Coleccionistas y nostálgicos, dueños de las últimas pesetas

M.B
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Cerca de los 1.600 millones de euros es la cantidad que calculaba el Banco de España que aún se mantenía sin cambiar en junio de este año. En Valladolid, se vieron largas colas en el Banco de España hace un mes para esos últimos cambios

Imagen de varias monedas de pesetas. - Foto: Jonathan Tajes

Los hay que las tienen por colección. Empezaron de pequeños, quizá en un viaje o tras un regalo, con unas pocas. Y al crecer han ido aumentando su número, centrándose incluso en épocas o en tipos. Los hay que simplemente guardaron algunas monedas y billetes por nostalgia o querencia a unos años de crecimiento entorno a ellas. Los hay que las mantuvieron por convicción de que volverían con el paso del tiempo. Y también los hay que no las cambiaron, en algunos casos por olvido o descuido y en otros porque ‘les pilló el toro’ a pesar de que dejó de usarse en 2002, ya camino de las dos décadas. Son los dueños de las últimas pesetas, las que se quedarán en sus bolsillos, carteras, vitrinas, cajas fuertes o incluso botes.

El pasado 30 de junio fue el último día en el que el Banco de España cambió las extintas pesetas a euros. La fecha límite prevista para hacerlo era en un principio el 31 de diciembre del pasado 2020, pero debido a la pandemia de coronavirus se decidió ampliarlo hasta este 30 de junio, hace un mes.

Ese día y los anteriores, la sede en Valladolid, una de las quince sucursales que tiene el organismo en todo el territorio nacional, registró largas colas desde primera hora de la mañana y hasta sus cierres, dejando ese 30 de junio a varias sin poder realizar ese cambio definitivo de sus últimas pesetas a euros.

Dani guarda monedas de todos los países.Dani guarda monedas de todos los países.Por entonces, o mejor dicho ese mes, los españoles aún conservaban 1.577 millones de euros de esa antigua moneda nacional sin canjear, una cifra que equivale a 262.390 millones de las antiguas pesetas. Según los últimos datos provisionales de ese mes de junio, y a pesar de que habían pasado más de 18 años desde que empezó a circular la nueva moneda común, los españoles conservaban aún 132.110 millones de pesetas en billetes (794 millones de euros) y 130.280 millones de pesetas en monedas (783 millones de euros). 

De hecho, el banco emisor estimaba que sobre el 48% de las monedas en pesetas que estaban en circulación antes de la entrada del euro nunca será entregado al Banco de España para su canje porque permanecerá en manos de los españoles como pieza de coleccionismo, o bien por deterioro, pérdida o salida del país en los bolsillos de los turistas. «No obstante, dado que no existe información precisa sobre dónde puedan estar los billetes y monedas en pesetas que no han retornado, no es posible hacer una estimación de las pesetas que no se han cambiado. Los turistas se llevaron al extranjero bastantes monedas y seguro que también algunos billetes. Otra parte se habrá extraviado o destruido. Y, por otra parte, no debemos olvidar que la peseta ha formado parte de nuestra historia, por lo que un gran número de ciudadanos los puede atesorar como recuerdo, por razones sentimentales, coleccionismo, etc.», añaden desde el Banco de España.

«Empecé a guardar pesetas porque desde siempre he coleccionado monedas de diferentes países. Cuando llegó el euro, comencé a quedarme con las pesetas que tenía y a investigar algunas más antiguas. Por eso las guardé», recuerda Dani, un vallisoletano de 38 años que lleva varios viviendo fuera de España. Como él, muchos de su generación hicieron acopio de monedas y billetes de forma lúdica: «Tendré unas 7.000 pesetas... poco más de 40 euros». En su caso tiene de más de 70 países.

«Hace años tuve una tienda y siempre teníamos monedas para los cambios. Por entonces no había los famosos blíster y las guardábamos en paquetes de papel. Tuve que cerrar la tienda de repente y me quedé con muchos de esos paquetes», recuerda María, que reconoce que ni sabe dónde puede estar las monedas y que tampoco se preocupó de cambiarlas antes del 30 de junio «porque el valor es pequeño».

«Es verdad que la entrada del euro nos causó a muchos intranquilidad. Aparte del lío del cambio, de olvidarnos de las 100 pesetas y empezar a ver que todo pasaba a 1 euro», señala Pilar que, una vez acostumbrada, reconoce que fue guardando todas aquellas que iban apareciendo en los siguientes meses a la entrada del euro en la vida de los españoles: «No creo que tenga muchas pero alguna ahí. Las mantuvimos más por nostalgia que por otra cosa. ¿Que fuesen a volver? Nunca se me ocurrió pensar en ello. En mi caso las guarde por cariño».

Como ellos, muchos otros vallisoletanos, aunque las imágenes de finales de junio, con esas colas en el Banco de España y con gente con bolsas y botes repletos de pesetas, invita a pensar a que a más de uno le ‘pilló el toro’ a pesar de haber pasado ya 18 años desde la llegada a España del euro.

Así lo reconoce Francisco Javier Santos, dueño de la última tienda numismática de Valladolid, cerrada por jubilación en marzo de 2020, y que aún recibe llamadas para saber si compra pesetas: «Ahora la gente se las quiere quitar, pero en la mayoría de los casos no hay solución a no ser que sean raras».

Él mismo explica que el clásico billete de mil pesetas, el verde que muchos guardaban, «no vale nada o tiene escaso valor». Y explica que para que esas pesetas puedan adquirirlo tendrán que pasar muchos años, para que la gente empiece a no tenerlos en sus colecciones, y que estén bien conservados.