La tercera participación de Argentina en una Copa del Mundo femenina romperá una prolongada ausencia de 12 años, cuando la Albiceleste desapareció del primer plano internacional tras su eliminación en la fase de grupos del Mundial de 2007. No compitió en la cita de 2011 ni en la de 2015 pero en 2019 reaparecerá en la elite casi sin ni esperarlo ni pretenderlo, tras haber quedado tercera en la última Copa América y haber batido a Panamá en la repesca.

Ese duelo a doble partido terminó de reanimar al fútbol femenino del país austral, después de varios años en los que la sección llegó a coquetear con su desintegración. Porque Argentina se dejó ir. Sin apenas concentraciones, entrenamientos y partidos, llegó a perder incluso su espacio en el ránking FIFA antes de que Estefanía Banini, Soledad Jaimes, Aldana Cometti y compañía obraran el milagro de llevar al combinado celeste y blanco a Francia.

Pero no hay para Argentina ninguna obligación, por su pobre recorrido en el certamen. Su historia se reduce a seis partidos y perdió todos, con dos goles a favor y 33 en contra que resumen su ineficacia.

La Albiceleste comparte el Grupo D con una selección candidata a todo, Inglaterra. Las Lionesses, que se llevaron el bronce de Canadá, son las rivales a batir pero también lo es Japón, actual subcampeona del mundo que llega a Francia con una profunda renovación de plantilla. Tanto la escuadra nipona (7ª) como la inglesa (3ª) están en el Top 10 mundial.

La baza de esta renacida Argentina pasaría por derrotar a la selección de Escocia, debutante en Mundial y su última rival, el día 19 de junio en París. Antes tendrá que batirse con Inglaterra (día 10, en París) y Japón (día 14, en Le Havre).