El tirón comercial de las redes sociales

M. R. I. / Ó. F.
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La crisis de la covid-19 obliga a los comerciantes a buscar nuevas vías de comunicación con sus clientes e Instagram es una de las preferidas

Ana Rey, dueña de la tienda de corsetería Reinas. - Foto: Jonathan Tajes

La máxima de reinventarse o morir se hace más real que nunca por las consecuencias de la crisis sanitaria de la covid-19. Desde hace tiempo el comercio electrónico y la digitalización se fijaban como un reto pendiente del sector que, ahora, se han convertido en una tabla de salvación para los negocios que ya estaban inmersos en esa transformación. Las redes sociales son ahora las «aliadas» de muchos establecimientos. Sus propietarios han recurrido a una mezcla de conocimientos y buena voluntad para darse a conocer a nuevos públicos o conectar con sus clientes habituales. En la capital, más de la mitad de los comercios ya utilizan este recurso, que se ha consolidado como una alternativa real y efectiva, en medio de esta pandemia, para la celebración virtual de eventos como la VII Semana de la Moda.
 Los comerciantes consultados por El Día de Valladolid ven las redes sociales como herramientas ideales para comunicarse con sus clientes de forma gratuita y para, junto con Whatsapp, ofrecerles un servicio postventa próximo y profesional; una buena atención, similar a la que se oferta en el comercio físico, y fidelizarlos para lograr no solo que sean clientes recurrentes, sino también embajadores de la marca. Así lo confirma Patricia Rojo, propietaria de No Drama, que en estos dos meses ha recurrido a los directos en Instagram para «animar» a sus seguidores a cuidarse y «ponerse guapos», darles consejos y, posteriormente, enseñarles sus productos. «El negocio se basa en ayudar a otra persona a sentirse mejor. Hay que dar cosas para luego recibir». Ella se ha convertido en una referencia para sus compañeros, igual que la corretearía Reinas. En este negocio son unas veteranas en las redes sociales y su filosofía de «cercanía» y su «servicio de asesoramiento» a la clientela también les da importantes réditos en ventas. Por su parte, Esperanza Gómez, de Calzados Gómez, graba vídeos en los que hace de modelo para enseñar la ropa a sus clientes. También utiliza estas herramientas para organizar concursos en fechas especiales.

 

Tres casos

Patricia Rojo regenta la tienda de ropa No Drama.Patricia Rojo regenta la tienda de ropa No Drama. - Foto: El Día

Ana Rey (corsetería Reinas): «Las redes  funcionan muy bien como catálogo, pero también para estar en contacto con las clientas»

En la corsetería Reinas son unas veteranas en el uso de las redes sociales. Abrieron su perfil en Facebook hace siete años, y el de Instagram hace tres. Así que tiene un buen número de seguidoras y, sobre todo, unos canales de comunicación «muy efectivos» con sus clientas. «Funcionan muy bien como catálogo, pero también para dar informaciones propias, como que nos hemos mudado a Platerías, o estar en contacto con nuestras clientas», explica Lara Álvarez, encargada de la tienda y responsable de las redes. Estos canales también son una vía de venta, aunque durante el confinamiento renunciaron «por responsabilidad»a los envíos para evitar los contagios. «Las redes sirvieron, en este tiempo, de contacto y las aprovecharon para hacer la encuesta que hacer anualmente para conocer las opiniones sobre su servicio y escuchar aportaciones. «También hemos hecho algunos directos por Instagram y han funcionado muy bien porque notábamos el feedback», detalla Álvarez. Un contacto que la semana pasada, cuando se levantaron ciertas restricciones, ya se empezó a convertir en pedidos. «Tratamos de dar a los seguidores el mismo trato personalizado que damos en la tienda», detalla. Unos lazos que también se estrechan por Whatsapp, que es un canal que utilizan «mucho». Además, tienen el proyecto -a medio-largo plazo- de poner en marcha la tienda online. «La tecnología es básica pero hay que usarla sin perder nuestra personalidad».

Las hermanas Esperanza y Begoña Gómez se apoyan en las redes sociales para dinamizar la actividad de su zapatería.Las hermanas Esperanza y Begoña Gómez se apoyan en las redes sociales para dinamizar la actividad de su zapatería. - Foto: Jonathan Tajes

 

Patricia Rojo (tienda de ropa No Drama): «Instagram y la interacción con la gente han sido básicos para mantener vivo mi negocio»

Las propietaria de la tienda de ropa No Drama, en la calle Regalado, se emociona al explicar lo que ha implicado su apuesta por las redes sociales durante los dos meses del confinamiento. «Cuando comenzó la alerta, empecé a pensar cómo seguir en contacto con las clientas. Al principio no era una idea comercial, pero la respuesta fue muy buena y las interacciones importantes. Así que decidí mostrar en directo mis productos», explica Patricia Rojo. Los mensajes de ánimo iniciales, que también le enviaban sus clientas a ella, supusieron la gasolina que animó a la comerciante a implicarse más en unas redes sociales en las que ya llevaba trabajando más de un lustro, pero que ahora se han mostrado «fundamentales» para la supervivencia de su negocio. «Me han ayudado a salvar el negocio. Han sido de una ayuda tremenda y el contacto con las clientas es muy motivador en momentos tan duros como estos. La confianza que da que alguien compre un producto online, cuando todo está cerrado, es tremenda», detalla. Por eso, Patricia Rojo tiene claro que para afrontar esta nueva etapa el comercio de proximidad se tiene que «reinventar». Ella, de momento, seguirá haciendo directos en su Instagram los sábados, pero intentar á que sean «más interactivos» , con más «participación» de sus seguidores. En esta etapa ha hecho colaboraciones con otros profesionales porque tiene claro que los vídeos tienen que «aportar y entretener. No todo tiene que ser comercial».

 

Esperanza Gómez (Calzados Gómez): «Intentamos mostrarnos cercanas, como somos nosotras, para que no solo nos vean como vendedoras»

Esperanza Gómez siempre ha sido partidaria de la relación presencial con sus clientes. El cara a cara. Pero, consciente de las tendencias actuales, hace tiempo que empezó a ponerse las pilas en las redes sociales, aunque sin perder su esencia. Ahí trata de mostrarse tan cercana como lo es en la vida real. Y por eso ella misma hace de modelo para mostrar la ropa, complementos y zapatos que vende, con la intención de demostrar que son prendas para personas reales, de la calle. Alejadas de la pasarela. De hecho, sus propios clientes, a los que se refiere como «amigos», también hacen a veces de modelos en las redes sociales, siempre con la correspondiente autorización. «Intentamos mostrarnos cercanas, como somos nosotras, para que no solo nos vean como vendedoras», explica. Primero fue Facebook, luego Instagram y, poco a poco, esta comerciante se fue adaptando al entorno digital, pese a que entre risas dice ser «muy de lapicero». Allí suele publicar fotos y vídeos de sus productos. Incluso algunas veces se ha lanzado a organizar algún sorteo en fechas señaladas, como el Día de la Madre o San Valentín. «Cuando vienen a recoger el premio también intentamos hacer alguna foto para subir una publicación», añade. Su esfuerzo tiene recompensa, y la relación con sus clientes es mucho más fluida ahora que antes.