Récord de trasplantes en 2018 por el repunte de la donación

A. G. Mozo
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El Hospital Clínico y el Río Hortega alcanzan por primera vez los 133 trasplantes en un solo año: 80 de riñón, 40 de hígado y 13 de corazón. Son un 51% más que en 2010. Valladolid capitaliza una de cada cinco donaciones de Castilla y León

Un trasplante en el Clínico. - Foto: Ical

El trasplante de órganos está en su mejor momento de la historia en España. No hay ningún país que se acerque a las cifras que se vienen certificando en estos años y que han llevado la ratio de donaciones nacional a las 48 por cada millón de habitantes. Lejos quedan los 31,7 que hay en Estados Unidos o los 22,3 que se dan, de media en la Unión Europea (29, 7 en Francia, 28,9 en Italia, 22,5 en Reino Unido, 9,7 en Alemania...). Ahí Castilla y León también está en el grupo de cabeza de las comunidades, con una ratio al cierre de 2018 de 60,4 casos por millón de habitantes, después de cerrar el año con 145 donaciones (un 43% más que las 101 contabilizadas en 2017) y 223 trasplantes (casi un 20% más que los 186 del año anterior).

En España hay 44 hospitales que están autorizados para efectuar los trasplantes de órganos. De ellos, tres son de Castilla y León, y dos de Valladolid. A Clínico y Río Hortega se suma el de Salamanca, que se encarga de los trasplantes renal y de páncreas, asumiendo en exclusiva el trasplante de riñón procedente de pacientes vivos (familiares). El Hospital Clínico también efectúa renal y es uno de los veinte del país que hace trasplantes de corazón. El Río Hortega, por su parte, tiene la ‘exclusiva’ de los de hígado en esta región.

Los dos centros vallisoletanos cerraron 2018 con su mejor dato histórico de trasplantes desde que en 1995 se empezó con los renales y en 2001, con los cardíacos y los hepáticos. Los 133 practicados en un solo año son un 51% más que los 88 llevados a cabo a principios de esta misma década, en 2010. La subida había sido constante, pero sin acercarse jamás a unas cifras que se traducen en un trasplante cada 2,7 días.

El récord se sustenta tanto en los trece de corazón, que igualan las mejores estadísticas conseguidas tanto en 2006 como en 2009, como, sobre todo, en los 80 de riñón que se hicieron en el Clínico y que supone también su mejor dato histórico, por encima de los 66 que hubo en 2006. «Las cifras van en ascenso, pero creo que el récord es coyuntural, porque 2008 ha sido un año muy bueno en donaciones en todo el país», tal y como explica el jefe del servicio de Urología del Clínico, José Ramón Cortiñas. «En España se hicieron 5.318 trasplantes y, de ellos, 3.310 fueron renales, cuando en 2017 no se había llegado ni a los tres mil», detalla. Los 133 trasplantes de 2018 se completan con los 40 hepáticos que se desarrollaron en el Hospital Río Hortega, que fueron 12 menos (un 23%) que en 2017 y que lo sitúa incluso así algo por encima de la media del servicio.

«Tenemos un excelente sistema público de salud y, dentro de él, lo mejor que hay es la Organización Nacional de Trasplantes, porque es una organización supraterritorial, que coordina todos los trasplantes a nivel nacional y no hay ninguna diferencia entre las autonomías», destaca el doctor Cortiñas, quien resume que «cuando se selecciona a un paciente para trasplante entra en un listado para que, cuando aparezca un donante, se seleccione al paciente idóneo; hay preferencia dentro de la comunidad siempre que sea el idóneo, sino se manda a otra comunidad, pero jamás se deja perder un órgano».

«España es el país en el que más posibilidades de trasplante tiene un paciente que lo necesite», añade el coordinador regional de trasplantes, Pablo Ucio Mingo. «La cultura de la donación ha variado de tal manera que las negativas familiares están ya en el quince por ciento a nivel nacional y en Castilla y León, en un once por ciento», según destaca el también coordinador de trasplantes del Hospital Clínico Universitario de Valladolid, quien lamenta que, pese a la «encomiable generosidad de las familias en un momento difícil», ese porcentaje hace que aún «se pierdan muchos órganos» por la negativa familiar y que «por desgracia, fallezcan pacientes en listas de espera», por lo que Ucio Mingo fija el objetivo en conseguir un «0% de negativas».

De las 145 donaciones anotadas en 2018 en Castilla y León, 33 (el 22% y un tercio más que en 2017) se produjeron en Valladolid: 19 en el Clínico y 14 en el Hospital Río Hortega. 32 se obtuvieron en el complejo de Salamanca, 29 en León, 25 en el Hospital de Burgos...

MÁS DE 60 AÑOS

Este aumento de las donaciones llega de la mano de una tendencia al alza de la edad de los donantes, hasta el punto de que más de la mitad tiene más de 60 años, por la disminución de los accidentes laborales y de tráfico; de ellos, el 30% tienen más de 70. «Tenemos unos donantes muy añosos», explica Cortiñas, «siempre intentas poner el riñón más joven, pero es mejor poner uno añoso que no poner nada».

A pesar de ese condicionante que supone el envejecimiento de los donantes, el jefe de Urología alaba el trabajo de la Organización Nacional de Trasplantes, a su juicio, «es la joya de la corona del sistema sanitario, que la copian por todo el mundo». «El sistema funciona muy bien, con los coordinadores, que son los que hablan con la familia y los que captan donantes, porque la familia no está para eso, pero si acudes a ellos y se lo explicas... Los pacientes en muerte cerebral son la base de la donación», argumenta el doctor Cortiñas González. «Ese engranaje lo tenemos muy bien en España. Hace dos años decían que se querían llegar a 40 donaciones por millón de habitantes en 2018 y, mira, ya estamos en las 48, lo que quiere decir que las cosas están funcionando muy muy bien».

'SPANISH MODEL'

El máximo responsable del trasplante renal del Hospital Clínico se refiere al Spanish Model (Modelo Español), que, tal como destacan desde la ONT,  es el que «se recomienda desde la OMS» y es el que «se está aplicando en diferentes partes del mundo con resultados muy similares a los obtenidos en España». El exitoso modelo desarrollado por la ONT se basa en la implantación de tres niveles de coordinación (nacional, autonómica y hospitalaria), una constante apuesta por la calidad y la formación, el apoyo a la difusión de la importancia del trasplante en los medios de comunicación y una legislación adecuada, que ahora se ha vuelto más rígida, elevando las penas para el tráfico de órganos hasta los doce años de cárcel.

«El hecho de que la donación sea altruista, anónima, voluntaria... lo que hace es garantizar que todo el mundo en España está en igualdad de condiciones», resume Cortiñas. «Hay países con tráfico de órganos, gente que te encuentras que tiene hecha una lumbotomía, claro, es gente pobre de solemnidad que es capaz de vender un trozo de su cuerpo por un dinero y eso es una auténtica barbaridad que aquí está absolutamente prohibido, porque eso sería privilegiar a los ricos».