Cuando la discapacidad coge el bisturí

ISABEL MARTÍNEZ NOVOA
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'The good doctor', que ya está en DVD y se emite en Telecinco y Movistar +, supone una vuelta de tuerca a las producciones que giran en torno a un hospital con un médico muy peculiar

David Shore, creador de House, regresa a la pequeña pantalla retomando un género que domina a la perfección: la ficción médica. En esta ocasión, presenta a un joven cirujano autista; el Dr. Shaun Murphy. Un genio precoz con síndrome de Savant -o del sabio- que a lo largo de exitosa primera temporada hará que nos olvidemos a su anterior hijo televisivo. Un remake de una serie coreana -ahora en Netflix- al que ha sabido aportar su personalísimo estilo. 

El escenario para The good doctor será el prestigioso hospital de San José St. Bonaventure, lugar donde se sitúa la mayor parte de la acción. Pero también a través de flashbacks se conocerá la tormentosa infancia del protagonista. Un auténtico antihéroe involuntario interpretado de manera magistral por el joven actor Freddie Highmore (Bates Motel). Entre los restantes miembros del elenco tenemos rostros conocidos como el de Richard Schiff, interpretando al gerente del centro, Nicholas González (Neal Melendez), responsable del área de cirugía, o a Chuku Modu como el doctor Jared Kalu. Un reparto de secundarios equilibrado y brillante, aunque destinado a servir de inevitable comparsa a un Highmore en estado constante de gracia. 

figura paterna. Como ya sucedía con House, la auténtica evolución de esta ficción se centra en los médicos. Los pacientes están de paso. Aaron Glassman, director del St. Bonaventure, será una figura paterna para Shaun, confiando en sus extraordinarias habilidades y provocando con ello un conflicto con los demás galenos. La serie consigue mantener el equilibrio perfecto entre el caso de la semana y la trama de trasfondo personal del propio hospital y quienes trabajan en él. 

Así, se sustenta su atractivo en su carismático protagonista. Presenta una discapacidad como hecho diferenciador respecto a otras ficciones médicas, algo nuevo en el género. Murphy tuvo una infancia difícil con desórdenes mentales, pero con una sorprendente habilidad mental que le convierte en un genio. La serie oscila entre el drama y el thriller médico, como adelantaba su excelente episodio piloto. Con ello humaniza al personaje del Dr. Shaun Murphy. No es cínico y no juzga, ve lo mejor de las personas con una mirada positiva. Acepta todo tipo de casos con el único fin de conseguir mejorar la vida de los pacientes y desdibujar la frontera entre lo que creemos que es normal y lo que la supera. 

La primera temporada, ya en DVD -con muchos extras- y en Telecinco y Movistar + bajo demanda, goza de una trama extraordinaria cargada de drama y suspense, y un final que corta la respiración al espectador dejando la puerta abierta a una inevitable segunda temporada. Por el camino graba en la retina casos médicos sorprendentes humanizando como nunca la medicina televisiva y cargando buena parte del peso del guion en la historia personal que narra. Un remake con sabor a nuevo, excelentes interpretaciones y guiones solidos convierten a The good doctor en una de las series del año.