"Era como una madre y lo que hice fue como recadero suyo"

D. V.
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El acusado de quedarse con el patrimonio de una anciana asegura en el juicio que seguía órdenes de la mujer y que esta, como gratificación, le donó la vivienda donde residía

El acusado presta declaración en el juicio. - Foto: Europa Press

El hombre acusado de quedarse con el patrimonio inmobiliario y depósitos bancarios de su vecina, de 87 años, de la que obtuvo en 2007 un 'poder de ruina' que le facultaba realizar cualquier gestión en su nombre, sostiene que recibió el encargo de la ya fallecida debido a la total "confianza" existente entre ambos y ha defendido la pulcritud de su actuación, siempre siguiendo órdenes de la octogenaria.

"Yo era un ayudante, un mero recadero, no fui su administrador", ha reiterado el encausado, V.C.G, durante el juicio celebrado este jueves en la Audiencia de Valladolid que ha quedado visto para sentencia después de que las acusaciones pública y particular, esta última en representación de una nieta de la anciana, mantuvieran sus peticiones de cinco años de prisión, multa de 1.800 euros por delito continuado de estafa agravada y el pago de las correspondientes indemnizaciones a determinar en ejecución de sentencia.

En su declaración, el acusado, V.C.G. ha recordado la relación "exquisita" de cerca de medio siglo que mantenía con la anciana, María del Carmen, vecinos puerta con puerta en un inmueble sito en la Plaza del Salvador de Valladolid, y que en ese contexto la octogenaria, propietaria de un importante patrimonio y tras perder a su marido y un hijo, le pidió ayuda para que le llevara sus bienes y fondos bancarios.

"Era como una madre para mí", ha destacado el encausado, quien, en declaraciones recogidas por Europa Press, ha recordado también que en marzo de 2007, en virtud de un poder notarial, pasó a gestionar todo el patrimonio de su vecina, y ello a pesar de que él mismo le aconsejó que se hiciera cargo de ello una nieta que vivía en Elche.

"Ella no quiso ni oir hablar de ello, quería que fuera yo por la excelente relación de confianza que teníamos", ha indicado V.C.G, quien a lo largo de su declaración ha atribuido a la propia anciana su decisión de desheredar a la nieta.

En este sentido, aunque María del Carmen hizo constar ante notario que no incluía en el testamento a su familiar por indicación expresa del acusado, el presunto inductor ha negado haber influido en ella y ha apuntado que lo recogido es diametralmente opuesto a lo que él aconsejó a la testadora, que a partir de 2009 dejó su vivienda de toda la vida para ser ingresada en un centro gerontológico ubicado en la calle José María Lacort debido al empeoramiento de su salud mental.

Fue a partir de entonces cuando, según las acusaciones, el "recadero", como así él se ha autodefinido, comenzó a realizar una serie de operaciones y disposiciones en beneficio propio, como la venta de una nave por 180.000 euros, de los que 150.000 fueron ingresados en una cuenta de la anciana y los otros 30.000 cobrados en mano por V.C.G. de cuyo destino se ha perdido la pista, al no constar facturas, y que el acusado sostiene que se utilizaron para el pago de obras de albañilería o compras en parafarmacia y perfumes que "tanto le gustaban".

Respecto del seguro de renta vitalicia contratado en 2013 para el que se depositó una prima de 60.000 euros, con una rentabilidad del 1,6 por ciento, prima que al fallecimiento de la anciana pasaría a manos del acusado, este último ha alegado que se enteró de ello "a toro pasado" y que lo hizo María del Carmen por iniciativa propia en su intento de premiarle por sus desvelos, de la misma forma que años antes, en 2010, había llevado a la anciana a donarle su vivienda habitual.

LA NIETA "COLÉRICA"

"María del Carmen me pidió que no dijera nada a la nieta, pero cuando ésta se enteró se presentó en mi casa colérica y comenzó a echarme en cara todo tipo de improperios", ha asegurado V.C.G, quien ha aprovechado también para reprochar a la nieta que tuviera desatendida a su abuela, algo que, sin embargo, no se corresponde con lo declarado por el director del centro gerontológico pues dicho responsable ha mantenido que la visitaba y llamaba por teléfono de forma periódica.

Ni siquiera una carta manuscrita de la anciana en la que ésta se dirige en tono cariñoso a su "nietecita", leía por el fiscal en la sala, ha servido para que el acusado se desdijera de su versión de que María del Carmen no quería ver a su familiar ni en pintura.

"No lo entiendo porque el concepto que ella tenía de su nieta y el que ésta tenía de su abuela era muy distinto. De hecho, yo estaba en el medio de ambas y era como un frontón que paraba todos los golpes para que no se enfrentaran", ha advertido.

Al acusado también se le imputa haber realizado de forma turbia el arrendamiento de sendos locales en el periodo de 2015-2016 y una serie de disposiciones de miles de euros realizada de la cuenta bancaria de la anciana, hasta el punto de que si en noviembre de 2012 presentaba un saldo de 69.116 euros, un año después, en octubre de 2013, había quedado reducido a 1.007 euros, circunstancia que el acusado supone que fue debido a las distintas inversiones realizadas por la titular pero que no ha llegado a concretar.

"Yo nunca he hecho nada por mi cuenta, siempre pedía antes la opinión de María del Carmen para ver qué inversiones se podían hacer para sacar más rendimiento a su dinero", ha concluido V.C.G. para insistir en que todo lo que hizo fue por encargo de la fallecida y en beneficio de su amiga, no en beneficio propio, en referencia a que lo único que obtuvo de dicha relación fue la donación del citado piso.