El cubano de amplia sonrisa

M.B
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¿Qué fue de Julio Fis? El cubano anotó 643 goles en las tres temporadas que estuvo en el Balonmano Valladolid, de 2002 a 2005. «Mis recuerdos más bonitos como jugador fueron allí», afirma el de Guantánamo. Vive en Ciudad Real desde su retirada

El cubano de amplia sonrisa

«Anoche vi un partido del Balonmano Valladolid, cuando ganamos la Copa del Rey». Julio Fis no ha olvidado su paso por Huerta del Rey. Aquí asegura que vivió sus mejores años como jugador de balonmano: «La mejor decisión de mi vida fue ir a Valladolid». Y eso que este cubano de amplia sonrisa jugó en el Kiel o en el Ciudad Real, ganando varios títulos; y fue internacional absoluto con España, siendo subcampeón de Europa.

Julio Fis Rousseduy nació en Guantánamo, jugó al béisbol, como la mayoría de cubanos, antes de recalar en el balonmano. Fue internacional por Cuba, jugando el Mundial de Egipto de 1999 con Rolando Uríos, Vladimir Rivero... acabando en una gran octava plaza (desde entonces, Cuba solo ha jugado un Campeonato del Mundo más, en 2009 y fue 20º). 

Como muchos compatriotas emigró a Hungría, ‘huyendo’ de la órbita cubana para recalar como profesional en España. Primero en el Bidasoa Irún y luego en el Ciudad Real. Jugó una campaña con los manchegos para irse cedido al Kiel, donde coincidió con Demetrio Lozano, otro histórico del balonmano. Estuvo a punto de irse al Nordhorn alemán, pero finalmente recaló en Valladolid en 2002 tras una llamada del entonces presidente, Jaime González. «Le hicimos una dura prueba, para forzar sus rodillas porque había tenido una lesión. A pesar de sufrir y de que se le hinchó la zona decimos que se quedara», recuerda el que fue su técnico aquí, Juan Carlos Pastor.

«Al principio me costó porque aunque los sistemas son sencillos, se hacen complejos. Pero hice un esfuerzo extraordinario», añade el propio Fis. Lateral izquierdo, es decir diestro, de 193 centímetros, fue un auténtico bombardero con su brazo derecho. A pesar de que le costó entrar en el equipo, acabó la primera temporada con 132 goles. Las dos siguientes fueron espectaculares, con 511 (240 y 271) entre ambas: «Y eso que no se cuentan los que hice en Europa».

Volvió a Ciudad Real en 2005 para jugar en Logroño en 2007, viéndose obligado a retirarse un año después por una osteocondritis en ambas rodillas, mayor en la derecha. Desde entonces vive en Ciudad Real, donde tiene 2 hijos y donde regentó varios negocios hosteleros y algún salón de baile: «Ése ya lo lleva mi hermano; yo ya estoy mayor».

Ayudó a varios equipos de base de la capital manchega, aunque su salto definitivo al mundo de los banquillos lo espera dar en breve. La semana pasada coincidió con, entre otros, Chema Rodríguez, en el Curso Nacional de Entrenadores en Madrid, donde también se encontró con Juan Carlos Pastor, David David, Raúl González... estos últimos en la actualización del EHF Máster Coach. «Quiero ser entrenador. Ya he hecho alguna cosilla, pero quiero dirigir a un equipo y ver si puedo hacerle campeón», señala ambicioso.

Mientras sigue viviendo en Ciudad Real y colaborando con la selección cubana de balonmano. Cuando ‘huyó’ de Hungría sufrió el veto de no poder entrar en su país durante 12 años. Superado, volvió y ahora es miembro del staff técnico de su selección y vocal de la Federación Cubana. «Represento a los jugadores que están fuera de Cuba. Cada 2 o 3 meses vuelvo a casa... cuando me llama mi madre», bromea. 

A Valladolid regresa siempre que puede. Guarda grandes recuerdos de la afición, de la ciudad, de los compañeros; y mantiene amigos como Juan: «Fue un equipo extraordinario». De hecho estuvo en noviembre y asegura que la gente aún le reconocía por la calle: «Fue increíble oír eso de ‘Ey, eres Julio Fis’». Eterna sonrisa.