Las notas de la temporada

M.B
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Comandada por Sergio González, la plantilla más barata de Primera superó todas las adversidades, manteniéndose una temporada más en la máxima categoría

Las notas de la temporada

Era la plantilla más barata de LaLiga Santander. Era y lo es. Era uno de los nombres que todos daban como aspirante al descenso. Al inicio de la temporada y al final de la misma. Era uno de los dos equipos con más debutantes en la máxima categoría y se reforzó en invierno con futbolistas sin mucha más experiencia. Y, sin embargo, el Real Valladolid continuará un año más en la máxima categoría, en la elite del fútbol español, en la Primera División.

Lo ha conseguido a pesar de ser el equipo que menos goles ha hecho; de ser el tercero que menos puntos ha sumado en su feudo y de no contar con la ‘suerte’ del VAR -que le ha escamoteado la opción de sumar hasta 9 puntos-. Diez victorias y once empates en 37 partidos -a falta de jugar el del Valencia- han llevado al Real Valladolid a sumar 41 puntos y certificar de forma matemática su permanencia en la máxima categoría.

Al frente de ese equipo ha estado Sergio González. El técnico que obró el milagro del ascenso la pasada temporada, ha repetido en la presente con la permanencia más cara de los últimos cinco años y con la misma idea de entonces. Junto a Sergio, su fiel escudero, Diego Ribera, y un cuerpo técnico unido desde el primero y hasta el último día (con Sergio Dorado, Santisteban, Álvaro Rubio y Daniel del Valle al frente).

Sergio ha ido variando el once y el esquema en función del momento de la temporada, siendo el 1:4:2:3:1 uno de los sistemas más usados; sin desdeñar el 1:5:4:1 o el 1:4:4:2 con el que ha acabado.

Los nombres, de sobra conocidos, con un once muy similar, formado casi siempre por Masip, Moyano, Kiko Olivas, Calero, Nacho, Alcaraz, Míchel Herrero, Óscar Plano, Unal y Guardiola -este a partir de enero-. De hecho, ocho de esos futbolistas han jugado 30 o más partidos.

Junto a ellos, Antoñito, Toni, Keko y Anuar han sido los principales recambios, con Borja, Joaquín, Verde y Cop en un segundo escalón. Pero sin olvidar a los Yoel, Moi, Hervías, Stiven Plaza, Miguel y El Hacen, con ayudas puntuales y esporádicas. Y, sobre todo, a Waldo, el descubrimiento y revelación en el último tramo liguero.

Porque si por algo se ha caracterizado el Pucela de Sergio es por no mirar el DNI de su plantilla, con veinteañeros como Calero, Toni y Anuar, y una apuesta por los llegados del Promesas, como Miguel, El Hacen y el mismo Waldo. Apuesta que probablemente se repita para la próxima temporada.

La presente, la que acaba este fin de semana, empezó con un Pucela sin gol pero con buen juego, empatando en Girona y Getafe, y tuteando al Barcelona; pero llegó a la quinta jornada sin haberse estrenado como goleador y con ciertas dudas. Empató en Balaídos, a pesar del VAR, y enganchó cuatro victorias consecutivas, que le hicieron pasar del descenso a puestos UEFA en un mes.

Ronaldo, antes de eso, había decidido renovar al técnico, dejando claro que su entrenador era el catalán.

Después de esos triunfos llegó una etapa dura, de mes y medio sin sonrisas en la Liga, con problemas en el José Zorrilla y mejor imagen lejos de casa. Se ganó en Anoeta un 9 de diciembre y volvieron a llegar dudas, con tres derrotas y dos empates. Ante el Celta, en casa, en una final se sacaron los tres puntos, pero no se acabaron las dudas. Y más cuando en los seis siguientes encuentros solo se sumó un punto.

Llegó el encuentro en Ipurúa y la suerte, por fin, les sonrió. El equipo se hizo fuerte, se unió pese a las adversidades: el empate ante la Real, el gol del Leganés en el 96, la derrota ante el Sevilla, el penalti en el añadido del Getafe... y el descenso.

El Pucela se vio metido de lleno en la pelea por eludirlo. Tuvo miedo. Pero recibió el cariño de su afición, que le respaldó. Sergio encontró, pese a mil y unas lesiones, un once de garantías, que salía a por todas y luego se defendía con uñas y dientes. Sufrió en cada partido, en la recta final de los mismos, pero llegó a la penúltima jornada dependiendo de sí mismo. Y lo hizo. Obró el milagro y seguirá en Primera.