La falta de vocación unifica iglesias con un solo párroco

R. Gris
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El Arzobispado ya usaba este sistema en el mundo rural, pero ahora se ve obligado a hacerlo también en la capital. Cree que «la única forma» de continuar con las iglesias abiertas es «difundir el mensaje de Dios»

Valladolid tiene 265 párrocos en activo actualmente. - Foto: J.TAJES

La iglesia católica tiene un problema. La falta de vocaciones está ocasionando que el Arzobispado no tenga más remedio que unificar iglesias bajo un mismo sacerdote en la capital, algo que ya se lleva haciendo años con los pueblos de la provincia, pero que ahora está empezando a llegar a la ciudad. Un mismo párroco para dos iglesias, que ya cuentan con los mismos presupuestos, los mismos equipos de catequesis y el mismo consejo de gobierno. Por ejemplo, iglesias como San Miguel y San Nicolás, San Ildefonso y la Sagrada Familia, San Pedro y Santa Clara, Santa Rosa de Lima y Santo Domingo, San José Obrero y Nuestra Señora de Fátima o las iglesias de Santiago y Salvador ya trabajan de manera conjunta con un único párroco. 

El delegado del Clero en el Arzobispado de Valladolid, Alfredo Velasco, explica que el futuro de la iglesia debe encaminarse por la unión entre laicos y religiosos trabajen de la mano para difundir el mensaje de Dios. «No todo puede depender del sacerdote. Si no hay curas no puede haber celebración de la palabra, pero también necesitamos laicos. Hay que cambiar el modelo pastoral y es toda la comunidad la que debe hacerse responsable del anuncio del evangelio». 

Velasco indicó que el Arzobispado está trabajando y dando pasos en la reagrupación de las unidades pastorales, algo que «cuesta y que genera reticencias», pero que es necesario para que todas las iglesias continúan su funcionamiento. El delegado indicó que ya es imposible tener una parroquia en cada pueblo. «Ahora, por ejemplo, tenemos que decir que diez o doce pueblos y el más grande tiene que ser la parroquia y el resto tienen que ser como capillas». «En la ciudad no se nota tanto porque también párrocos jubilados ayudan a los titulares, pero también está pasando». 

Durante los últimos años, según los datos aportados a este periódico por el Arzobispado, el número de nuevas ordenaciones ha sido de 1,8 por cada siete jubilaciones. Es decir, cada año Valladolid cuenta con cinco párrocos menos, eso sin tener en cuenta los estragos que ha ocasionado la pandemia durante el último año. De esta forma, hay 265 sacerdotes en activo vallisoletanos, que actualmente están desarrollando algunas labores pastorales, aunque no todos ellos son titulares de una iglesia. Tampoco todos ellos están ejerciendo sus labores en Valladolid, sino que en torno a una veintena está desarrollando su labor fuera de la provincia. Dos claros ejemplos de ello son Antonio Pelayo, corresponsal de Antena 3 en Roma, y Aurelio García, nombrado obispo y subsecretario de la Congregación para el Culto Divino. 

De los 265, 144 son curas diocesanos ordenados en Valladolid, 90 son religiosos que tienen encomienda arzobispal para el desempeño de diversas labores pastorales o sacerdotales. En este sentido, cabe señalar que no se trata de párrocos, sino que son miembros de órdenes religiosos que se encargan de distintas parroquias y que ofrecen a los feligreses los mismos sacramentos que en cualquier otra parte de la provincia. Es lo que, por ejemplo, pueden hacer los claretianos en la parroquia del Corazón de María o los franciscanos en la iglesia de la Virgen de la Inmaculada. Son los encargados de encargue de las iglesias y de los fieles de cada parroquia. 

Otros 31 son denominados extradiocesanos. Son aquellos párrocos que pertenecen a otras diócesis de fuera de Valladolid, bien nacionales o de otros países, castrenses o del Opus Dei. Desempeñan su labor dentro de las provincia de Valladolid. Y, por último, hay otros 64 de avanzada edad que ya no realizan ninguna función dentro de la iglesia. Su edad les impide desarrollar ninguna labor en ninguna parroquia. 

Además de los párrocos, también trabajan en las iglesias nueve diáconos permanentes. Es decir, personas que contrajeron matrimonio que ayudan en determinadas labores dentro de las iglesias y están ordenados como diáconos. Ayudan en las iglesias o respaldan a los sacerdotes durante la eucaristía. 

ORDENACIÓN

Durante los últimos diez años se han ordenado 16 sacerdotes en el Seminario de Valladolid. Dos accedieron al sacramento del orden en 2011, 2012 y 2013, tres más lo hicieron en 2015, cuatro en 2016, dos en 2018 y la última ordenación fue de Luis Arturo Vallejo, que fue en 2019. Teniendo en cuenta que las jubilaciones son siete anuales se puede comprobar que el déficit que sufre el Arzobispado es muy relevante. 

No obstante, el Seminario Mayor acoge en la actualidad a nueve seminaristas que están en distintas fases dentro de su camino hasta el sacerdocio, aunque solo uno se encuentra en la última de ellas, el diaconado sacerdotal. Alberto Rodríguez será ordenado en el mes de septiembre y será el próximo en sumarse