La gasolina recupera el precio previo a la pandemia

Óscar Fraile
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El precio de los carburantes encadena cinco meses de subidas justo en el momento en el que se acaban las restricciones a la movilidad

Un conductor reposta en una gasolinera de Valladolid. - Foto: J. Tajes

Llenar el depósito de gasolina vuelve a costar lo mismo que antes de que comenzara la pandemia. El precio medio encadena cinco meses consecutivos de unas subidas que se han acentuado justo en los momentos previos a que se eliminen muchas de las restricciones de movilidad vigentes por el estado de alarma. Así, según los datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, el precio medio del litro de gasolina de 95 octanos se sitúa actualmente en 1,34 euros en Valladolid, ligeramente por encima de los 1,327 de principios del año pasado y después de acumular cinco meses de incrementos.

En noviembre del año pasado el precio estaba en 1,151 euros, es decir, llenar un depósito de 50 litros suponía un desembolso de 57,5 euros, frente a los 67 euros que hay que pagar ahora.

Muy similar es lo que sucede con el diésel, si bien este combustible acumula seis meses de subidas en lugar de cinco. En octubre del año pasado el litro costaba 1,035, frente a los 1,200 euros actuales. Traducido en euros para un depósito de 50 litros, de 51,7 a 60 euros. Esta escalada de precios es paralela a la que está experimentando el precio del barril de Brent en los últimos meses. 

Con todo, Valladolid sigue teniendo un precio de la gasolina que está por debajo de la media nacional. De hecho, es la undécima provincia del país con el coste más bajo en la gasolina de 95 octanos, según los datos del Ministerio, solo por detrás de Almería, que es la provincia más barata, Soria, Navarra, Valencia, Lleida, Murcia, Huelva, Jaén, Salamanca y Badajoz. En el caso del diésel, Valladolid es la decimoquinta provincia más barata. Las diferencias entre provincias son muy pronunciadas, y van desde los 1,270 euros de Almería a 1,383 de Baleares.

En una misma provincia hay diferencias más que notables entre unas gasolineras y otras. Las más baratas suelen ser las que están en determinados puntos de la provincia que pertenecen a cooperativas, si bien su uso está restringido a los socios. El hecho de no tener que aplicar un margen comercial les da la posibilidad de disfrutar de un carburante más barato. La estación de servicio situada en la carretera de Castrobol, en Mayorga, es la más barata de Valladolid, con 1,180 euros por cada litro. Se trata de una estación de servicio de la Cooperativa Comarcal de Cereales y Leguminosas del Cea (Cococea). En la capital, las estaciones de servicio más baratas son las situadas en las calles Daniel del Olmo, la avenida de El Norte de Castilla y el número 78 de la avenida de Gijón, todas con 1,199 euros.

En el otro extremo se sitúan las gasolineras ubicadas en el kilómetro 35,5 de la carretera CL-601, en San Miguel del Arroyo, y la del kilómetro 13,750 de la Autovía de Pinares, que venden la gasolina más cara de la provincia, con 1,409 euros el litro. La primera es de la empresa Cepsa y la segunda, de Valcarce.

Los motivos. El presidente de la  Asociación Provincial de Estaciones de Servicio, Leopoldo Herrero, reconoce la subida de los últimos meses y explica que es una consecuencia del encarecimiento de las materias primas, aunque no esconde que hay algunos negocios que pueden intentar ampliar su margen comercial aprovechando el «previsible» aumento de movilidad, aunque él señala que todavía no lo ha notado. «Pero hay que tener en cuenta que el precio del barril ya está casi en 70 dólares», señala.

Herrero vaticina que este incremento no se acentuará en las próximas semanas y llega para aliviar, en parte, la situación de un sector que la ha pasado realmente mal durante la pandemia, por la reducción radical de la movilidad.