Una semana casi perfecta

M.B
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El Real Valladolid redondeó ayer su gran semana con el triunfo ante el Villarreal en el Estadio de la Cerámica con un gol de Leo Suárez y con Masip como protagonista, parando un penalti a Gerard Moreno

El Real Valladolid redondeó su gran semana ayer con un triunfo en casa del Villarreal. Una victoria basada en el trabajo colectivo, sobre todo en el aspecto defensivo, que le permite saltar a la novena plaza, con 9 puntos.

Los blanquivioleta venían de empatar en Balaídos y de ganar al Levante en Zorrilla, pero ayer tenían enfrente a todo un Villarreal, conjunto que está hecho para luchar por estar de nuevo en las competiciones europeas. Además, Sergio González tenía las bajas de Óscar Plano, por lesión; y de Enes Ünal, por la llamada cláusula del miedo. Eso le hizo modificar su once. Colocó de enganche con Cop a Leo Suárez, cedido también por los amarillos a Valladolid. Y el argentino respondió con un gol en los primeros compases de la segunda parte.

Porque el encuentro se resolvió con ese solitario tanto. Leo Suárez amortiguó un rechazo de la defensa local con el pecho y enganchó un zurdazo lejos del alcance de Sergio Asenjo. Lo demás se puede resumir con un quiero pero no puedo del Villarrreal y con un Pucela bien armado en defensa, solidario en las ayudas y sin desdeñar buscar la portería rival. 

En la primera parte, los blanquivioleta jugaron más sueltos. Amortiguaron la salida del Villarreal y buscaron con su buen trato de balón a Asenjo. Tuvieron alguna oportunidad, sobre todo en las botas del croata Cop; y atrás cerraron bien las vías de llegada, aunque Gerard Moreno tuvo la mejor ocasión, con un chut al palo.

La segunda comenzó con el 0-1. Eso hizo reaccionar al cuadro local y que el pucelano diese un paso atrás. Tuvieron ocasiones los de Garrido, siempre con Gerard Moreno, pero con poco acierto. Hasta de un penalti dispusieron. El VAR, controvertido siempre, volvió a actuar en contra del Pucela y el colegio concedió la pena máxima por mano de Kiko Olivas. Masip acertó a atajar el disparo con el pie y dejó casi visto para sentencia un partido que murió con otra acción de video arbitraje, en un fuera de juego, igual de controvertido, de Nacho, que significaba el 0-2.