Evocación a los orígenes

R. Gris
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El presidente de Coag Valladolid, José Alberto Duque, revela sus diez lugares favoritos de Valladolid, entre los que está la Desembocadura del Esgueva

José Alberto Duque, presidente de COAG Valladolid. - Foto: Jonathan Tajes

Desembocadura del Esgueva. Este agricultor del Valle del Esgueva tiene especial predilección por esta zona de la ciudad, a la que califica abiertamente como su favorita. Siente que es una parte de su pueblo, Castroverde de Cerrato, donde trabaja. Lamenta que el río no esté regulado y se pierda «tanta agua» de camino al mar. «No tiene sentido, lo que estamos haciendo es potenciar la España Vaciada». Le encanta dar un paseo por esta zona y ver la cascada, que le lleva a sus orígenes. A su pueblo. «Es una pena que estemos perdiendo toda una zona como es el Valle de Esgueva, donde nos estamos quedando sin vecinos».

Campo Grande. Considera que se trata de uno de los pulmones d e la ciudad, en una capital «cada vez más deshumanizada». Recuerda los paseos que daba con sus hijos, el barquero..., y considera que en todas las ciudades debería existir un espacio de estas características para que los vecinos pudieran disfrutar de unas horas de ocio y de esparcimiento evitando los quehaceres del día a día. No elige ningún rincón en concreto del parque, sino que apuesta por perderse en los lugares más recónditos para poder disfrutar de las ardillas. 

La Plaza Mayor. Considera que es el punto de encuentro y de la armonía. «Es un espacio muy bonito», aunque apuesta porque el Ayuntamiento continúe con la peatonalización del casco histórico de la ciudad. «Lo bonito del centro de una ciudad es que te puedas perder caminando por el centro y perder de vista la posibilidad de que te pueda pillar un coche». Por eso, apuesta por peatonalizar un mayor número de calles. Destaca que en la Plaza Mayor se juntan todo tipo de personas, desde mayores que acuden a tomar el sol hasta jóvenes. «Es un lugar ideal para pasar un rato». Afirma que debe ser una zona de tránsito para todos y espera que cada vez exista manos tráfico y más lugares para los peatones. «Cuanto más peatonalizado está el centro, más se enriquece la ciudad». 

El Café Compás. Ubicado en la calle de La Merced, Duque apunta que se trata de un bar donde se puede disfrutar de «un buen gym-tonic», ya que el camarero «Antonio» los hace de una forma estupenda. Pero más allá de la calidad del establecimiento, destaca la tendencia del bar hacia la literatura. «Es una tarea encomiable, es algo más que se aporta al cliente y siempre es un placer que un bar se decante por la literatura». 

La calle La Vía. Elige esta calle como un símbolo de la barrera física que representa la vía del tren para los vecinos de la zona. «Es un reflejo de «la inoperancia política» para llevar a cabo la operación del soterramiento. «Se han gastado muchos millones para nada». Apunta que no puede haber nada peor para los habitantes que el derroche del dinero público.

La Plaza de San Pablo. Considera que la belleza de la plaza es de tan magnitud que debería de servir de ejemplo «para el resto de las ciudades». Es una zona «hermosa», aunque Duque se decanta por la fachada de la iglesia como el súmmum de la belleza en esta zona de la ciudad. 

La ribera del río Pisuerga. Aquí no señala ningún punto estratégico de la ciudad, sino que resalta todo el espacio en su conjunto, desde el denominado como puente del Cabildo hasta más allá del parque de Las Moreras. «Es un espacio abierto que supone un deleite para todas las personas que lo transitan». Los domingos por la mañana sale de su casa en La Pilarica y camina a la orilla del río. «Se respira silencio y es algo verdaderamente agradable». 

La Olla Dorada. En la calle Doctor Montero. Resalta los calamares, las sardinas y las gambas que preparan José y Elvira como los mejores de toda la ciudad. Eso sí, indica que los domingos a la hora del vermú «siempre está a tope». Los viernes por la tarde es tradicional que los clientes acudan a tomar chipirones, pero los domingos los calamares son los reyes de la barra. 

Acera de Recoletos. Le encanta pasear por esta calle de la ciudad, cerca del lado del Campo Grande. Considera que es uno de los espacios de la ciudad que se ha conservado mejor a pesar de vivir una etapa de un ávido avance de la construcción. «Es uno de los pocos espacios que se ha mantenido inmóvil y es un placer dar un paseo mirando los edificios y alejado de los coches». 

La Victoria. Destaca el barrio en su conjunto debido a la armonía existente en las calles y la cotidianidad de sus gentes. «Es un barrio puro y auténtico», manifiesta debido a sus comercios de proximidad y a la ausencia de grandes superficies comerciales. «La gente sigue bajando a la calle como sucedía antes».