Minotauro, amor por un deporte

M.B
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Alrededor de 140 jugadores se calzan las botas y vuelven a jugar recordando al mítico club de rugby

Minotauro, amor por un deporte.

El Salvador, VRAC, Arroyo, San Agustín, Zorrilla, Galileo, Cotanillo, CDU, Ranas, Moreras... el rugby en Valladolid ha tenido y tiene un buen número de clubes que han defendido el amor a un deporte, el del oval, con sus valores un paso por delante. Uno de ellos fue el Minotauro, un club con pocos años de historia, todos en la década de los 90 del siglo pasado, pero mucha historia en esos años. 

Sus colores, sus dos ascensos a la entonces Primera Nacional y sus etapas formativas son aún recordadas por todos los que por allí pasaron, hoy en alguno de los tres clubes que siguen vivos en la provincia.

Por eso, alrededor de 140 jugadores (unos 110 del propio Minotauro y otros llegados desde Burgos, Asturias y Madrid) se volvieron a calzar las botas la semana pasada para recordar lo que fue ese club y para homenajear a dos de sus jugadores, hoy tristemente ya fallecidos, Luis Gallardo y Félix Carrión. Ambos hicieron que esos 140 jugadores se enfundasen de nuevo sus camisetas y jugasen tres encuentros de 20 minutos cada uno en el césped de Pepe Rojo.

«Tratamos ya de hacer una reunión anual. Las fechas van variando, depende... Este año lo ha organizado Carlos Vaquero y la verdad es que fue todo un éxito», relata Víctor Acebes, uno de los que fundó el club allá por 1992 junto a Alejandro Olmedo, Tano. Luis Gallardo y Carlos Vaquero fueron algunos de los primeros jugadores, como lo fueron la mayoría de los que se vistieron de rojo y negro el pasado sábado.

La historia del Minotauro no se entiende sin ellos, sin Acebes, Tano, Gallardo, Vaquero... sin Félix, sin Tarugo, sin Gordini, sin Julio, sin Santi, sin Benjamín... muchos fueron los que dieron sus primeras patadas a un oval con sus colores o los que empujaron su primera melé en la búsqueda de un ascenso a Primera Nacional. Comenzó con muchos chamizos, que andaban en el segundo equipo de El Salvador, y acabó ocho años después, muchos puntos de por medio y alguna lágrima. «Es una pena que no haya nadie que le dé una continuidad con tanto potencial humano», reflexiona en alto Víctor Acebes, hoy secretario técnico en el Rugby El Salvador.

Minotauro cerró sus puertas en 2000. Por falta de jugadores. No había gente joven. Lo hizo tras ocho años de historia. 

Pero su espíritu se mantiene. Se juntaron en la siguiente década en alguna ocasión y en 2015, como homenaje a Luis Gallardo, lo volvieron a hacer. Desde entonces, la cita ya es anual. Sin fecha, sin más pretensión que volver a sacar la camiseta, de calzarse las botas y de jugar un partido, para luego celebrar el tercer tiempo como en los viejos tiempos, con el recuerdo en el que fuese su capitán... y este año con otro de sus jugadores. Porque Minotauro era y es amistad, y amor por el deporte del oval. 

A Francia

Además, este año la reunión de exjugadores contó en Pepe Rojo con el francés Patrik Garcia, que no ha dudado en invitar a los integrantes de este mítico club a un torneo en la localidad gala de Arthez de Béarn, situada a medio camino de Pau y Biarritz.