Admite que dio a su madre 70 pastillas y luego la asfixió

D.V.
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Sacramento había sufrido un ictus y no hablaba. Su hijo asegura que ella no quería sobrevivir a su suicidio, algo que él pensaba ejecutar lanzándose al vacío desde un hotel de Benidorm

Admite que dio a su madre 70 pastillas y luego la asfixió

El acusado de asesinar a su madre impedida, César F. M., aseguró este jueves en el primer día del juicio con jurado popular en la Audiencia Provincial, que le dio entre 60 y 70 pastillas para que se las tomara porque ella no quería «sobrevivir» al suicidio que había anunciado su hijo, lanzándose desde un hotel (un rascacielos) de Benidorm (Alicante). «Mi madre no quería sobrevivir a mi muerte y estaba convencido de lo que ella quería», declaró antes de justificar que él simplemente ayudó a «ejecutar» su deseo, ya que en ningún caso la forzó a tragarse las pastillas y aseveró que se limitó a suministrar esa medicación «a mayores» porque su madre se lo había pedido.

El 28 de enero de 2018 le puso entre 60 y 70 pastillas en un tupper y afirmó que fue ella la que las fue cogiendo y tomando con su mano «buena». «Ella se dio cuenta de que estaba tomando las pastillas, pudo haber negado, con la cabeza, que no lo quería, pero no lo hizo», dijo en declaraciones recogidas por Ical. Fue un cóctel de codeína, morfina, citalopram, lorazepam, pregalalina, ácido salicílico y paracetamol, a lo que luego se sumó la asfixia, al ver que no fallecía, colocando en boca y nariz algodones fijados con cinta adhesiva, y tapando la cara con una almohada para acelerar su muerte.

¿ASESINATO O SUICIDIO?

Por ello, su abogada rechaza la tesis de la Fiscalía de que fue un asesinato y avanzó al jurado popular su idea de que fue un caso de cooperación al suicidio, por lo que ella reclama su internamiento en un centro psiquiátrico durante dos años: «La realidad es que ambos deseaban morir. La madre no quería sufrir por la muerte del hijo, que era el que vivía con ella y la cuidaba».

César suspiró y, luego, lloró cuando la defensa le preguntó si quería a su madre, y, finalmente, asintió con la cabeza. «Ella no se valía por sí misma y, con todo el amor y el cariño del mundo, me antepuse a ella. Su voluntad era morir. Así que le dije que ella iba a morir con medicación y yo me iba a suicidar en Benidorm». En este sentido, explicó que eligió el hotel Bali, el más alto de España, para no fallar en su propósito de suicidarse: «Soy un chico muy perfeccionista y quería asegurarme de que iba a morir al cien por cien y no quedar paralítico», sentenció.

La fiscal replicó que César F.M. «planificó» y «ejecutó» la muerte de su madre. «Los médicos dicen que Sacramento no tenía capacidad de comprender lo que se le proponía y su hijo se aprovecha de que su madre estaba desprotegida», dijo antes de rechazar que pueda ser un «homicidio piadoso».