El Clínico logra mejorar la detección del cáncer de próstata

A. G. Mozo
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El hospital implanta una nueva técnica no invasiva para la detección de estos tumores. La prueba se denomina 'biopsia líquida' y evita el 53% de las biopsias convencionales. El Servicio de Urología del Clínico ya ha hecho cincuenta en nueve meses

El doctor Cortiñas en su despacho del Clínico. - Foto: Jonathan Tajes

El Hospital Clínico ha implantado una nueva técnica no invasiva para la detección del cáncer de próstata. Desde hace nueve meses, Urología desarrolla una prueba denominada ‘biopsia líquida’ que lo que hace es evitar aproximadamente el 53% de las biopsias convencionales, dando a los especialistas un porcentaje de probabilidad de la presencia de un tumor mucho más atinado que con el «inespecífico» índice PSA que se busca en los análisis de sangre, pero que apenas es un mero indicio de que el paciente en cuestión puede estar desarrollando un cáncer.

Por el momento ya se ha probado en unos cincuenta pacientes y los resultados son «satisfactorios», al evidenciar una «exactitud predictiva muy alta». «Este es un método que permite detectar si existen restos moleculares de una célula tumoral y da porcentajes de posibilidades de que pueda o no pueda tener un tumor de alto riesgo. Si nos da una posibilidad elevada, hacemos la biopsia, y si nos da una posibilidad muy baja, pues continuamos con vigilancia únicamente», explica el jefe del Servicio de Urología del Hospital Clínico de Valladolid, José Ramón Cortiñas.

Este experto recuerda que en los cáncer de próstata no se consigue «un diagnóstico exacto hasta que no hay una muestra biológica del tejido», mientras que «en otro tipo de tumores, bien por la imagen, bien por los marcadores tumorales, se sabe que el tumor está ahí y ya se va directamente al quirófano»: «En la próstata siempre tenemos que tener una confirmación histológica (el análisis del tejido biopsiado), es decir, tenemos que pinchar la próstata y que se confirme que hay tumor», detalla el doctor Cortiñas, quien argumenta que «la ‘biopsia líquida’ evita tener que someter al paciente a una biopsia e, incluso, también evita tener que pedir una resonancia multiparamétrica»: «Los datos que nos ofrece nos ayuda en caso de que tengamos la sospecha de que hay un tumor de alto riesgo, que son los que de verdad van a progresar y van a poder matar a un paciente, porque si no son tumores de alto riesgo aún nos podemos permitir el lujo de seguir vigilando, puesto que estos son tumores que tienen un crecimiento muy muy lento».

En este sentido, Cortiñas señala que «la edad es clave porque no es lo mismo diagnosticar un tumor de próstata a un paciente con 50-60 años que diagnosticarlo con 75-80 años, porque ahí quizá hay que plantear que no son necesarios los tratamientos agresivos y basta con una vigilancia, porque si no es una enfermedad que no le pueda llegar a matar, se le puede cronificar sin necesidad de tener que someterle a tratamientos agresivos que pueden ser mutilantes, o con unos efectos secundarios importantes como la impotencia o la incontinencia. Son aspectos a tener en cuenta».

Esta prueba diagnóstica busca «restos celulares tumorales en una muestra de orina normal, después de someter al paciente a un masaje prostático, maniobra con la que se sueltan la células prostáticas y que, como la próstata está atravesada por la uretra, se van a arrastrar con la micción», detalla el urólogo. «La ‘biopsia líquida’ es un marcador biológico que nos ayuda a decidir si hay que biopsiar o simplemente tenemos que seguir vigilando al paciente».

Este test de ‘biopsia líquida’ se lanzó al mercado a principios de 2018 y llegó al Servicio de Urología del Clínico un año después. «Es un método nuevo para el diagnóstico del cáncer prostático que se están implantando y que tiene un costo sanitario, por supuesto, por lo que se tiene que demostrar que de verdad es un proceso útil para el paciente y que vale la pena, y eso es lo que estamos apreciando en este tiempo», argumenta Cortiñas.

El jefe de Urología del Hospital Clínico recuerda que el problema al que se enfrentan con el cáncer de próstata es saber cuándo hay un tumor de alto riesgo sobre el que hay que intervenir quirúrgicamente: «Desgraciadamente, no tenemos ninguna prueba exacta para ello, porque incluso cuando hacemos una resonancia multiparamétrica, se nos dice, por ejemplo, que hay una lesión altamente sospechosa de que sea cáncer de próstata, pero la tenemos que biopsiar, porque sabemos que no todas las lesiones que nos desvela la resonancia son tumores. Es el problema que tiene la próstata».

«Todo lo que nos ayude a tomar decisiones, es bienvenido, porque el PSA es muy inespecífico», recuerda Cortiñas. El antígeno prostático específico (o PSA) es una proteína producida por las células normales así como por la tumorales de la glándula prostática, por lo que un análisis del PSA mide la concentración de esa proteína en la sangre de un hombre y puede ser un marcador orientativo sobre la aparición de un tumor prostático.