"Es un número impopular, pero mira... estamos muy contentas"

Óscar Fraile
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Rosa Salamanca, una de las vendedoras del Tercer Premio de la Lotería de Navidad en Pajarillos, asegura que las dos trabajadoras de esta administración están "muy ilusionadas por hacer feliz a la gente". Es la segunda vez que dan un premio en Navidad

Tercer premio vendido en el barrio de Pajarillos - Foto: J.T.

Las dos responsables de la administración de lotería situada en el número 11 de la calle Cigüeña no se imaginaban que iban a tener un domingo tan movido. Hoy no tenían pensado abrir, como todos los domingos, pero a media mañana el teléfono empezó a echar humo para avisarlas que habían vendido un premio importante. Concretamente, el 00.750, tercer premio de la Lotería de Navidad, agraciado con 50.000 euros al décimo.

 

Con más alegría de lo habitual, se fueron hacia su puesto de trabajo, que ya estaba lleno de periodistas y reporteros gráfico. “Me llamó mi compañera Adela y me dio la noticia, me ha hecho una ilusión enorme”, señala Rosa Salamanca, una de las dueñas.

 

Hace siete años que este negocio esta instalado en la calle Cigüeña, en Pajarillos, uno de los barrios más humildes de la ciudad. Antes estaba en Alonso Pesquera, desde donde vendieron otro quinto premio de la Lotería de Navidad. Rosa esperaba con ilusión que alguno de los premiados con uno de los diez décimos vendidos se acercara por allí. “Pero no lo suelen hacer, al que le toca no aparece”, señala entre risas.

 

Da igual. Pese a no poder decírselo a la cara a los premiados, Rosa estaba exultante. “Lo más bonito de que te pase esto es saber que vas a hacer feliz a la gente, y no solo hoy,, sino durante el resto de sus vidas”, añade. Y eso hace que, según ella, no importe el hecho de no haber sido premiada personalmente, pese a verlo pasar tan de cerca. “No me importa, de verdad, estoy muy alegre por los premiados”, señala.

 

Finalmente fue el 00.750 el que trajo la buena suerte al popular barrio vallisoletano. “Un número impopular, muy feo”, reconoce la lotera. Demasiado bajo. Muchos clientes los evitan. Otros, en cambio, los buscan. Estos últimos se han cargado de razón para hacer bueno el dicho de que ‘todos entran en el bombo’.