Economistas recomiendan "mimar" al sector agroalimentario

SPC
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Juan Carlos de Margarida elogia el impulso que la agroalimentación ha dado a la economía y lo posiciona como el ámbito capaz de frenar la despoblación

Juan Carlos de Margarida.

El Colegio de Economistas de Valladolid, Juan Carlos de Magarida, recomendó hoy “cuidar y mimar” el sector de la agricultura en Castilla y León, que se ha convertido en “clave” y en el principal motor del crecimiento de la economía de la Comunidad, incluso por delante del sector de la automoción. Además, De Margarida advirtió de que este sector podría aprovechar el “nicho” de mercado existente, en especial como consecuencia de la “oportunidad” que se presenta ante la guerra comercial entre Estados Unidos y China.

Según De Margarida en declaraciones recogidas por Ical, la industria agroalimentaria “tiene que evolucionar con la sociedad” y posicionarse “en el presente para vivir en el futuro” y adaptar los productos a aquellos países en los que se adentre. El presidente del Colegio de Economistas de Valladolid atribuyó la “situación favorable” de la economía de Castilla y León en el primer trimestre del año a las exportaciones y el consumo privado, lo que permite “un respiro” ante la “ralentización” que se está viviendo en Europa como consecuencia de forma especial a la guerra comercial entre Estados Unidos y China. Sin embargo, reconoció que este ritmo de crecimiento puede ser “incierto” y verse condicionado por factores como el Brexit, las próximas elecciones europeas o el propio enfrentamiento comercial entre estos dos países, algo que avanzó que reducirá el crecimiento a nivel mundial.

Sin embargo, De Margarida advirtió de que esta guerra comercial puede ser “una oportunidad” para Castilla y León, por lo que abogó a posicionarse en estos mercados con productos clave como es el caso del cerdo o también el pollo. Pero reconoció las dificultades existentes, sobre todo por culpa del tamaño de las empresas, que en Castilla y León son mayoritariamente pequeñas o muy pequeñas, lo que dificulta su internacionalización.

Desde el Colegio de Economistas se estimó que este modelo tiene que cambiar y las empresas tienen que tender a agruparse. Esta es una de las principales “debilidades” del sector, en el que también lamentó que exista escaso poder negociador de los productores o haya relaciones “inestables” y escasos márgenes comerciales. La falta de profesionalización y de gestión o de formación y mentalidad empresarial son otros de los inconvenientes, a lo que sumó el hecho de que los consumidores no perciben “la calidad de los productos de Castilla y León”, lamentó.

En cuanto a las amenazas que se viven actualmente, apuntó al envejecimiento y pérdida de población, algo en lo que estimó que el sector agroalimentario puede influir para su reversión. “La agricultura es un valor añadido muy importante que puede revertir la situación con una agricultura ágil e innovadora”, reclamó. Además, incidió en que la industria agroalimentaria “vertebra el territorio”, además de que da valor a los productos de la zona y genera empleo.

“Castilla y León necesita una industria agroalimentaria sólida para hacer empresas más grandes, mayor internacionalización, mayor producción e incrementar las exportaciones en países emergentes, aprovechar el nicho de mercado y atraer inversiones con permanencia”, reclamó.

Exportaciones

Durante el año pasado, Castilla y León exportó alimentos por valor de 2.110,78 millones de euros con una subida del 7,3 por ciento respecto a 2017. También aumentó ligeramente el número de empresas exportadoras que pasó de 1705 en 2017 a 1.720 en 2018, lo que supuso un 0,8 por ciento. Por su parte, las importaciones alcanzaron en 2018 la cifra de 1.229,71 millones de euros, un 1,76 por ciento más que en el año anterior. El número de empresas importadoras también aumentó de forma significativa, pasando de 687 a 784, es decir un 14,1 por ciento. De esta manera, el saldo, entre exportaciones e importaciones en 2018 disminuyó un 0,27 por ciento al pasar de 756,99 a 754,98 millones.

Burgos fue la provincia más destacada en materia exportadora, con el 20,9 por ciento del total, seguido por Valladolid (17,6 por ciento) y Palencia con el 16,3 por ciento. Respecto a 2017 las exportaciones crecieron especialmente en León (59,8 por ciento) y Soria (52,9 por ciento), mientras que solo bajaron en Burgos, un seis por ciento. Valladolid y Burgos presentaron el mayor número de empresas exportadoras, con 597 y 400 respectivamente, mientras que Soria, con 56, y Ávila, con 53, fueron las provincias que menos empresas tienen dedicadas a la exportación de alimentos.

El principal destino de las exportaciones de Castilla y León fue, con mucha diferencia, Europa, y concretamente la Unión Europea, con 1.572,69 millones de euros, lo que supuso un aumento del 6,3 por ciento en 2018 respecto al año anterior. A mucha distancia estuvieron Asia y América, con 219,84 y 142,69 millones de euros respectivamente. Oceanía con un descenso del 5,9 por ciento, alcanzó los ocho millones.

Análogamente, las importaciones de alimentos de Castilla y León procedieron mayoritariamente de Europa, superando los 937,76 millones de euros (917,51 de la Unión Europea) y habiendo aumentado en 2018 en este último caso un 7,5 por ciento. La siguiente procedencia fue América, que alcanzó la cifra de 193,2 millones, de los que América del Norte representó algo menos de una cuarta parte, que bajó un 20,8 por ciento respecto al año anterior.