La Junta Directiva de la Confederación Vallisoletana de Empresarios (CVE) acordó ayer otorgar el Cecale de Oro por Valladolid a la Cooperativa General Agropecuaria Acor, valorando la labor de su presidente Carlos Rico por “capitanear” un cambio hacia la profesionalización “de gran envergadura”, la diversificación del negocio y las expectativas, en busca de una mayor eficiencia.

La CVE consideró que Acor siempre ha realizado un intenso esfuerzo inversor para ajustar sus parámetros productivos a los paradigmas más competitivos adaptándose siempre a las necesidades de los mercados además de realizar una gran labor en el ámbito rural de Valladolid, contribuyendo a rejuvenecer y a asentar población en la provincia.

“Acor ha conseguido, gracias al timón de Carlos Rico, aumentar año tras año la superficie cultivada de remolacha para que siga siendo un cultivo de referencia para Castilla y León y que cuente con los apoyos necesarios también por parte de la administración regional y nacional”, recogió un comunicado de la CVE.

Recordó que la Cooperativa fue capaz de superar la adversidad con la reforma de la Organización Común de Mercado (OCM) del azúcar, y en los últimos años se ha profesionalizado para ganar en eficiencia. Y eso que precisó que su competidor más directo en este sector -Azucarera, del grupo Associated BritishFoods (ABF)- es un “monstruo” de dimensiones internacionales. Frente a él, Acor es una de las cooperativas agrícolas más importantes de España, que se dedica principal a la producción de remolacha azucarera desde su fundación en 1962.

En sus comienzos Acor se centró únicamente en la molturación de la remolacha azucarera entregada por los socios de la Cooperativa. Hasta 2007, contaba con dos fábricas azucareras y una planta de producción alcoholera, en la provincia de Valladolid (con una capacidad de molturación de 16.500 toneladas de remolacha diarias entre ambas y una producción de alcohol etílico de 30.000 litros al día).

Desde 2005, anticipándose a la gran reforma azucarera de la Unión Europea que se anunciaba, Acor comenzó a diversificar sus actividades en el área de la bioenergía, los cultivos oleaginosos y la producción de harinas especiales. Más concretamente, en la producción de aceites alimentarios, harinas procedentes de la producción de trigo fuerza, biodiesel y energía eléctrica renovable.