Los trabajos industriales lideran el ranking de contratación en Valladolid, como en Burgos, Palencia y Zamora, según los datos que maneja la Junta del cuarto trimestre de 2019.
Los desequilibrios territoriales que se viven en Castilla y León se revelan de forma fehaciente en los empleos que logran sus ciudadanos. Los extremos se sitúan en el eje industrial Palencia-Burgos y el oeste de la Comunidad, especialmente Salamanca y León. Y es que si los peones de la industria manufacturera representan casi la mitad (48,9 por ciento) de las ocupaciones más contratadas en Palencia en el caso de la provincia charra suponen el 6,2 por ciento y en la leonesa, el 7,9 por ciento.
Los datos del último trimestre de 2019 revelan que las dos ocupaciones más contratadas en la Comunidad, son camareros, 19,6 por ciento, y peones de la industria manufacturera, 18,9 por ciento, y ya de lejos el personal de limpieza, siete por ciento; los vendedores en tiendas y almacenes, cinco por ciento, y los peones agrícolas, 4,9 por ciento.
Así, los camareros lideran el ranking de contratación en cinco provincia (Ávila, León, Salamanca, Segovia y Soria), a diferencia de lo que ocurre en Valladolid, y en otras tres provincias, donde predominan los trabajos industriales.
Ambos empleos se alternan en el primer y segundo puesto, excepto en la provincia salmantina, donde los industriales se van hasta la cuarta posición, superados por el personal de limpieza (7,8 por ciento), y los vendedores (6,7 por ciento) mientras que los camareros alcanzan el mayor porcentaje de la Comunidad, el 26,9 por ciento. Esta profesión hostelera también tiene un importante peso en León (24,9 por ciento), Segovia (24,6 por ciento), Soria (22,5 por ciento) y Ávila (20,4 por ciento), frente a porcentajes de empleo industrial del 7,9; 18,8, 13 y 18,4 por ciento, en cada caso.
Los peones manufactureros predominan junto a Palencia, donde más peso alcanzan, en Burgos (20,4 por ciento), Zamora (20,3 por ciento) y Valladolid (15,6 por ciento), frente a porcentajes de camareros del 17,1; 14,2 y 19,9 por ciento, respectivamente.
Diferencias por sexos
Un análisis de las ocupaciones más contratadas por sexos revela también diferencias sustanciales. Los empleos de hombres están liderados por la industria, 23,1 por ciento, seguidos por los camareros, 19,3 por ciento, los peones agrícolas, 6,6 por ciento, y los conductores de camiones, 3,1 por ciento.
Las mujeres, por su parte, son contratadas predominantemente como camareras, 19,6 por ciento; como peones de la industria, 18,9 por ciento; como personal de limpieza en oficinas y hoteles, siete por ciento; y como vendedoras en tiendas y almacenes, cinco por ciento.
Buscar el reequilibrio
La secretaria de Formación, Estudios y Política Industrial de CCOO, Carmen Álvarez, y el secretario de Política Sindical, Industrial y Empleo de UGT, Raúl Santa Eufemia, entienden que es preciso adoptar medidas inmediatas para el reequilibrio territorial desde el Diálogo Social, después de 40 años en los que las distancias entre provincias se han ido ensanchando cada vez más. El objetivo común presenta sin embargo recetas con matices de cada organización; CCOO apuesta por el desarrollo local a través de ADE Rural y UGT apela a la búsqueda de los sectores endógenos con más oportunidades en cada zona.
Carmen Álvarez asumió que el reequilibrio territorial “es un objetivo muy complicado, muy difícil” pero defendió que “hay que tener conciencia de ello y trabajar en el territorio”. La responsable sindical exigió a la Junta que elabore una “verdadera estrategia industrial” en un momento “importante” en el concluye el Acuerdo Marco de Competitividad; y destacó que tras la revisión “experimental” intermedia del programa actual, tienen “muchas esperanzas” en que en el nuevo se impuse definitivamente ADE Rural.
En este sentido, defendió que si se pone en marcha ese “instrumento de intervención territorial, con recursos, podría servir para generar actividad a otra escala, e impulsar proyectos innovadores en las cabeceras de comercio porque sino en tres o cuatro años sólo habrá tres o cuatro islas con actividad en la Comunidad y el resto será desierto”. “Tenemos urgencia de activar el medio rural, es algo pendiente, y la Consejería de Agricultura debería poner dinero para otras líneas de trabajo más allá de la PAC”, argumentó, para exigir la cooperación entre todos los instrumentos de dinamización de los que dispone la Comunidad.
Carmen Álvarez advirtió, en este contexto, de que los programas de fomento territorial “llegan hasta donde llegan”, porque no cuentan con dotación inversora suficiente y es preciso que se ajusten a las necesidades específicas de cada territorio en los que se ponen en marcha. Al respecto, reclamó que se incorporen fondos de otras consejería de la Junta, más allá de Economía y Hacienda, así como de otras administraciones, para que puedan ser efectivos. Con todo, siguió apelando a trabajar en sectores estratégicos y destacó la reciente constitución del grupo de hábitat.
Por su parte, Raúl Santa Eufemia, apeló a la búsqueda de los “sectores y nichos de empleo” que ofrezcan oportunidades en cada zona conforme a sus recursos endógenos y reconoció, en este sentido, que está “bastante de espaldas” a los planes territoriales de fomento, porque cada provincia es diferente.
Santa Eufemia apeló a aprovechar ”la gran riqueza y última casi” en la Comunidad, como es el Corredor Atlántico; así como a buscar nuevas alternativas productivas para las zonas como el Bierzo, donde se ha destruido la minería, más allá del turismo, con una apuesta por ejemplo, por la economía verde, el medio ambiente, el sector forestal, pero eso requiere, dijo, fondos para lograr el reciclaje de sus habitantes mediante formación.
“Hay que buscar los sectores productivos que permitan el reequilibrio de las provincias, que es la mayor dificultad para esta autonomía en los últimos 40 años”, sentenció, para criticar que los grupos de las Cortes no vayan todos a una para encarar las desigualdades.
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