denuncian los sindicatos, lleva años supliendo con su «esfuerzo» la «escasez» de plazas de funcionario que vienen convocando los distintos gobiernos. «Ahora hay prevista una oferta de empleo con 1.063 vacantes, pero es que, por RPT(Relación de Puestos de Trabajo), faltarían unos 3.400 en toda España. Esos mil tendrían que venir todos a Castilla y León para completar todas las carencias que hay en las plantillas de la región», resume el delegado de CSIF en la prisión provincial, Honorio Gordo Fernández.

En el caso de ‘Villanubla’, ahora hay 224 funcionarios y la RPT está en 289. Y lo peor, según denuncian los sindicatos, es que el panorama a corto plazo no pinta nada bien, por el goteo de jubilaciones y pases a segunda actividad previstas: «La media de edad en Valladolid está en los 54-55. Esto no es de un año para otro, sino que llevamos años de pérdidas de personal, años de dejadez de los gobiernos», censura Manuel Salgado, de Acaip, quien critica una oferta de empleo «que saben insuficiente» porque «falta gente en todas las cárceles». «Si ni siquiera sabemos cuánta gente nos van a mandar de esos mil y pico que se han convocado», apostilla el delegado de CSIF, quien detalla que «ahora se está tirando con 17 que hay en prácticas, pero que ni se sabe cuándo se tendrán que ir».

Una decena de jubilaciones. En el horizonte más próximo de la cárcel vallisoletana aparecen ya «una decena de jubilaciones», entre los funcionarios que se van a casa y los que pasan a segunda actividad, «en puestos de oficinas» que son «los que tienen más de 57 años y llevan más de 25 años de antigüedad en Interior», detalla Honorio Gordo a este periódico.

El problema de falta de personal en la prisión provincial se extiende también al ámbito sanitario, toda vez que ahora hay ocho médicos y enfermeros, cuando debieran ser 16. «Tenemos dos médicos y un subdirector médico, es decir, tres, cuando lo que marca es que sean ocho y no estamos tan mal porque hace nada solo había uno. Y luego hay cinco enfermeros y el número estipulado es también de ocho», enumera el delegado de CSIF.

Por su parte, Manuel Delgado, de Acaip, reconoce que, al menos, este déficit de personal del 22% no ha coincidido en el tiempo con las épocas de mayor ocupación del Centro Penitenciario de Valladolid, lo que hace posible que el trabajo sea meridianamente asumible: «La población reclusa ha bajado en los últimos años, pero, claro, no lo ha hecho al mismo nivel que la falta de funcionarios. Aquí llegó a haber 600 reclusos y ahora son unos 350, de los que quince o así suelen estar en el CIS», recuerda.

El último dato oficial señala que hay 405 internos en Valladolid, una cifra en la que se incluyen también los que ocupan una celda del CIS (Centro de Inserción Social) que hay en Santovenia de Pisuerga. De ellos, 347 son penados –población reclusa estable, a los que se refería Delgado en su recuento– y 58 son preventivos –reclusos que están en prisión a la espera de juicio o de una sentencia–. 48 son mujeres y 357, hombres. 

Protocolos covid-19. Además de las dificultades por la carestía de personal, se une en estos meses, la aplicación de todos los protocolos que exige la pandemia y que hasta ha obligado a modificar los turnos  de trabajo para reducir riesgos y evitar desplazamientos, de modo que trabajan dos días seguidos y a continuación libran seis. La primera de estas jornadas se empalma un turno de mañana y uno de tarde, y en la siguiente, se hace uno de 24 horas (tres turnos, mañana, tarde y noche).

Los sindicatos destacan que en ‘Villanubla’ «apenas está habiendo casos», ya sea por «suerte» o por «hacer bien las cosas». «Cuando los internos vuelven de permiso o a los que ingresan, se les impone una cuarentena de diez días. Además, se han prohibido los vis a vis, pero se les han aumentado las llamadas de diez a quince», especifican.