El cierre de la panificadora Manrique, después de 60 años de historia en Valladolid, ha dejado en una situación comprometida a los 13 trabajadores que todavía quedaban en plantilla después de un goteo de despidos que ha durado años, en mitad de varios cambios de propietario de la empresa. Fuentes de la plantilla aseguran que la Dirección les comunicó su intención de cerrar a primeros de marzo, pero el despido no se hizo efectivo hasta el 22 de mayo, después de que los trabajadores tuvieran que estar en casa durante la pandemia con un permiso retribuido recuperable. Pero lo cierto es que fue imposible volver a hacer esas horas porque la compañía lleva más de dos meses sin producir.

Con todo, los trabajadores han puesto en manos de una abogada el caso porque denuncian que no perciben su nómina desde el mes de enero, y tampoco han cobrado la correspondiente liquidación.

Los responsables de la compañía les trasladaron que han tomado esta decisión por las pérdidas acumuladas en los dos últimos años, especialmente en 2019, de más de 400.000 euros. Una situación insostenible que ha acabado con una de las empresas con más historia de la ciudad. No en vano, según reconocen fuentes sindicales, llegó a tener más de 70 trabajadores cuando hacía pan común, un tipo de producto que descartó hace años ante la bajada de precios y la pérdida de beneficios. En la actualidad solo se producía pan tostado, bollería salada y pan de molde, aunque la actividad decayó mucho en los últimos años, según denuncian miembros de la plantilla, por la «dejadez» de los distintos propietarios y la falta de inversión.

Los despedidos quieren cobrar ahora el dinero que se les adeuda, y todo hace indicar que tendrán que ir a juicio para ello, toda vez que la empresa no se ha presentado a los actos de conciliación fijados en los últimos días. De hecho, el juicio ya se ha fijado para octubre.