Uno de cada tres hogares en la capital ya es unipersonal

M.Rodríguez
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En la última década el número de viviendas ocupadas solo por una persona ha crecido el 20% frente al 10% que suben los domicilios de dos

Vista general de Valladolid - Foto: D.V.

Los hogares unipersonales son los predominantes en la capital. En la última década se ha fraguado un cambio de tendencia social que ha propiciado que actualmente una de cada tres viviendas en la capital solo tenga un único morador. Esta alternativa residencial también ha motivado que en Valladolid se haya incrementado el número de hogares, que ha pasado de los 124.570 contabilizados en 2011 a los 127.756 del año pasado, sin que esto haya supuesto un incremento similar de la población empadronada.

En esta línea ha experimentando un crecimiento del 10%  el grupo formado por dos convivientes. Un panorama que explica que el tamaño medio de las familias vallisoletanas ha pasado de 2,52 personas en 2011 a 2,24 personas en 2020, lo que conlleva que lo grupos de más tamaño han disminuido de forma significativa, y las viviendas ocupadas por tres y cuatro personas representan juntas, al igual que las de uno, una de cada tres. 

Un cambio de tendencia que se puede consolidar según avanzan las proyecciones demográficas del Instituto Nacional de Estadística (INE), en función del número de matrimonios oficiados y de separaciones y divorcios. El número de matrimonios contraídos en los últimos diez años, aunque ligeramente a la baja, se ha mantenido con una media anual de 966. Por su parte, las disoluciones matrimoniales, nulidades, separaciones y divorcios, que entre 2013 y 2017 se habían mantenido relativamente estables en torno a una media de 986, se han incrementado en los últimos dos años.

Vista general de Valladolid. Vista general de Valladolid. - Foto: Jonathan TajesProyección.

Estos datos explican que los hogares unipersonales se estén rejuveneciendo y desfeminizando, ya que hace años gran parte lo conformaban viudas. Aunque este colectivo seguirá siendo importante por el continuo aumento de la esperanza de vida, la sobremortalidad masculina o las mejoras en las condiciones de salud y de vida de los mayores. Estos factores repercuten en una mayor independencia residencial y motivan que en el plan se apueste por alternativas concretas como las viviendas para mayores, colectivas o fórmulas como el coliving y el cohousing.

Toda esta nueva realidad demográfica se ha recogido en el Plan municipal de Vivienda (2021-2025), que plantea la necesidad de realizar un estudio demográfico actualizado para determinar exactamente las necesidades reales y tipologías de vivienda en la ciudad. 

Se trata de anticipar cuántos hogares nuevos se van a constituir en los años de vigencia del plan, donde ya se advierte de la necesidad de tener en cuenta la preponderancia de hogares cada vez más pequeños, pero también menos estables. Un crisol demográfico que se sintetiza en ocho tipos de familia: nuclear o biparental, monoparental, adoptiva, sin hijos, de padres separados, homoparental y extensa. Y que se acompaña de la demanda de nuevos conceptos de convivencia y confort. 

Esto último ha cambiado especialmente con la pandemia, que ha disparado las reformas de viviendas existentes, pero también el deseo de cambiar. De hecho, entre las características más valoradas ahora está la superficie, sobre todo cuando se convive con más de una persona, pero también la flexibilidad en la distribución (para el teletrabajo, la teleeducación). Además, ahora se demandan espacios exteriores como terrazas, patios o lugares para actividades al aire libre. 

Estos datos son importantes para la proyección de actuaciones municipales. En el análisis se reconoce que no resulta fácil anticipar el comportamiento del mercado inmobiliario. Aunque se destaca que a diferencia de la crisis de 2007, el sector no parece sobredimensionado y se considera que no hay desequilibrios importantes. Los datos del Ayuntamiento certifican una reducción de la actividad, con una caída de las transacciones en un 35% el año pasado, pero se apunta que posiblemente este año suban un 30%. También determinar el número de viviendas vacías. Actualmente el número de viviendas contabilizadas en Valladolid es de 129.151 viviendas familiares principales y 29.017 viviendas familiares no principales.  Y se estima que un 12% de las mismas están vacías, aunque no existen datos concretos del Ayuntamiento. Una cifra que está por encima del stock técnico (entre 3 y 5 por ciento).

Un panorama que apuntan que, en los próximos años y en función de la persistencia de los niveles de impacto de la covid-19, se mantendrán unos niveles de creación de nuevos hogares, por encima del millar anualmente. A las que hay que añadir las que se pongan en el mercado gracias a los programas de rehabilitación.

 

Potenciar la oferta de alojamientos para mayores

En esta modalidad de alojamiento los residentes comparten zonas y servicios con el resto de inquilinos, como atención médica y limpieza, por lo que se reducen costes y se mejora la asistencia. En el caso de las personas mayores, está planteado como urbanizaciones o comunidades de casas independientes y adaptadas, y en Valladolid ya existen varias iniciativas en marcha. Y en el Plan de Vivienda se plantea poner a disposición de los promotores suelos dotacionales para desarrollar nuevas urbanizaciones. «Dentro de estas localizaciones consideramos preferente la rehabilitación de edificios dotacionales propiedad de las administraciones y situados en zonas centrales de la ciudad y en los barrios donde la demanda es mayor», se asegura. Y se apunta colegios en desuso, ubicados en barrios tradicionales, edificaciones de la administración vacíos en el centro o antiguas viviendas de la guardia civil, como la existente en la Plaza de los Vadillos.

 

Nuevos modelos de convivencia para evitar la soledad

Este mes se ha firmado el acuerdo entre el Ayuntamiento de Valladolid y la Universidad de Valladolid para facilitar la implantación de programas de convivencia en viviendas VIVA. Se busca facilitar la emancipación de los jóvenes, fomentar la convivencia y la interacción. En este caso los jóvenes universitarios disponen de un apartamento o vivienda municipal de uso propio, compartiendo las zonas comunes con los mayores que habitan estos edificios o se les cede un apartamento o vivienda municipal con el compromiso por su parte de llevar a cabo labores de control y apoyo a la comunidad de inquilinos o, en su caso, para colaborar en programas sociales de interés municipal. Este acuerdo da continuidad a las actuaciones que desarrollan ambas instituciones desde 2006 para facilitar la convivencia intergenaracional y facilitar la emancipación de los más jóvenes a unos precios asequibles. 

 

La opción del alquiler con el programa Alva

El objetivo de este programa municipal es aumentar el parque de vivienda en alquiler ofreciendo a los propietarios privados de las viviendas garantías suficientes para que su alquiler sea fácil y seguro, y a los arrendatarios un acceso a la vivienda sostenible. Esta opción está pensada para unidades familiares cuyos ingresos brutos no superen los 22.000 euros al año. Este año cuenta con un presupuesto de 220.200 euros, que permitirá que los propietarios de las viviendas tengan una subvención equivalente a la cantidad resultante de aplicar el 50% del importe del IBI para cada vivienda y otra, en especie, para los gastos soportados por VIVA para la obtención del certificado de eficiencia energética de la vivienda, obligatorio para el alquiler de la misma. A la vez, los arrendatarios se beneficiarán de una subvención equivalente al importe de la cuota mensual de la comunidad de propietarios de la vivienda arrendada.

 

Apoyo al cohousing o vivienda colaborativa

Este es un modelo de gestión inmobiliaria horizontal y sostenible, que es muy popular en Estados Unidos y en los países nórdicos, donde las personas viven en comunidad y comparten espacios y servicios básicos. Se basa en que los socios depositan una entrada y pagan mensualmente una cuota por el uso de su vivienda. El Ayuntamiento de Valladolid está estudiando la posibilidad de incrementar el parque público de viviendas apostando por esta nueva alternativa: la cooperativa de vivienda en cesión de uso o covivienda. «Esta modalidad permitirá el acceso a la vivienda que permite a una comunidad de personas vivir en un edificio sin ser los propietarios o los arrendadores por un plazo de tiempo amplio y a un precio inferior al mercado», se detalla. Para acceder a estas viviendas, que tendrían calificación de protección oficial, los cooperativistas deberán estar inscritos en el registro de demandantes de vivienda protegida de la Junta de Castilla y León.