La automoción no vivió en 2019 un año fácil. Además de la amenaza de recesión que afecta a todos los sectores, las empresas atraviesan un periodo de transición hacia la movilidad eléctrica, con lo que eso implica en aspectos como la transformación interna y el grado de exposición a los cambios legislativos. Todo ello en medio de un panorama internacional muy inestable, con la incipiente crisis de China, el Brexit y la política arancelaria de Estados Unidos, entre otras cosas.
Y todo hace indicar que la situación no se estabilizará este año. La agencia de calificación Moody’s ya ha avisado de que la previsión es que en España se vendan en 2020 cerca de 1,23 millones de vehículos ligeros, un 3,1 por ciento menos que en 2019.
Pese a esta situación, las fábricas vallisoletanas de la automoción, motor de la economía local, mantuvieron el tipo el año pasado, con resultados muy cambiantes en función del área de actividad. El ejemplo más claro es Renault. La multinacional francesa se sobrepuso a la caída del mercado en la factoría de Carrocería-Montaje, pero en Motores registró un descenso de la producción de más del siete por ciento. Concretamente, y según los datos facilitados por la empresa, de la planta de Montaje salieron 237.000 unidades, un 0,8 por ciento más que en 2018, pero un 6,2 por ciento menos que en 2017. El buen funcionamiento del Captur está sirviendo para capear el temporal y mantener los niveles de actividad y empleo en la factoría. De hecho, en el mes de octubre salió de estas instalaciones la unidad 1,5 millones desde que se empezara a fabricar este modelo en 2013. Los movimientos más importantes registrados en materia de empleo en 2019 fueron los 50 puestos de trabajo que se crearon en abril en las líneas concatenadas con el medio turno de noche que inició su actividad en Palencia en ese mes, aunque esos puestos de trabajo desaparecieron cuando ese turno se eliminó en diciembre.
Donde sí se notó un importante descenso de la actividad fue en la planta de Motores, donde se fabricaron 1.334.391 unidades, un 7,2 por ciento menos que en 2018. Además, 2020 parece haber comenzado con la misma tendencia, toda vez que la compañía francesa eliminó el pasado día 10 el turno de noche de la línea del motor de gasolina MM84, y decidió no renovar a 80 empleados.
También ha sido desigual la evolución de las distintas actividades de la fábrica de Michelin. En este sentido, destacan las 56.000 toneladas producidas en neumáticos de turismo, por ser un tres por ciento más que en 2018, pese a la tendencia negativa del mercado. El secretario ejecutivo de la Asociación Nacional de Distribuidores e Importadores de Neumáticos (Adine), Óscar Bas, avisó hace cuatro meses de que los beneficios en el sector «están cayendo» y recordó que entre enero y septiembre del 2019 habían bajado un 3,3 por ciento las ventas de neumáticos del segmento ‘consumer’ (turismos, 4×4/SUV y furgonetas).
Por otro lado, la planta produjo 8.200 toneladas de renovado de camión, un ocho por ciento más que en 2018. En septiembre Bas ya había avanzado que el mercado de los neumáticos de camión estaba aumentado un 13 por ciento. Llama más la atención el desplome de la actividad de neumático de tractor. Pese a que el mercado creció un 10 por ciento entre enero y septiembre de 2019, Michelin solo fabricó 19.700 toneladas, un 22 por ciento menos que en 2018. Una bajada de la demanda que provocó en el último tramo del año pasado que la empresa decidiera eliminar uno de los cinco equipos de trabajo que tenía en este área, lo que obligó a recolocar a 70 trabajadores.
Una actividad industrial que se desarrolló en los últimos meses en mitad de las negociaciones de un nuevo convenio. Aunque finalmente se ha llegado a un acuerdo, sindicatos y Dirección mantuvieron importantes diferencias en el proceso de negociación, con amenaza incluida de movilizaciones por parte de los sindicatos. Finalmente se llegó a un acuerdo que contempla que los trabajadores pasen a ser indefinidos cuando lleven un año en la empresa y reincorporar al personal no renovado durante los últimos meses.
Por otro lado, la planta de Iveco en Valladolid también ha acusado un importante descenso de la producción. Según los datos facilitados por la empresa, el año pasado se fabricaron 23.100 unidades del modelo Daily en Valladolid, lo que supone un 7,6 por ciento menos que en 2018. Son cifras de actividad similares de las de 2016. En el segundo trimestre del año pasado la empresa hablaba de una caída «estrepitosa» de los pedidos, un factor que motivó la solicitud de un expediente de regulación de empleo temporal de 40 días cuyo periodo de aplicación finalizará el 31 de marzo.
«A finales del año pasado tuvimos que aplicar un ERTE debido a la caída de nuestros principales mercados, especialmente Reino Unido, y en este 2020 nuestras expectativas son recuperar producción en la Daily y en el S-WAY, aunque tendremos que ver cuál es el ritmo del mercado», señalan desde la compañía. Eso sí, Iveco también reconoce que «la fábrica de Valladolid, al tener dos productos, el camión ligero Iveco Daily y la cabina Iveco S-WAY del camión pesado, nos permite diversificar mejor su producción». Las líneas robotizadas de la cabina de S-WAY, que recientemente sustituyó al Stralis, fueron una de las principales inversiones del año pasado.