La UVa reduce su factura energética

M. Rodríguez
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El edifico LUCIA o el aulario Induva son referencias en eficiencia, calidad del aire o seguridad. La Universidad está elaborando un mapa digital de edificios seguros

Edificio LUCIA. - Foto: Jonathan Tajes

La Universidad de Valladolid (UVa) quiere posicionarse a la cabeza de las universidades sostenibles. La institución ha desarrollado en los últimos años una estrategia que no solo busca reducir la factura energética, sino también mejoras desde el punto de vista social y medioambiental. Así, algunas medidas pasan por la construcción, rehabilitación y modernización de sedes. Un listado en el que está el edificio LUCIA y el de I+D+I, el aulario Induva y la sede Mergelina. Pero también implica un plan de mejora de la gestión energética y la integración de las energías renovables, una política de movilidad sostenible, el desarrollo de un mapa digital de edificios seguros y un compromiso social para ofrecer la replicabilidad de estas medidas a bajo coste. «Se hace un esfuerzo por ser referencia y somos vanguardia. Tenemos muchos premios y sellos de calidad», apunta el vicerrector de Infraestructuras, Julio Grijalba. 

El campus vallisoletano generaba en 2014 unas emisiones de CO2 de 11.449,6 kg/día, lo que anualmente suponía 4.179.115 kg CO2, según un informe de la Oficina de Calidad Ambiental y Sostenibilidad. Una situación que cambió radicalmente cuatro años cuando la UVa puso en marcha la red de calor urbana con biomasa forestal más grande de España. Esta red recortó esas emisiones en 11.000 toneladas de CO2, que es el equivalente a lo producido por 6.000 coches. En la misma línea, el estudio de la evolución de los costes energéticos entre 2007 y 2013 reflejaba un incremento en el consumo total de los edificios del campus de los 3 a los 4,7 millones de euros, lo que suponía la segunda mayor partida de gasto tras las nóminas del personal. Una cantidad que se ha frenado en los edificios de reciente construcción y con las rehabilitaciones de los más antiguos.

La Universidad tiene dos tipos de inmuebles. Por un lado están los históricos, que son patrimonio artístico y cultural, y que se han adaptado para el uso académico y administrativo y, por otro, están los que se han construido para la actividad docente e investigadora. Algunos de estos inmuebles ya se levantaron teniendo en cuenta los principios de construcción sostenible y la reducción de la huella ecológica en construcción y materiales, intentando aproximarse lo más posible a los edificios próximos a cero consumo energético y cero emisiones, como es el caso del edificio LUCIA. 

Edificios certificados

La Lanzadera Universitaria de Centros de Investigación Aplicada (LUCIA) se inauguró en 2014 y se ha convertido en la referencia de funcionalidad, accesibilidad y sostenibilidad en su sistema energético, después de una inversión de 10,2 millones de euros. Su diseño permite que utilice la energía que se necesita en cada espacio y eso hace que su consumo energético sea un 61% inferior y un 90% en el de calefacción, porque aprovecha la luz y evita el sol radiante para no utilizar la refrigeración. Esto le ha valido el certificado como el edificio más sostenible de Europa y el segundo a nivel mundial con 98 puntos, la máxima puntuación ‘Leed Platinum’ de un inmueble de nueva construcción de todo el continente.

Además, sigue siendo referencia porque hace un mes consiguió el certificado Woshie de protección contra el contagio del coronavirus, que la convierte en la primera universidad de todo el mundo en conseguir esta acreditación. «Se ha certificado el LUCIA, pero estamos incorporando los mismos sistemas de calidad de aire y protección contra la transmisión de la covid-19 en el resto de edificios del campus. Y estamos elaborando un mapa digital de edificios seguros», avanza Grijalba. 

Otra sede sostenible, construida con materiales de baja toxicidad o saludables, y bajo criterios de ahorro energético gracias a la iluminación interior natural, la integración arquitectónica de sistemas fotovoltaicos, y el calentamiento mediante la red de calor por biomasa de la UVa es el aulario Induva. El edificio también ha obtenido la máxima calificación en la certificación verde que otorga Green Building Council España (GBC). «Sus soluciones innovadoras en sistemas pasivos en combinación con el uso de energías renovables y un cuidado control de la vegetación, climatización e iluminación han logrado una alta eficiencia energética», explica el vicerrector. En este edificio de consumo casi nulo se ha optado por medidas como los pozos canadienses, que permiten refrigerar el edificio de manera «gratuita y natural».

El aulario forma parte del proyecto de remodelación de la antigua Facultad de Ciencias o Mergelina como sede de la Escuela de Ingenierías Industriales. La remodelación, que deberá estar terminada en mayo de 2022, sigue los mismos principios de sostenibilidad, incluso desde el proceso de demolición que se llevó a cabo de forma sostenible y se reutilizaron los materiales.

En toda esta estrategia es fundamental la red de calor urbana con biomasa, que atiende 31 edificios, 26 de ellos de la propia institución, cuatro más de la Junta y el Hospital Clínico Universitario. La instalación está integrada en el terreno para posibilitar su mimetismo con el entorno.