El precio que un consumidor paga por un producto en su frutería respecto a lo que cobra realmente el agricultor que lo cultiva se cuadriplica en muchas ocasiones. Una ‘batalla’ que es denunciada constantemente por las organizaciones profesionales agrarias que comprueban como los precios en origen no tienen nada que ver con los que posteriormente llegan al mercado. Castilla y León quiere dar más «transparencia» a los costes iniciales a través de herramientas como la regulación de las mesas de precios de la Comunidad, que además podrían convertirse posteriormente en lonjas de referencia a nivel nacional.
Un marco estable que ya incluía la Ley Agraria aprobada en 2014, pero que hasta ahora no se había desarrollado. La aprobación de un Real Decreto en marzo de este año del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Pesca sobre la creación de las lonjas de referencia nacionales y que atribuye a las comunidades autónomas las referencias para dicha regulación, han derivado en la necesidad de aprobar el proyecto de decreto sobre mercados de productos en origen y mesas de precios en Castilla y León.
Una normativa que ya se ha sometido a información pública a través del portal de Gobierno Abierto y que no ha recibido ninguna sugerencia, aunque la directora general de Calidad Alimentaria, Gemma Marcos, recordó que ya se ha hablado con las opas, Urcacyl y otros sectores involucrados para conocer e incluir sus propuestas.
En la Comunidad hay numerosas lonjas, sobre todo en algunos sectores concretos como el cárnico, donde ya son de referencia, aunque hasta ahora no existía una regulación de las mismas. «Ahora mismo cualquier usuario puede coger datos de una lonja, incluso de algunas que siguen existiendo pero no operan. Eso es falta de transparencia en el sector y hay que regularlo», aclaró Marcos.
El texto del decreto publicado por la Junta señala que cualquier lonja existente puede solicitar ser de referencia primero de Castilla y León y posteriormente nacional si cumple una serie de requisitos, «algo totalmente voluntario». Marcos insistió en que esta regulación debe ser «la manera de funcionar» para conocer «sin sesgos» lo que está sucediendo en el mercado y «sea lo más fiel posible a lo que realmente ocurre en el mercado».
«Es un instrumento fiable y se podrá ver cuál es la tendencia del mercado», indicó la responsable de Calidad Alimentaria, que señaló que esta herramienta viene a complementar el Observatorio de Precios ya creado en la Comunidad, donde ya se pueden ver las tendencias de mercado, «porque no se fijan los precios», ya que muchas veces reflejan operaciones que están ocurriendo ‘in situ’. «Es cierto que los datos que pueden aportar van a ser relevantes para el Observatorio de la Cadena, que es nuestro objetivo máximo, y lograr ser transparentes y sin sesgos, que nadie foráneo pueda influir en esos precios», concluyó.
Un año de la nueva dirección general de Calidad Alimentaria
La Dirección General de Calidad Alimentaria de la Consejería de Agricultura cumple un año de vida con muchos proyectos en mente y con ganas de desarrollarlos, «esperando que esta situación de la covid nos permita seguir avanzando en todo lo que estamos centrados», recalcó su responsable, la salmantina Gemma Marcos.
Su valoración de estos primeros meses ha sido «positiva», más de tomar contacto con sus nuevas competencias que antes estaban distribuidas en otros centros y que ahora se han aunado bajo su Dirección General, así como las nuevas que se pusieron en marcha con la aprobación de la Ley de la Cadena Alimentaria. «El primer año inicias una estrategia para lanzar lo que quieres durante esta legislatura, ver lo que tenemos y donde queremos llegar. Confiemos que nos dé tiempo», aseguró Marcos, que añadió que de momento todo se ha visto condicionado por la pandemia y los esfuerzos se han centrado en este tiempo en otros asuntos más prioritarios generados por la crisis sanitaria.