La fábrica de Michelin en Valladolid se ha convertido en una de las seis factorías líder digital del grupo en el mundo para implantar la industria 4.0 en sus procesos de fabricación y, posteriormente, desarrollarlos en las otras factorías de la multinacional. Michelin cuenta, en la actualidad, con 70 fábricas repartidas por Europa, Asia y América y el centro de Valladolid ha sido elegido para liderar la revolución tecnológica. De esta manera, la factoría vallisoletana ayudará, en primer lugar, a los otros centros “hermanos” de España ubicados en Vitoria, Aranda de Duero (Burgos) y Lasarte (Guizpúzcoa) aunque también de otros países.
El director de la factoría de Michelin en Valladolid, Bruno Arias, aprovechó hoy la entrega de los XVII Premios Michelin a los mejores trabajos fin de estudios sobre innovación, calidad total y organización de los estudiantes de la Escuela de Ingenierías Industriales de la Universidad de Valladolid (UVa) para abordar el “viaje” al que se enfrentan las empresas hasta alcanzar la industria 4.0. “Hemos iniciado este camino pero nos queda mucho por recorrer”, apuntó Arias.
En su intervención, dio las claves para que una empresa como Michelin entre de lleno en la revolución tecnológica: “Pensar en lo grande, empezar pequeño y desplegar rápido”. Todo ello permitirá a Michelin continuar en un puesto privilegiado del mercado del neumático, donde cada vez hay más competencias por la irrupción, en los últimos años, de marcas de origen asiático. “La apuesta es la mejora de la competitividad frente a otras empresas, pero sin olvidar la calidad del producto porque somos una marca premium”, significó.
Ante la consejera de Educación, Rocío Lucas, y el rector de la UVa, Antonio Largo, el director de la fábrica de Michelin citó una serie de prerrequisitos antes de poner en marcha la industria 4.0 como es la cyberseguridad, que ha obligado a crear un departamento con siete ingenieros en Valladolid para hacer frente a los posibles ataques y controlar los millones de datos que se suben a la red y la nube. También habló del dominio de los métodos, el saber hacer y la responsabilización. “Antes de nada, tenemos que dominar lo que ya tenemos hoy y ser conscientes que tenemos que aprovechar lo que ya se ha desarrollado en la industria 4.0 y compartir experiencias con otras empresas y sectores”, expuso.
Arias subrayó, según recogió la agencia Ical, la necesidad de que cada fábrica cuente con un ‘roadmap’, que será la hoja de ruta del camino que tendrá que recorrer la factoría hasta alcanzar el 4.0 para, posteriormente, definir las líneas de trabajo para los próximos años. Recordó que, en el caso de Michelin, se optó por una “solución mixta”, con una central –situada en Clermont-Ferrand (Francia)- que coordina todas las acciones que se desarrollan en cada una de las fábricas del grupo. “Cada factoría presenta a la central sus prototipos con los costes, las ganancias y los tiempos de aplicación para luego analizarlos y decidir”, precisó.
El responsable de la instalación de Michelin en Valladolid aseguró ante los alumnos que la base de todo este “viaje” a la industria 4.0 son las personas. Y valoró que la fábrica vallisoletana cuenta con una plantilla de profesionales muy innovadora, que permite la producción de entre cinco y seis millones de neumáticos de turismo y las gomas para la maquinaria agrícola.
Al hablar del personal, Bruno Arias se refirió al “cambio brutal” que experimentarán algunos puestos de la fábrica como el oficio de calidad con la llegada de las nuevas tecnologías. En este sentido, reclamó la colaboración de la universidad para incorporar nuevos puestos a la industria.
Nuevos perfiles académicos
Aseguró que la adaptación de los planes de estudio a las necesidades de la industria se ha conseguido, gracias a la buena relación entre universidad y empresa, pero el director de la fábrica de Michelin afirmó que el “reto” es convencer a los estudiantes de Bachillerato para que, cuando piensen ir a la universidad, se inclinen por las carreras técnicas como ingenierías, que son las más demandadas por la industria y la sociedad en general.
“La irrupción de las tecnologías de la industria 4.0 en todos los sectores demandará perfiles técnicos de este tipo de profesionales, algo que antes solo pedía la industria. Ahora, son carreras con un futuro profesional muy prometedor en todas las áreas”, sentenció.
La consejera de Educación aseguró que la Junta ya cuenta con programas para el fomento de las competencias STEM (acrónimo en inglés de las disciplinas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) en Primaria y Secundaria, para lograr que los alumnos se inclinen por este tipo de formación, ya sea universitaria como los grados de Formación Profesional.
El rector de la UVa valoró la apuesta de su institución por la innovación, la transferencia de conocimiento entre la universidad y la empresa porque es un “beneficio” para los estudiantes, en la línea de los Premios Michelin. “Los alumnos adquieren una formación mucho más orientada y adaptada a su futura empleabilidad”, manifestó. Además, destacó que, gracias a la Cátedra y el Aula Michelin, los jóvenes de la Universidad de Valladolid pueden acceder a las mismas actividades formativas que ofrece la empresa a sus empleados y mandos.
Por su parte, Rocío Lucas hizo hincapié en la vinculación entre la universidad de Castilla y León y la investigación pero también entre la universidad y la empresa, que son “vitales” al estar relacionado con el empleo.