Cartif hará más barata la alimentación de truchas y corvinas

Óscar Fraile
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El centro trabaja en un proyecto de elaboración de piensos para acuicultura a base de harina de insectos, microalgas y agua de cocción de la industria conservera

El objetivo de Cartif es que el nuevo pienso sea más sostenible y barato, y de este modo el precio de estos dos pescados también pueda ser más competitivo. - Foto: Jonatan Tajes

«Desde 1961, el crecimiento anual mundial del consumo de pescado ha duplicado el crecimiento demográfico». Son palabras del ex director general de la Organización de la Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), José Graziano da Silva. Y dentro de este incremento, el pescado procedente de la acuicultura gana cada año más terreno al de captura. De hecho, la acuicultura ya suministra más del 50 por ciento del pescado que se consume a nivel mundial.

Esta tendencia está ejerciendo una fuerte presión sobre los ecosistemas marinos, puesto que la alimentación de estos peces depende demasiado de productos como el aceite y la harina de pescado, así como la harina de krill. De modo que la industria está muy interesada en encontrar alternativas que ayuden a mejorar la sostenibilidad y también a reducir el coste de estos piensos, dado que la reducción de la pesca ha disparado el precio de la harina de pescado.

El Centro Tecnológico Cartif, ubicado en el Parque Tecnológico de Boecillo, trabaja desde el pasado mes de enero en el proyecto Alternfeed, que pretende avanzar en este sentido respecto a la alimentación de truchas y corvinas. La idea es sustituir la harina y aceite de pescado por otro pienso elaborado con una mezcla de tres ingredientes: harina de insectos, biomasa de microalgas y agua de cocción recuperada de la industria de conservas de pescado, principalmente atún. Hasta hace algunos años la utilización de harina de insectos no estaba permitida en el ciclo de alimentación de los peces, pero ahora sí, y esto permite facilitar la búsqueda de alternativas. En este caso se utilizará harina procedente de larvas tres especies: el gusano Tenebrio molitor y el grillo Acheta domesticus y la mosca Hermatia ilucens. Todas pueden proporcionar una fuente proteica de calidad. Dentro de este proyecto se ha subcontratado los servicios de la empresa Nutrinsect, con sede en Navarra y encargada de la cría de estos insectos mediante la utilización de subproductos de la industria alimentaria, como los residuos de la fermentación del vino. De este harina se extraerá la proteína que sustituirá a la harina de pescado.

Los tres investigadores responsables del proyecto: Belén Blanco (i), Laura Fernández (c) y Pedro Acebes.Los tres investigadores responsables del proyecto: Belén Blanco (i), Laura Fernández (c) y Pedro Acebes. - Foto: Jonatan TajesEl segundo ingrediente son las microalgas, procedentes también de residuos de la industria agroalimentaria. Este producto permite que el perfil de aminoácidos del pienso sea el adecuado, un factor muy importante en acuicultura porque la ausencia de cualquier aminoácido puede repercutir en el crecimiento de los peces.

El tercer y último elemento es el agua de cocción de la industria de las conservas de pescado. De ella se extraerá la fracción proteica que sustituirá a la harina de pescado, y la fracción lipídica para el aceite que se utiliza para el recubrimiento de los pellets que conforman el pienso. El aceite que se ha intentado utilizar en los últimos años presentaba algunos problemas. Además de ensuciar demasiado el agua, no penetraba bien en el pellet.

La Asociación Nacional de Fabricantes de Conservas de Pescados y Centro Nacional de Conservación de Productos de la Pesca (Anfaco-Cecopesca) lidera un proyecto en el que Cartif actúa como socio. Su misión es caracterizar estos ingredientes para validar su incorporación al pienso acuícola, formular las dietas y optimizar el proceso de extrusión para lograr gránulos de alta calidad que tengan unas características específicas de diámetro y flotabilidad.

El proceso precisa de un extrusor de doble husillo para conseguir la pasta que será la base de los pellets.El proceso precisa de un extrusor de doble husillo para conseguir la pasta que será la base de los pellets. - Foto: Jonatan TajesEl equipo. Los tres investigadores principales de este proyecto por parte de Cartif son Pedro Acebes, Belén Blanco y Laura Fernández, quienes cuentan con el apoyo de los laboratorios de alimentación y ensayo. «Aunque de forma práctica empezamos a trabajar en enero, este proyecto se lleva cocinando desde hace tiempo», asegura Blanco. Según esta investigadora, el hecho de sustituir la harina y el aceite de pescado en la elaboración del pienso puede abaratar este producto y, por ende, hacer que las corvinas y las truchas también tengan un importe más competitivo en el mercado.

Tan prometedor es el proyecto que ya hay varias empresas privadas que lo están apoyando para reservarse el derecho a utilizar primero este pienso, puesto que puede suponer una importante ventaja respecto a la competencia.

Cartif ha sido seleccionada para participar en él porque tiene experiencia, conocimiento y el equipamiento necesarios. Concretamente, un extrusor de doble husillo que se utiliza para hacer pienso de acuicultura, entre otras cosas. Allí se introducen las materias primas con agua para que se liguen con la temperatura adecuada y se genera una masa, que las proteínas se hagan más digeribles y el almidón se expanda.

El proyecto cuenta con la colaboración de la Fundación Biodiversidad, del Ministerio para la Transición Ecológica, a través del Programa Pleamar, cofinanciado por la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP). Cuenta con un presupuesto de 105.251 euros, de los cuales 66.296 son financiados por Fundación Biodiversidad y el resto aportados por los dos socios del Proyecto.

«Si todo va bien, a finales de este año se podría estar utilizando el pienso», concluye Blanco.