La plaza que le vio nacer

M.B.
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La plaza que le vio nacer - Foto: Jonatan Tajes

1.Plaza El Salvador. Ángel Aranzana nació al lado de esta céntrica plaza. Su madre era la portera del portal número 7 de Teresa Gil y en este primer lugar pasó casi toda su infancia, jugando y disfrutando de todo lo que le ofrecía. Aquí se ubica la iglesia del mismo nombre, en la que fue bautizado, en la que hizo la Primera Comunión y en la que se confirmó. Y como en casi todas las historias, en esta plaza vivió algún episodio de nefasto recuerdo: «Aquí me rompí los dientes. Hace años pasaban coches y un día, columpiándome entre dos me caí y me dejé parte de la dentadura».

2.Quiosco de Fuente Dorada. Aunque ya no existe, el presidente de Ajupareva no olvidará nunca el quiosco que se situaba en esta plaza. «Estaba al lado de la farmacia y su dueño, Eloy, me dejaba leer los tebeos de mi época de crío», señala. Por entonces, además de los juegos en esta zona, Aranzana asegura que no tenía dinero para comprar esos tebeos de moda, Mortadelo, Tiovivo, Pulgarcito, Jabato... y que cuando pasaba por el quiosco y saludaba, Eloy le dejaba leerlos apoyado en una de las columnas.

3.Plaza Poniente. La mayoría de su etapa de chaval la pasó en la zona centro. Y de ElSalvador y Fuente Dorada, pronto se trasladaron a plaza Poniente: «Era una época donde no había problemas por salir solo a la calle, nos conocíamos todos, incluso la policía o la guardia civil. En alguna ocasión me he llevado un buen tirón de orejas». En la etapa de Poniente eran un grupo más amplio y buscaban alejarse de la zona más cercana a sus casas, para jugar en la fuente o en los parques de alrededor.

4.Colegio Público García Quintana (plaza de España, 7). Aquí estudio la Educación General Básica (EGB), aunque en su etapa este colegio se conocía como Escuela Normal. Recuerda que encima del centro estaba el Museo de Ciencias Naturales y Magisterio, y que bajaban a sus instalaciones a hacer las prácticas. «Además, por entonces, los chicos y las chicas estábamos separados. Nosotros entrábamos por López Gómez y las chicas por Teresa Gil», recuerda. 

5.Plaza Portugalete. De plaza en plaza continúa el recorrido por su Valladolid. Aranzana comenzó a trabajar en los míticos Juanitos y con ese dinero iba a la zona de la Catedral, donde se situaban diferentes bares como la Sidrería Asturiana y donde crecían dentro de su adolescencia.

6.Cines Vistarama (calle Portillo de Balboa, 4). Ya cerrados pero de los que tiene un doble recuerdo. El principal, sentimental, ya que aquí vio por primera vez a Ana, hoy su mujer: «Había quedado con una amiga, Conchi, para tomar algo y apareció con Ana y con otra amiga». Además, en esta zona de Valladolid vivió dos años y en estos cines vio sus primeras películas, como ‘Tiburón’ y ‘La batalla de Midway’.

7.Campo Grande. Un clásico para la mayoría de los vallisoletanos en su camino por la ciudad que les ha visto nacer y/o crecer. En su caso, no olvida los paseos de los domingos, con poco dinero en los bolsillos y una bolsa de pipas junto a Ana. Además, tiene guardada en su mente una redacción en el colegio en la que describió este pulmón verde y por la que consiguió la calificación de 10: «Uno de los pocos o el único que tuve». Ahora sigue yendo o pasando por el Campo Grande cuando va a casa, por la zona de los pájaros, el lago...

8.Vinos Merinos (calle de Leopoldo Cano, 4). Llegó a residir en la buhardilla del edificio donde se situaba este mítico establecimiento de Valladolid. Aquí iba con su mujer y con los amigos a tomar una botella de clarete. A este bar y al Penicilino y a todos los de la zona. «Era nuestro sitio de fiesta, de alterne en aquellos años», recuerda. Además, él conocía al dueño al vivir en el mismo edificio con lo que la relación era mayor. 

9.Discoteca Shout Club (Miguel Íscar, 8). En esta calle se situaba una discoteca que abría los domingos por la mañana: Shout Club, hoy ya cerrada. «No era al uso. Primero nos juntábamos en el bar Niebla, en la plaza de la Universidad e íbamos a esta discoteca, donde podíamos escuchar a los Rolling, Led Zeppelin... era música rompedora y bares alternativos», sentencia.

10.Ajupareva (avenida Valle de Esgueva, 8). Donde pasa todo el tiempo libre que tiene y desde donde lucha por la rehabilitación de los jugadores y porque las instituciones se involucren en su lucha. Llegó hace nueve años y desde hace casi tres preside esta asociación. «Trato de devolver parte de lo que aquí he recibido», añade Ángel Aranzana.