El precio del alquiler llena las residencias de estudiantes

Íñigo Seoane
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Los colegios mayores ya están completos o rozan el lleno. La crisis llevó a los alumnos a elegir pisos compartidos, pero ahora la tendencia se invierte. Una habitación alquilada ronda los 250 euros y en las residencias, con comida, pagan unos 600

El precio del alquiler llena las residencias de estudiantes - Foto: PABLO REQUEJO/PHOTOGENIC

El precio del alquiler ha subido en Valladolid un 9,4% el último año. Si encontrar una vivienda en alquiler con unas condiciones dignas y un precio asequible se empieza a convertir en una hazaña para todos aquellos que navegan por los portales especializados de internet o que acuden a alguna agencia, para los estudiantes lo es aún más. El encarecimiento no es específico pero los precios de las habitaciones para los universitarios ha ascendido de la misma forma, por lo que les ha afectado por completo en plena búsqueda de alojamiento para el inicio del curso. Se han dado de bruces con un incremento de los precios del alquiler que encadena ya tres años y que les repercute directamente en el coste que tienen que pagar por una habitación en la que alojarse durante los próximos nueve meses. 

Una de las razones que algunos estudiantes aludían a la hora de alquilar un piso compartido en vez de un colegio mayor era la económica. Esto era un argumento de peso desde la crisis, pero la subida sin control de la renta está cambiando las cosas. Los pisos suelen salir más baratos y los precios no son muy dispares pero es este incremento del precio del alquiler el que está provocando que esa diferencia se reduzca. Los padres, que son los que más se preocupan por los costes, como es lógico ya que suelen afrontar en su totalidad matrícula, alojamiento y demás gastos asociados, están volviendo a plantearse la opción de una residencia universitaria donde su hijo tiene más facilidades para centrarse en el estudio a cambio de un cada vez más pequeño esfuerzo económico. 

El 9,4% es una media, el barrio de La Rondilla o la zona de las plazas Circular y Vadillos, por ejemplo, con muchos pisos en alquiler para estudiantes, están ligeramente por encima con un incremento del 9,7%, y el 9,8%, respectivamente, y llevan varios años superando el precio del curso anterior. Además, los universitarios deben sumar los gastos de manutención como son la alimentación, calefacción, agua, electricidad o internet a la matrícula y los diversos gastos de los estudios, salvo que consigan una beca. 

DIFERENCIAS

Aunque la variedad de  alojamientos es grande, en general pueden clasificarse en pisos compartidos o residencias y colegios mayores. Una de las grandes diferencias es que en un piso uno corre a cargo de prácticamente todo sus gastos, mientras que en una residencia con pensión completa sólo queda fuera el ocio. Los jóvenes aprecian la libertad de imponerse ellos mismos unas reglas y unos horarios. Los que optan por el piso se encargan de las tareas de la casa cuando no suelen estar acostumbrados a ello, por lo que acaban madurando al tener que entenderse con los compañeros del piso y responsabilizarse de su vida estudiantil.También los hay que no están preparados para la responsabilidad de organizarse con los compañeros a la hora de limpiar, cocinar o compartir gastos comunes y prefieren el confort de un colegio mayor. Estos últimos además de la comodidad, también aprecian las instalaciones de las que disponen las residencias universitarias, o la ubicación cerca de las facultades, pero la gran mayoría lo que más valora es la convivencia. Estudiar y compartir el día a día con compañeros en su misma situación es una gran motivación para muchos jóvenes que estudian en una ciudad donde inicialmente no conocen a nadie. 

Este año se prevé un lleno casi absoluto en muchas de las residencias de Valladolid. La Residencia Universitaria Conde Ansúrez situada en San Pablo dispone de muy pocas plazas disponibles. Se gestiona en conjunto con la Residencias Universitarias Alberto Magno y Blanca de Castilla y ambas están ya completas. Las tres son residencias laicas y aclaran no saber si este éxito es por el tipo de gestión o los servicios prestados, pero lo que si han notado es que hay una tendencia creciente desde hace un par de años a optar por una residencia antes que por un piso por la subida de estos últimos. 

Gonzalo García, del Colegio Mayor Castilla-León, que se encuentra en una situación parecida, afirma que están «casi al completo»y que ya solo quedan «cinco habitaciones mal contadas». «El repunte de los precios viene de atrás», declara García que explica que han notado el incremento, pues no solo se quedan más estudiantes ahora sino que el número de solicitudes, visitas, familias interesadas y llamadas ha aumentado considerablemente en los últimos años.  Destaca que le parece «soprendente» ya que se le hace curioso observar como cada vez hay más discursos sobre que hay poca gente joven y menos estudiantes, pero al mismo tiempo no cesa de llegar cada año más gente. Asegura que los jóvenes tendrán sus razones entre las que estarán la comodidad de poder despreocuparse de ciertos asuntos, pero asegura que en la balanza de los padres un aspecto importante es el económico. «Muchos padres vienen de fuera y claro, pueden tener una idea difusa del precio, pero ese repunte de los últimos años lo notan porque lo comentan en las visitas», comparte García que resalta que en los últimos años «ya son varios los residentes que se han ido a piso y luego han vuelto».

Juan Antonio Ramos, de la Residencia Universitaria Alfonso VIII, también confirma que «aún queda alguna plaza pero lo más seguro es que se llene o casi en lo que queda para empezar el curso». Además ha trabajado en otras residencias anteriormente, y declara: «La subida se ha notado, entonces ahora lo que se nota es que estamos en un ciclo en el que los estudiantes vuelven a elegir las residencias».