Jorge Urdiales revisa a Delibes en 'Castilla habla'

C.C. (Ical)
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Ediciones Cinca publica la nueva obra del investigador madrileño, que rinde tributo al autor de 'El camino' en el centenario de su nacimiento

Jorge Urdiales revisa a Delibes en ‘Castilla habla’

Se cumplen 34 años desde la publicación de ‘Castilla habla’ (Planeta, 1986), donde Miguel Delibes recopiló 32 charlas con variopintos personajes para trasladar al lector su mirada sobre una Castilla desconocida. El vallisoletano recorría en esas páginas los pequeños pueblos donde pasó su vida, recopilando sensaciones y pensamientos sobre la sequía, la pobreza del campo o el abandono oficial. Ahora, en pleno año de la conmemoración de su nacimiento, el investigador madrileño Jorge Urdiales ha lanzado 'Castilla sigue hablando (100 años de Miguel Delibes)' (Ediciones Cinca, 20 euros), un volumen donde retoma aquel volumen para reencontrarse con algunos de sus protagonistas, y confrontar la Castilla que marcó al autor de ‘El camino’ con la Castilla actual.

En un encuentro virtual celebrado hoy, Urdiales explicó que su libro se apoya en “un montón de entrevistas” con gente que conoció a Delibes y que, “de alguna manera, entró en su literatura”. “También he procurado reflejar la Castilla actual, incorporando a varios personajes que no están relacionados directamente con Delibes pero que dicen mucho sobre ello”, afirma en declaraciones recogidas por Ical.

Así, entre sus páginas se desliza el testimonio de “personajes muy curiosos”, como Marceliano, un hombre de Villafuerte de Esgueva, que ojeaba las perdices para Delibes en los años 40 y 50; el cineasta burgalés Antonio Giménez-Rico, responsable de las adaptaciones al cine de ‘Retrato de familia’ (1976), ‘El disputado voto del señor Cayo’ (1986) y ‘Las ratas’ (1997); Álvaro Monje, el niño que protagonizó ese último film y que, según cuenta Urdiales, “pasó dos años con pesadillas tras presenciar la escena de la matanza porque él era un niño de ciudad cuando se rodó la película”; o los hijos del escritor Adolfo y Juan Delibes, que narran en primera persona las enseñanzas de su padre en la caza de la perdiz y en la pesca, respectivamente.

 

PRÓLOGO

Juan Delibes fue uno de los intervinientes en la presentación del libro, y destacó que este nuevo libro “gustará mucho a los lectores de Delibes”, ya que habla “mucho” de zonas que su padre “pateó muchísimo” como el Valle de la Esgueva, uniendo “de nuevo los paisajes castellanos y los personajes de Delibes”, además de prestar atención a las rutas delibeanas existentes en la actualidad. 

El prólogo de la publicación corre a cargo del biógrafo de Delibes, Ramón García Domínguez, que ha titulado sus palabras introductorias en el volumen ‘Las voces y los ecos’, para dar testimonio de que “castilla sigue hablando”, 34 años después de que viera la luz ‘Castilla habla’. “Delibes le dio voz a Castilla, eso es indiscutible. Otros antes, incluidos algunos integrantes de la Generación del 98, le dieron voz, pero Delibes también la escuchó. Él siempre dijo que escribía de oído; no era un erudito del lenguaje, sino que trasladaba a sus libros las voces que le llegaban tanto del campo como de la ciudad. Tenía una habilidad especial para reproducir esas voces que escuchaba, y Castilla nunca ha dejado de hablar, menos aún cuando Jorge Urdiales ha tomado su relevo en esta maravillosa carrera”, señaló antes de recordar que el autor de ‘Cinco horas con Mario’ siempre subrayaba que, desde que comenzó a escribir, se propuso que “su literatura y su tierra estuvieran siempre imbricadas”.

 

ESTILOS

En su alocución, Juan Delibes señaló que existe “una analogía muy estrecha” entre ‘Castilla habla’ y 'Castilla sigue hablando’, ya que “el formato y el estilo son idénticos”. “En esta ocasión es Urdiales el cronista que se desplaza por diferentes lugares de Castilla en busca de protagonistas. Mi padre viajó buscando a personajes que entrevistaba y Jorge recoge en su libro en algunos casos a los mismos personajes que allí aparecían, como Alfredo Rodríguez, propietario de un palomar en Tierra de Campos; Paulino, el guarda de pesca en el río Omaña en León; o Jesús María Reglero, con el que compartió tantas jornadas de caza en ‘El último coto’”, explicó.

En las páginas también aparecen pueblos tan delibeanos como Quintanilla de Onésimo, Medina de Rioseco, Villafuerte de Esgueva, Villavaquerín, Esguevillas o Renedo, y entrevistas con personajes como Ángel Teijeira, uno de los marineros que coincidieron con el escritor en el buque Canarias durante la guerra, el exdirector del Colegio Lourdes donde estudió, o el alcalde de Castrillo-Tejeriego, cazador y agricultor.

A juicio de Ramón García, “cuando veamos que se pierden nuestras esencias, debemos acudir constantemente al maravilloso lenguaje de los libros de Delibes, a ese testimonio veraz, porque en él no hay nada falso; su lenguaje, su vida y su literatura son auténticos, en ellos no hay nada impostado”, concluye.