Unos 1.450 comercios recurren a un ERTE por el parón

Óscar Fraile
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El director general de Comercio de la Junta, Luis del Hoyo, asegura que es pronto para evaluar los daños del sector, pero avanza que serán «cuantiosos»

Un consumidor comprueba en su móvil un producto - Foto: Jonathan Tajes

Tendrá que pasar todavía un tiempo para evaluar con certeza el daño que ha hecho al sector comercial una crisis que todavía no ha acabado. Será complicado que muchos pequeños negocios resistan otro golpe, sumado a la competencia de las grandes superficies y, sobre todo, Internet. Por lo pronto, ya hay algunas cifras que demuestran la magnitud de la ‘catástrofe’. Unos 1.450 han tenido que solicitar un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), 1.323 de ellos por fuerza mayor, según los datos de la Dirección General de Comercio y Consumo de la Junta. El director general, Luis del Hoyo, asegura que el comercio, la hostelería y el turismo son los tres sectores más afectados por esta pandemia. «La caída de actividad en el sector comercial está siendo enorme, aún es pronto para evaluar los daños, pero serán cuantiosos... excepto el comercio de bienes de primera necesidad y de venta por Internet, el resto se verán muy afectados». Eso sí, también asegura que el comercio de alimentación «saldrá muy reforzado» de esta crisis. «El comercio tiene una enorme capacidad de resistencia, por ello confiamos en que la gran mayoría del sector pueda recuperarse», añade.

Pero es evidente que para hacerlo tendrá que implicarse mucho más en la transformación digital, aunque sea para lanzarse a competir con rivales imbatibles, como Amazon. «Llevamos muchos años insistiendo y trabajando en la transformación digital del sector, se han dado pasos en utilización de redes sociales, marketing digital etcétera, pero la venta por Internet aún es una asignatura pendiente, la situación que estamos viviendo lo ha puesto de manifiesto», asegura. Según Del Hoyo, el tejido comercial de Valladolid es «muy heterogéneo», y hay pequeños negocios «cuya adaptación será difícil, pero otros muchos están haciendo un trabajo admirable». Eso sí, adaptarse a esta realidad no significa tirar la toalla en la venta presencial. «La digitalización es un complemento necesario, pero el gran reto del comercio de proximidad está en la venta física, conseguir que el cliente recupere la confianza y vuelva a las tiendas, el comercio de proximidad tiene que aportar valor, además de ser competitivo en precio y calidad», dice Del Hoyo.

Un reto de supervivencia que no solo tiene que ver con el sustento de las miles de familias que viven de estos negocios, sino con la estructura social tal y como se concibe actualmente en las ciudades. «Seguimos considerando que el comercio de proximidad y tradicional es esencial, no solo por los puestos de trabajo que mantiene y por su importancia económica, sino por su función social, ya que mantiene dinámicos, vivos y seguros los centros de nuestras ciudades y asegura el abastecimiento en nuestros pueblos, como hemos podido observar en esta crisis».

El 65%, cerrado. Según los cálculos de la Dirección General de Comercio, el 65 por ciento de los negocios de Valladolid se ha visto obligado a cerrar estas semanas, mientras que el 35 por ciento restante, sobre todo de alimentación, «ha tenido un comportamiento ejemplar», según Del Hoyo. «Tanto en el ámbito urbano como en el mundo rural el comercio ha respondido a las expectativas, y hay que agradecer el comportamiento de los comerciantes y empleados, tanto de pequeños negocios como de supermercados y grandes establecimientos», asegura.

La Junta ha tomado medidas para paliar los efectos de esta crisis, como ayudas a fondo perdido para el 50 por ciento del coste de digitalización y otras de adquisición de vehículos para garantizar el abastecimiento en el medio rural.