El argentino Chimy Ávila rescató un punto para el CA Osasuna frente al Celta de Vigo, que acaba la primera vuelta fuera de la zona de descenso pero, por segundo partido consecutivo, dejó escapar dos puntos en su estadio en los últimos minutos.
La segunda parte presagiaba más ritmo. Abrió con disparos de falta de Aspas y Olaza; para el Osasuna, con tiros de Moncayola y Rubén García. Pero el desarrollo del partido calmó ese inicio. Volvieron las imprecisiones, las pérdidas de pelota.
Los ataques de los dos equipos estuvieron lejos de las áreas. Sin embargo, cerca del minuto veinte del segundo tiempo, el gol lo rozó el Osasuna con un peligroso cabezazo de Chimy Ávila, que remató solo ante los defensas un centro de Rubén García desde la banda izquierda.
Chimy Ávila rescata un punto para Osasuna
- Foto: Salvador SasEl Celta quiso elaborar su fútbol con más pases. Triangularon Rafinha, Beltrán y Aspas; el delantero lanzó pero Sergio Herrera despejó la pelota. Un poco más tarde Aspas lo volvió a intentar con un flojo cabezazo.
Faltó profundidad en los ataques. Hasta que llegó el gol en el minuto 75. Con la defensa visitante muy adelantada, el central Aidoo vio un desmarque de Santi Mina, le metió al espacio libre un pase raso desde campo propio y el delantero llegó al balón antes que el portero Sergio Herrera, un fino toque de Santi Mina suficiente para regatear al meta y quedar solo ante la portería. Un pequeño desajuste en defensa castigó al equipo navarro.
El Celta no mató el partido, pese a una peligrosa aproximación de Juan Hernández y un lanzamiento de Rafinha. El Osasuna se estiró. Necesitó poco para empatar. Solo un gran centro desde la izquierda de Estupiñán que remató a gol Chimy Ávila, un fabuloso cabezazo tras ganarle la posición a David Costas, un tanto que provocó los silbidos finales de Balaídos hacia su equipo
Chimy Ávila rescata un punto para Osasuna
- Foto: Salvador SasLas primeras ocasiones llegaron mediada la primera parte. Todas fueron celestes. Un mal despeje del portero Sergio Herrera con la cabeza lo recogió Pione Sisto para buscar el gol con un lejano tiro desde unos treinta metros, un lanzamiento desviado; poco después, en la acción más peligrosa de su equipo, Aidoo cabeceó un córner al travesaño.
El Celta se animó con el paso de los minutos. Tuvo la pelota. Quiso moverla con velocidad, aunque le costó superar el orden defensivo del Osasuna. Lo logró, con media hora de partido, cuando se asociaron Rafinha y Aspas, una rápida pared que finalizó con un disparo seco del delantero moañés al que respondió con reflejos Sergio Herrera. Insistió el equipo gallego con un tiro lejano de Santi Mina.
El Osasuna sobrevivió al acoso celeste en un duelo por momentos muy trabado. Se encerró en su campo, tapando bien cualquier espacio libre, a la espera de montar alguna transición veloz. No se acercó sobre la portería de Rubén Blanco, salvo una llegada que culminó con un lanzamiento cruzado Roberto Torres, una gran oportunidad anulada por un fuera de juego inexistente.
El Celta, que tuvo mucha más posesión de la pelota, no concretó su dominio. Le falta pegada dentro del área. Desde fuera lo intentó en los últimos minutos Sisto, un disparo que rechazó Sergio Herrera con una buena estirada, y Rafinha, con un chut muy desviado.
El guión de la primera mitad fue celeste, pero la última gran ocasión de ese periodo fue del conjunto navarro. Fue un regalo de la defensa del Celta: un arriesgado pase hacia atrás del central Aidoo, un mal despeje del portero Rubén Blanco y finalmente, desde unos treinta metros con la portería vacía, un tiro al poste de Ruben García. Esa ocasión silenció Balaídos.