«Queremos un sistema económico más moderno y vanguardista»

M. Rodríguez
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El cabeza de lista del PSOE de Valladolid al Congreso, Javier Izquierdo, sostiene que «el modelo de Óscar Puente de apostar por la ciudad choca con el de la Junta, que no genera actividad»

«Queremos un sistema económico más moderno y vanguardista» - Foto: Jonatan Tajes

El cabeza de lista del PSOE de Valladolid al Congreso, Javier Izquierdo, reconoce que hay demasiada crispación en esta campaña y asume que, en parte, es culpa de los políticos. Eso sí, defiende que su partido trata de centrarse en explicar su gestión de Gobierno y las propuestas que tiene para los cuatro próximos años. En este punto, repasa los compromisos que ya se han ejecutado en la provincia.

¿Qué sensaciones tiene en lo que va de campaña, se corresponden con sus expectativas?

Estamos viendo dos tipos de campaña. Por un lado, está la de Pedro Sánchez y el PSOE que es en positivo, planteando propuestas, tratando de explicar por qué queremos seguir gobernando, todo lo que hemos hecho en estos diez meses y las grandes transformaciones que hemos llevado a cabo. Y por otro lado vemos una campaña que se está basando en mentiras e insultos, en muchas ocasiones, lo que para mí es muy grave porque lo que hace es desprestigiar la política en su conjunto. Y, sobre todo, siempre he pensado que lo que hacemos los políticos lo ven los ciudadanos como un modelo y un referente. Y todo lo que sean comportamientos que inciden en el exabrupto y en el insulto, creo que no son buenas muestras para fomentar una convivencia sana. 

¿Hay posibilidades de bajar ese tono ante el ambiente de crispación generado?

La crispación la estamos viendo fundamentalmente en el PP, en sus mensajes. Me atrevería a decir que también en Ciudadanos y en Vox. No percibo esa crispación en los mensajes que lanza Pedro Sánchez y el PSOE, donde se lanzan propuestas, se explica la gestión de Gobierno y el proyecto que queremos trasladar a los españoles para gobernar los próximos cuatro años.

Todos los partidos reiteran que lanzan propuestas, pero hay muy pocos debates y confrontación de programas.¿No considera que hay mucho ruido y poco debate de propuestas?

Estamos viendo debates en los medios de comunicación. Hemos planteado al PP un posible debate en la televisión de Castilla y León. Nosotros estamos dispuestos a acudir a todos los debates que se realicen y nos encantaría tener todos los que se planteen. Es saludable para la democracia, en su conjunto, y lo digo porque creo que tenemos el mejor programa, lo que es una fortaleza importante en las propuestas que podemos trasladar a la ciudadanía.

Aunque se está hablando poco de Valladolid, de las infraestructuras y compromisos pendientes durante años. ¿Por qué se da esta situación?

Hay cosas que se han demostrado desde la acción de Gobierno. La semana pasada licitábamos dos tramos de la Autovía del Duero, entre Tudela y Quintanilla, casi 40 kilómetros nuevos con un valor de más de 200 millones. Me consta que no tardará mucho en someterse a información pública todo lo que es el tema del tercer carril, especialmente el tramo entre Cigales y Simancas, que es el que más avanzado estaba. También ha habido avances en el tema de los talleres de Renfe, donde me he interesado en el tema de la licencia, que ya llegó.

¿Nueve meses es suficiente para demostrar la solvencia de un proyecto donde han existido muchos anuncios  en los denominados ‘viernes sociales’? 

En estos meses de Gobierno hemos adoptado una batería de medidas enorme, que han supuesto un cambio muy grande. Las pensiones están actualizadas conforme al IPC; hemos subido el salario mínimo interprofesional (SMI) a 900 euros; hemos repuesto el subsidio para parados mayores de 52 años; se ha eliminado el impuesto al sol y se han suprimido los peajes en las autopistas que vencían su concesión. Hay un sinfín de medidas de carácter social, algunas que tienen que ver con la mejora de la calidad del empleo, donde hemos demostrado que se puede gobernar de una manera completamente distinta. 

Hemos pasado de hablar de un Gobierno que estaba asediado por sus casos de corrupción a hablar por lo que hace, por las políticas que pone en marcha. Esto nos permite también ver quienes apoyan ese tipo de medidas porque todas necesitaban el respaldo con decretos ley en el Congreso. Y vemos como en esto tanto PP como Cs han ido de la mano en no apoyar, e incluso rechazar, muchas de estas medidas. Y eso por no hablar de la última medida mágica de la subida de 900 a 850 euros del SMI que propone Casado.

¿Para financiar todas esas medidas hay que subir los impuestos? ¿Un planteamiento muy distinto al de PP, Cs y Vox?

Este debate me gusta e interesa mucho. Los socialistas defendemos un modelo de una sociedad justa, cohesionada y eso pasa, fundamentalmente, por mantener el estado de bienestar y reforzarlo. Cuando escucho al PP hablar de rebajas fiscales de 18.000 millones de euros quiero que los ciudadanos sepan que eso es el 25% del gasto sanitario de este país. Por tanto, el PP tiene que explicar de donde van a recortar cuando no ingrese ese dinero. Vox lo dice más claro: la sanidad y la educación la tendrán que prestar empresas privadas y habrá unos servicios de beneficencia con un cheque que nos darían a cada ciudadano y, por lo tanto, eliminando todos los elementos de solidaridad, cohesión y justicia social que aporta un estado de bienestar como el que defendemos los socialistas. Y también hay que decir que esta rebaja que propone el PP va dirigida fundamentalmente a los grandes patrimonios y a las grandes empresas.

¿A quién va dirigida la del PSOE?

Nosotros proponemos un modelo en el que las personas que ganan más de 130.000 euros sí que verán incrementado el IRPF; los que tienen impuesto de patrimonio lo verán incrementado un 1%, es decir los más ricos; las grandes empresas pagarán un mínimo del 15% en el impuesto de sociedades frente a un tipo, a veces, que es muy escaso a veces frente a los beneficios que tienen. Y, por contra, a las pymes que facturan menos de un millón de euros les vamos a bajar dos puntos el impuesto de sociedades. Están también los impuestos a las transacciones financieras y a las tecnológicas. Vamos a implantar un sistema progresivo como dice nuestra Constitución, donde los que más tienen más aportan para sostener el estado de bienestar y las políticas públicas que configuran la solidaridad social.

¿Toda esta fiscalidad permitirá mantener el sistema de pensiones? ¿Tiene sentido que entre al debate electoral donde abundan las promesas volátiles?

Nuestra promesa es la realidad. Hemos aprobado un decreto ley actualizando las pensiones conforme al IPC y, además, hemos incrementado un 3% las pensiones mínimas y hasta un 7% las de viudedad. No estamos haciendo promesas, decimos lo que hemos hecho. Y ese decreto ley no contó con el apoyo del PP ni de Cs. Al PP le estamos oyendo hablar de cuánto hay que recortar las pensiones porque no nos engañemos eso es lo que significa el 0,25% al cabo de unos años, un recorte del poder adquisitivo de entre el 20 y el 40%. Y los otros partidos de la derecha hablan claramente de desmontar el sistema público de pensiones hablando de sistemas de capitalización, que es que quien tiene dinero para ahorrar para el futuro tendrá un complemento a la minipensión pública y el que no tenga, que será la mayoría, pues tendrán una pensión de miseria.

¿Se está estirando demasiado el lenguaje y las promesas en este caso? ¿Es viable el sistema? ¿No haría falta un pacto?

El Pacto de Toledo es fundamental. Las pensiones tendrían que estar, como lo fue siempre, acordadas entre todos los partidos, empresarios y sindicatos. Esto fue la tónica hasta que el PP estableció su modelo de subida del 0,25%. Una imposición unilateral. Es evidente que hay que adoptar medidas para garantizar la sostenibilidad del sistema de pensiones y nosotros proponemos sacar algunos gastos para que vayan con cargo a los presupuestos generales. También tiene que haber una mejora de los salarios y por eso la subida del SMI es tan importante porque incrementa los ingresos de la Seguridad Social, igual que hemos incrementado el tipo de cotización para generar más recursos. Y lo que no hay que descartar es otro tipo de medidas de aportaciones a través de otros impuestos o de los PGE para garantizar la sostenibilidad. Y para eso es necesario el consenso, pero todos los partidos tienen que decir claramente que quiere un sistema público de pensiones sostenible, justo y digno.

Cada vez hay menos cotizaciones porque se está invirtiendo la pirámide poblacional y cada vez hay más pensionistas y menos trabajadores. ¿Qué políticas podrían dinamizar la economía y generar más empleo?

Hablamos de un nuevo estatuto de los trabajadores porque creemos que en estos últimos años ha habido una pérdida clara del equilibrio entre los representantes de los trabajadores y los empresarios. La reforma laboral del PP acabó con ello. Eso hay que recuperarlo. Además, hay que mejorar las condiciones de los trabajadores, sus salarios,y otros derechos y garantías, entre las que está el tema de fichar en las empresas. Lo que hasta ahora era una herramienta de control del empresario hacia los trabajadores para verificar que cumplían el horario, hoy se puede volver en una garantía de que las horas que se trabajan se cobran, ya sean extras o no. Eso hasta ahora no ocurría. Esto se tiene que acabar porque eso incide en el incremento de las cotizaciones y en la dignidad del empleo.

¿Esas medidas tan dirigidas a los trabajadores animan el miedo de algunos sectores a las políticas de la izquierda?

Nuestro modelo económico apuesta porque la economía tiene que cambiar, avanzar y modernizarse en aspectos que tienen que ver con las nuevas tecnologías y la transición ecológica como una oportunidad para nuevos nichos de negocio. Eso puede aportar nuevos elementos de generación de actividad económica y empleo, que deben estar basados en la ciencia, la investigación, el desarrollo y la innovación. En los PGE planteábamos un incremento del 8% en I+D+i, lo que significaría tener más recursos para la investigación. En la educación también es fundamental la capacitación en nuevas tecnologías, desde la FP hasta todas las etapas de la vida. Además, de la mayor inmersión de las niñas, primero, y después de la mujeres en las profesiones tecnológicas, donde lamentablemente hay un retraso importante. Creemos en un modelo económico más moderno y vanguardista, que genere riqueza pero que la reparta con empleo  y salarios dignos.

La polarización también afecta a temas como la laicidad, el aborto o la eutanasia, que han ido apareciendo a lo largo de la campaña. ¿En un Parlamento polarizado se podrán consensuar estas medidas?

Lo que sabemos es que si las tres derechas suman van a gobernar. Y eso significará que habrá retrasos en derechos; que no habrá una ley de eutanasia, como proponemos; que habrá retrocesos en la igualdad entre hombres y mujeres; que retrocederán los derechos a la maternidad y la interrupción voluntaria del embarazo; que habrá rechazo a las leyes que luchan contra la violencia de género y nosotros ofrecemos es avances en todo tipo de derechos. Le pedimos a la gente que si no quieren que las ‘tres derechas’ sumen, el 28 de abril deben ir a votar porque las elecciones se ganan en las urnas y no en las encuestas. Deben pensar que la opción para pararles es votar al PSOE, que somos los únicos con posibilidades de gobierno y que con un amplio respaldo podremos llevar adelante transformaciones que son necesarias. 

Las encuestas hablan de más de un 40% de indecisos, que estarían entre PSOE y Cs. ¿Por qué hay tanto incertidumbre?

Ahora hay un escenario de más partidos, cinco de ámbito nacional con posibilidades de tener representación, y por tanto el ciudadano tiene más opciones políticas. Y ahí pueden estar parte de las dudas. También es que venimos de una época donde la crisis le ha hecho daño al sistema democrático porque ha habido conductas de corrupción y hay un cierto descrédito. Por eso planteamos un programa regenerador para tratar de recuperar la confianza del ciudadano en sus representantes. Ese es uno de los objetivos primordiales y debemos hacer que la convivencia en este país sea pacífica y eso pasa por unas instituciones fuertes y respetadas, que depende de las medidas que adoptamos y por cómo nos comportamos a nivel individual. Hemos propuesto la eliminación de los aforamientos en la Constitución, pero PP y Cs se opusieron. Algunos hablan de regenerar pero cuando toca se oponen.

Durante unos días  la España vaciada protagonizó la precampaña ¿Qué les proponen para conseguir unos escaños determinantes?

El Gobierno aprobó una estrategia del reto demográfico. Cumplimos algo que el PP dejó en el olvido, después de una petición de la Conferencia de Presidentes. Planteamos una batería de medidas que hay que llevar a cabo entre las distintas administraciones, en función de sus competencias. Hay dos puntos decisivos para que alguien decida quedarse a vivir en un territorio. Uno, la generación de empleo, que  es fundamental, y ahí hay que esforzarse en propiciar las mejores condiciones para que las empresas tienen desarrollen sus actividades. Se puede contraponer el modelo del alcalde de Valladolid, muy preocupado por aprovechar todo el potencial para generar actividad en su ciudad, y las cifras de desempleo son mejores que en el resto de la región, y el de la Junta, donde teniendo competencias muy poderosas no ha generado las condiciones adecuadas. Al estar vinculados a casos de corrupción relacionados a las renovables o a pelotazos en el suelo industrial es evidente que no atraen la inversión privada. 

¿Qué alternativa hay para la fractura territorial que se vive?

Me sorprende  el debate en torno a la defensa de la unidad de España y la Constitución. Hay partidos que se arrogan el ser los más constitucionalistas cuando la Carta Magna hay que defenderla en todas sus artículos. Reconoce las comunidades autónomas y los estatutos de autonomía, que se han aprobado con amplios consensos y, por lo tanto, me sorprende que se planteen involuciones o retrocesos en lo que la propia Constitución dice. Esto es un engaño al ciudadano porque se promete cosas que se sabe que son imposibles de hacer. Cataluña es un problema muy serio, que hay que abordar. Se nos achaca un pacto con los independentistas, y si Pedro Sánchez llegó al Gobierno es porque hubo una moción de censura para sacar a un partido que estaba condenado por corrupción, por financiación ilegal y por enriquecimiento de sus líderes. Decimos que dentro de la Constitución y la ley se puede hablar de todo, lo que no cabe en este ámbito no es posible. Hay conseguir la convivencia y que la gente esté cómoda en un proyecto colectivo que se llama España. Lamento que PP y Cs tengan una actitud de prescindir de dos territorios (Cataluña y País Vasco) y generar confrontación en el resto de España.

¿Les reprochan en Valladolid que no hay las mismas oportunidades que en esos territorios? 

Eso no lo comparto. En este país hay derechos y garantías constitucionales para todos, y después están las políticas que aplica cada gobierno autonómico. Los recortes que hay en unos territorios no los hay en otros. Las opciones que se plantean en educación pública, sanidad o la lucha contra la violencia de género no son igual en Andalucía ahora que con el PSOE. Tampoco es igual a lo que se ha hecho aquí, donde la pérdida de empleo público en la educación y en la sanidad choca con que en el conjunto de las comunidades se ha recuperado. Aquí sufrimos una serie de políticas, de 32 años de la derecha, que nos están relegando en derechos pero no porque una norma diga que tenemos más o menos derechos.

¿Cuál es su compromiso con los vallisoletanos?

Hay que apostar por la conservación de la red de carreteras porque hay un deterioro importante. Hay infraestructuras pendientes, pero la A-11 avanza y el tercer carril, igual. También hay que desarrollar el Campus de la Justicia. Y una cuestión que he vivido muy directamente es la del castillo de Trigueros, donde hay que hacer un esfuerzo por un inmueble magnífico, con un ayuntamiento tremendamente implicado en su conservación, que se le caen lienzos completos cuando hay lluvias. La Junta, que es el responsable de la conservación del Patrimonio, no hace nada por ayudarles a conservar un BIC, y hay que empujarles para que pueda optar a las ayudas del 1% cultural.

¿El PP sigue apostando por el soterramiento?

La pregunta que le haría es por qué no pusieron el dinero cuando gobernaban. Íñigo de la Serna fue el que dijo que no habría soterramiento en Valladolid. ¿Por qué Pilar del Olmo cuando era consejera de Hacienda no dijo pongamos más dinero para soterrar el tren? No tienen ninguna credibilidad. Ellos fueron impulsores del convenio de la integración. Los vallisoletanos están cansados de mentiras. Un solución consensuada entre las tres administraciones es la mejor de las soluciones posibles y me sorprende que dos personas que formaron parte de ese acuerdo lo cuestionen. El PP con el soterramiento tiene la cara más dura que el hormigón armado.