Los municipios segovianos de Cantalejo y de Carrascal del Río abandonan el confinamiento decretado hace 14 días por la Junta de Castilla y León para evitar la extensión del virus desde la responsabilidad, con la lección aprendida y con el objetivo de recuperar la normalidad en sus calles y actividad comercial y social.
En ambos municipios los vecinos acogen el fin del confinamiento, después de que no pudieran ni entrar ni salir de las dos localidades, contentos por abandonar esta situación, para algunos aburrida, y con ganas de “un poco de oxigeno”, pero también con responsabilidad en el cumplimiento de las normas.
La alcaldesa de Carrascal del Río, Henar de Pablo, agradece en declaraciones recogidas por Ical la solidaridad de los vecinos que, en estos días, han atendido y llevado medicina o alimentos a las personas que estaban en cuarentena y aislados.
Su mensaje, superado el confinamiento, es de responsabilidad, de volver a la normalidad, salir, disfrutar en lo que se pueda, siempre siguiendo las normas de las autoridades sanitarias, pero también “con la lección aprendida”.
En Cantalejo, Pilar Zamorano, que regenta la panadería-pastelería Ole Salero, se muestra satisfecha porque se “necesitaba un poco de oxigeno” y recuerda que se ha notado la ausencia en las ventas, ya que vecinos no han podido acercarse, tampoco los de municipios vecinos. “Ahora con ganas de que esto pase”, dice.
También se manifiesta contento Ángel Sacristán, propietario del estanco situado en la plaza de Cantalejo, aunque considera “injusto” el trato al municipio y asegura que “la gente ha sido responsable” antes y ahora. “Fuerza no nos ha faltado nunca”, explica, deseoso de saludar a los vecinos ausentes en estos días.
Cantalejo y Carrascal del Río no han sido los únicos municipios confinados por la Junta ante el aumento de casos de coronavirus. Antes lo fueron las localidades vallisoletanas de Íscar y Pedrajas de San Esteban y la burgalesa de Aranda de Duero.