Patricia Coco se encuentra estos días pendiente de la crisis del Covid-19 y de su posible clasificación para los Juegos Olímpicos de Tokio. La vallisoletana se estaba preparando para afrontar el clasificatorio para la cita olímpica a primeros de mayo en la República Checa. Pero ayer conoció que la Federación Internacional de Piragüismo había descartado su celebración ante la situación creada por la pandemia de coronavirus, y planteaba recurrir al ranking en eslalon y al Mundial 2019 en esprint para las plazas que restan.

"Dicen que tomarán el Mundial como clasificatorio. Hasta que lo confirmen no es seguro, pero puede que esté clasificada", señala la vallisoletana a este periódico, consciente de que la decisión se conocerá a primeros de abril.

Coco y su compañera Antía Jácome se quedaron a las puertas de la clasificación para la final A del C2-500 del Mundial de 2019, el que se podría coger como referencia, ganando la final B, con lo que si finalmente las plazas se conceden por ese Campeonato del Mundo del año pasado, una de ellas sería para el barco español de la vallisoletana y la gallega.

Por el momento, a expensas de esa decisión y de si ver si a los posibles olímpicos les permiten algún tipo de entrenamiento al aire libre, sigue preparándose con ejercicio aérobico en su domicilio.