Son poco más de 150 kilómetros en tramos de entre de 11 y 45, pero parece que tanto la A-11 como la A-60 se han convertido en dos proyectos interminables que no acaban de rematarse, bien sea por la crisis (como hace unos años), bien sea (ahora) por la inestabilidad política que provoca que no se elaboren nuevos Presupuestos que sustenten todas las cifras que se van poniendo sobre la mesa durante los últimos meses y que sirvan de refrendo a las palabras que llegan desde el Gobierno, prometiendo sendos impulsos a unas obras que parecen las de nunca acabar y que en el caso de la A-11 ya empieza a provocar movilizaciones ciudadanas de entidad como la de este domingo.
La que acumula mayor retraso es la Autovía del Duero (A-11) y es en la que parece que se ha puesto un mayor ahínco, a pesar de que todo está pendiente de la formación de Gobierno y de la aprobación de nuevas cuentas. Es ahí donde se han hecho los últimos anuncios, en una franja de solo dos meses. A finales de mayo, Fomento licitaba por 105 millones las obras para la construcción del tramo que irá de Tudela a Olivares, hacia el norte, salvando todos los viñedos a través de los que discurre la actual N-122; y el pasado 23 de julio llegaba la otra licitación (por 135 millones) que completaba ese tramo hasta Quintanilla, con otros 14 kilómetros desde Olivares de Duero, para ya ‘volver’ al trazado tradicional de la actual carretera de Soria, pero con las bodegas intactas. Se trata de dos subtramos que suman cerca de 35 kilómetros y que son los que están más avanzados, al menos desde el punto de vista administrativo, ya que de las máquinas no hay ni rastro.
El siguiente tramo, el que salva Peñafiel por el sur y llega hasta la provincia de Burgos (a Castrillo de la Vega), consta de 41 kilómetros, pero todavía está pendiente que se liciten las obras.
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AUTOVÍA VALLADOLID-LEÓNLas máquinas tampoco están en los más de 70 kilómetros de N-601 que aún esperan su desdoblamiento en la Autovía Valladolid-León. Aquí los más avanzados son los que van de Villanubla a La Mudarra y de ahí a Rioseco, cuya redacción ya se ha encargado por dos millones. En los otros tres de la A-60 todavía no se ha encargado la elaboración del proyecto, pero ya han superado la Declaración de Impacto Ambiental.