«Al mobiliario, se suma la pérdida por tener un mes cerrado»

A.G.M.
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'El Niño Perdido' fue uno de los negocios afectados por las inundaciones que provocó la tromba y espera indemnizaciones por valor de más de 50.000 euros

Situación que presentaba el local en la actualidad. - Foto: Jonathan Tajes

La noche del día 17 de septiembre el agua se convirtió en el peor de los clientes de El Niño Perdido, un bar situado en la calle Esgueva. Acostumbrados a que el antiguo cauce del río les juegue bastantes malas pasadas, lo de aquel martes fue tan devastador que, aún hoy, un mes después de la tromba, el negocio sigue cerrado. «Nosotros esperamos poder abrir a lo largo de la próxima semana», según avanza Beatriz Ortega, administradora de la sociedad.

Otra cosa será cobrar los 50.000 euros que reclaman al Consorcio de Compensación de Seguros, de lo que no han visto aún nada. «Esta es una cifra provisional todavía y, además, a día de hoy no nos han indemnizado», explica Ortega. «La cosa va lenta porque desplazaron a los peritos del Consorcio a Murcia, porque allí estaban peor. Y cuando hemos empezado la obra han ido saliendo más cosas, pero, por el momento, hablaríamos de 50.000».

«Perdimos todo el mobiliario y la maquinaria, pero también hay que sumar las pérdidas por tener cerrado todo este tiempo, que se hace en función de las cuentas anuales que presentas. Ysiempre acabas perdiendo, porque la póliza marca mínimos y máximos», dice la dueña, que explica cómo han ido superando este mes: «Somos cinco empleados y lo que hemos hecho nosotros, es que como tenemos otro bar, el  Sinners, pues hemos cubierto turnos allí y se han dado vacaciones a quienes aún tenían días pendientes».

Situación que presentaba el local la noche del día 17 de septiembre.Situación que presentaba el local la noche del día 17 de septiembre. - Foto: D.V.Quieren que la obra acabe en días y volver a abrir, pero no es fácil, ya que, según explica, llevan con humidificadores desde el día 18 de septiembre y «aún se siguen llenando».

«El Niño Perdido está en la calle Esgueva y ahí, si no entra el agua por la puerta, entra por la ventana o se desborda por las cisternas de los baños. Bien es cierto que esto nunca había entrado tanto, pero porque nunca había llovido así en Valladolid. En la zona de la barra se ha levantado como un muro para que, al menos, no llegue a afectar a la maquinaria. Veremos», concluye.