Después de una jornada de continua preocupación por la situación de los ríos el pasado martes, los municipios de la provincia vieron ayer cómo los caudales volvían a la normalidad con bajadas durante la madrugada. Todos los ríos de la provincia descendieron de manera notable y la Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León declaró finalizada la situación de nivel 1 de emergencia del Inuncyl en la provincia.  

El pueblo más afectado por las inundaciones fue Viana de Cega, donde el fallo de una válvula de un aliviadero de la depuradora ocasionó que el agua volviera a estar a las puertas de las viviendas durante el pasado martes. Sin embargo, el agua ya había bajado «al menos un par de metros» en la jornada de ayer y el alcalde, Alberto Collantes, indicó que la evolución había sido muy positiva y que únicamente faltaban las labores de limpieza de la calle que, evidentemente, había quedado embarrada. Aunque todavía quedaba agua junto a la calle, ya había bajado y ni siquiera estaba cerca de las casas como ocurría ayer.   

Lo mismo que sucedió en Viana de Cega ocurrió en el resto de municipios, sin que se registraran dificultades en ningún otro punto de la provincia. Tanto fue así que  en los municipios afectados por las crecidas del martes, ayer se respiraba absoluta tranquilidad con los límites del caudal a varios metros de los niveles de alarma. Sin ir más lejos, en Simancas el río pasaba a mucha distancia de la parte superior de los ojos del puente viejo, cuando un día antes estaba mucho más cerca. Lo mismo sucedía en Puente Duero o en Tordesillas.

La calle Río en Viana de Cega necesitará labores de limpieza, pero ya no tenía agua ayer. Así, la Confederación Hidrográfica del Duero anunció que sólo se encontraba en situación de alarma el río Eresma en la estación de aforo de Coca, en la provincia de Segovia, con tendencia de bajada.

No obstante, los alcaldes afectados prevén que pueda darse una nueva crecida debido al deshielo por las altas temperaturas que están previstas para toda la semana.