«No es meter presión, hay capacidad para estar en playoff»

M.B
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A sus 49 años, y tras seis en la directiva, asume desde esta semana la Presidencia del principal club de baloncesto de la ciudad. Jugó de pívot en La Salle, el Europa y los Pitiritaina, en Liga sénior

Alejandro García Pellitero, presidente del Real Valladolid Baloncesto. - Foto: Jonathan Tajes

Fue uno de los fundadores del CB Ciudad Valladolid («tengo la foto por aquí guardada», señala buscando en su móvil) en 2015 y desde entonces ha formado parte de su directiva. Era vicepresidente cuando Mike Hansen anunció su salida del club y desde esta semana es, ya oficialmente, el segundo presidente de la entidad, ahora Real Valladolid Baloncesto. Quiere recuperar el número de abonados, calar entre los jóvenes y aspira a ver ACBen Pisuerga en 2-3 años.

¿Por qué da este paso de ponerse al frente del club?

Al final, estaba de vicepresidente con Mike y llevo desde el principio en el club, como Saúl o Feñe y alguna persona más. Casi ha sido más animarme los demás para que fuese yo, que yo haya dado el paso. Ha sido el conjunto, entre todos se ha decidido. Es dar un paso sobre todo de visibilidad, porque a nivel organizativo y de trabajo, el club sigue con la misma estructura y con las áreas de trabajo ya repartidas.

¿No teme el desgaste que llevó a Mike Hansen a irse?

Creo que hemos pasado lo más duro en el club, que fue ponerlo en marcha. El primer año fue horrible. Me acuerdo que Iñaki Martín sufrió lo indecible, traduciendo contratos e incluso yendo a buscar a algún jugador al aeropuerto a Madrid. Después de ese primer año, que fue el de puesta en marcha desde cero, con un presupuesto mínimo y sin casi ayudas en LEB Plata, el club ha ido creciendo y afianzándose. Creo que ese desgaste que tuvo Mike será más difícil que se produzca a partir de ahora.

Lleva hablando tiempo de que el caballo de batalla es el número de abonados, ¿cuántos tiene ahora el club?

Estamos en 1.450 más luego las empresas que pagan los palcos de pista. Si sumamos estos, estamos por encima de 1.600. Estamos en cifras de 2019, incluso un pelín más, que fue el año de mayor número de abonados. Digamos que tenemos una masa fiel y el resto de clubes ha perdido abonados, con lo que nos podemos dar con un canto en los dientes. 

Pero creo que nos falta, al deporte en general, enganchar a los jóvenes. Conseguir que vayan a ver deporte cuando es muy barato. El freno no es el precio. El reto de todos es conseguir que el que venga se lo pase bien. No solo el partido, hacer más espectáculo, como los juegos de luz en Palencia. Sin llegar a NBA, introducir cosas que atraigan a los jóvenes y así que consigamos rejuvenecer y aumentar la masa social. Como la peña del entorno de la UEMC.

¿Qué cifra se marcan necesaria para crecer?

El presupuesto crece todos los años, pero no por el importe de los abonados, que encima en estas dos últimas temporadas se han visto mermados los ingresos al haber partidos sin público. Es que 400 abonados más pueden suponer ciento y pico mil euros más, que lleva a mejora en la plantilla; aunque esto no siempre es garantía de éxito (y se está viendo en esta Liga). 

¿Cuál es el porcentaje de los ingresos por abonados con respecto al presupuesto total (900.000 euros)?

Un 20-25 por ciento. Pero hay que destacar que la aportación de las empresas privadas está por encima del 50% del presupuesto. Por eso agradecemos a las empresas que hayan vuelto a confiar en el baloncesto, ya que éramos un deporte maldito en Valladolid. 

También el paso adelante de las administraciones, tanto Ayuntamiento como Diputación, ahora con el patrocinio de Alimentos de Valladolid (sale en la camiseta y el pantalón). 

Espectáculo, peñas... ¿qué más se puede hacer para recuperar e incorporar a la gente al básquet?

Buenos resultados también es la clave. Que el equipo esté arriba, que sea vistoso el juego... a la gente le gusta ver espectáculo y pasárselo bien. La clave es conseguir el juego y que acompañen las victorias. El equipo va a ir creciendo. Los partidos no han reflejado lo que se ven en los entrenamientos. 

Esos 900.000 euros de presupuesto, ¿dónde sitúan al club en la Liga?

Pues en la parte media, un pelín más arriba. Pero eso no es garantía de nada. Eso es Pepe (Catalina), que hace maravillas con el dinero que hay. Aunque crezcamos en presupuesto vamos mejorando el acomodo de los jugadores, que ya pueden venir con sus parejas (algo impensable en el primer año). La Liga va a ser muy competitiva, y se ve jornada a jornada, con clubes con mayores presupuestos abajo ahora. Nosotros creo que podemos aspirar a estar en el playoff. Creo que vamos a entrar y no quiero poner presión, pero tenemos capacidad para estar ahí y luego es tener un pelín de suerte en ese playoff.

¿Cree que falta paciencia... incluso desde dentro?

Presión interna no hay, es más externa. Todos queremos ganar, ganar... Sí que somos impacientes. Por ejemplo, en el derbi la gente se fue con más pesar por la rivalidad del partido y eso influye en el ánimo del espectador. 

Cambiemos de tercio: ¿El club se va a terminar convirtiendo en Sociedad Anónima Deportiva?

No lo sé. El tiempo lo dirá, pero ahí estamos en manos del Real Valladolid, que es el que tiene la capacidad económica. O viene una empresa o un patrocinador o un inversor que quiere convertirnos en esa SAD porque la capacidad del club no es la suficiente.

También estamos pendientes de la Ley del Deporte, con ese borrador que está ahí y que elimina ese condicionante. Eso no solo nos va a ayudar a nosotros, sino al resto de clubes de la Liga a tener la posibilidad del ascenso sin tener la carga del depósito del 1,8 millones de euros (para crear la SAD).

¿A usted, que también controla el ámbito empresarial, le gustaría?

Es que creo que los recursos se deben dedicar a lo que vemos en la cancha, no a tener un depósito para una SAD. Hay luego otros condicionantes que marcan el estar en la ACB, presupuesto mínimo, límites salariales... ya son condiciones rigurosas para estar en una competición de máximo nivel. Lo de la SAD es una fórmula de gestión. Una SA también podría ser válida. En el fútbol hay clubes que no lo son y que se permita en nuestra Liga puede ser positivo. Ahora es un freno para clubes modestos.

¿La ACB está lejos?

Está lejos, depende de cómo se quiera ver. Nosotros estamos creciendo poco a poco para llegar a corto plazo a ACB. Y creo que se puede llegar.

¿Qué es corto plazo?

Dos o tres años. Este año es el segundo con el Real Valladolid y el convenio con ellos es a tres. Vamos a ver cómo acabamos este año y cómo planteamos el siguiente. Veamos los resultados y esa modificación de la Ley del Deporte, y plantearemos cosas.

El convenio con el Real Valladolid es a tres años, ¿prorrogable?

Sí, sí. Por las dos partes, siempre hay cláusulas. Pero lo normal es que se renueve y sigamos adelante.

Siempre ha habido dudas, pero este año ha habido aportación económica del Real Valladolid...

Sí, hay pequeñas aportaciones económicas que nos ayudan a cuadrar el presupuesto, sobre todo después de los problemas por la pandemia y la devolución a los abonados. Están ahí y es un respaldo.

¿Cuantificarlo?

Eso son temas internos que no se pueden trasladar.

Ese acuerdo con el Real Valladolid, ¿está siendo más beneficioso que perjudicial?

Sin duda. El estar de la mano, no a la sombra... porque somos independientes en gestión, en trabajo y estamos supervisados por su departamento legal y financiero. Tenemos más ayuda que teníamos antes, aunque tenemos nuestro bufete de abogados y asesores. El ir de la mano del Real Valladolid nos ha abierto puertas a nuevas empresas y patrocinadores, más grandes de los que teníamos, aportan más porque tenemos la marca Real Valladolid. Por eso es difícil de cuantificar.

Se llegó a decir que la situación del club era dramática pero, ¿hasta el punto de estar en riesgo de desaparición?

Hace dos años, con la pandemia... era dramática porque no sabíamos cómo solucionar el tema de la devolución del dinero a los abonados o cómo compensarles. Nos suponía un agujero económico importante y además queríamos compensar a nuestros patrocinadores, cuya marca no se vio durante la temporada. Ese cuarto de temporada, nos produjo el desajuste.

Al final lo conseguimos solucionar aunque en esos momentos te planteas el 'y ahora, ¿qué?'. Teníamos todos los gastos pero no los ingresos, ya que contábamos con los de taquilla, que estaban siendo muy buenos. Todo fue por la pandemia, no por una mala gestión, ya que siempre hemos ido con pies de plomo.

Pero no hemos estado tan mal como para pensar en riesgo de desaparición ni vamos a dejar que llegue a esa situación el club.

¿Acabará siendo el Real Valladolid el dueño y gestor del club de baloncesto?

Pues no lo sé. El tiempo lo dirá. Es una cosa que no se ha planteado ni por su parte ni por la nuestra. Creo que por ahora vamos a seguir de la mano con respeto mutuo, colaboración y ayuda. El futuro nadie lo sabe.

¿Qué ocurre con la cantera? Desde fuera da la sensación de que el primer equipo va por un lado y la base por otro...

Creo que se puede hacer más para que haya un sentimiento de pertenencia entre las dos partes. Sí que coinciden entrenamientos, pero el ocio de los chavales ha cambiado. El mío era ser abonado al baloncesto, entre otras cosas. Ahora hay que motivar a los chavales para que, al menos, vayan a ver su equipo y ya que lo sienten propio, porque quieren jugar en el club, que se sientan identificados y vengan a los partidos. No sabemos si es el tema del horario e igual hay que cambiarlo... pero sí, la cantera y el primer equipo deben hacer algo para estar más unidos porque hay un pequeño distanciamiento.