Educación mantiene su calendario pese al rechazo sindical

P. Velasco
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Las cinco organizaciones sindicales se levantaron ayer de la mesa sectorial al considerar que la Consejería no está dispuesta a negociar ninguna de sus peticiones desde el inicio del curso

La consejera de Educación, Rocío Lucas, durante la inauguración del curso escolar 2019-2020 - Foto: Jose Luis Leal (Ical)

El calendario escolar para 2020-2021 enfrenta a la Consejería de Educación y las organizaciones sindicales, que rompieron ayer las negociaciones y se levantaron de la mesa sectorial en la que se debatía la programación del próximo curso. Tras esta decisión, la Junta ha decidido mantener su planteamiento inicial con 178 jornadas lectivas para Primaria y 175 para Secundaria, al asegurar que no podía aceptar la propuesta sindical que incumplía el mínimo de días establecidos por el Estado. Sin embargo, desde las organizaciones sindicales aseguraron que la decisión de levantarse de la mesa «va más allá» ante la «falta de negociación y de acuerdo» de cualquier asunto desde el principio de este curso.

La Consejería de Educación presentó el pasado miércoles a los sindicatos su propuesta de calendario escolar para el próximo curso, que comenzará el 9 de septiembre para Infantil y Primaria y finalizará el 23 de junio, muy similar al que está a punto de terminar. Un borrador que estaba previsto debatir ayer durante la mesa sectorial de Educación a la que estaban convocadas las cinco organizaciones sindicales con representación (CSIF, Stecyl, ANPE, CCOO y UGT) y de la que finalmente se levantaron. En un comunicado conjunto, los sindicatos aseguraron que «la gota que ha colmado el vaso» para romper las negociaciones ha sido la «intransigencia» de la Administración ante sus propuestas en la mejora del calendario y se mostraron muy molestos por su «falta de flexibilidad».

Sin embargo, desde la Consejería de Educación alegaron que la propuesta que los sindicatos llevaron a la mesa para rebajar dos días lectivos el calendario del próximo curso incumpliría el mínimo de 175 jornadas establecido en la norma básica del Estado que regula esta materia, como explicó a Ical el secretario general del departamento, Jesús Manuel Hurtado. Desde Educación afirmaron que las alegaciones de los sindicatos fueron escuchadas y su departamento planteó una contrapropuesta en la que modificaba varios días no lectivos y ofrecía una rebaja horaria en septiembre, «al estilo de la que ya existe en junio», es decir, en vez de cinco horas diarias se impartirían cuatro en Primaria. «La han rechazado y han solicitado que se rebajaran dos días lectivos respecto a la propuesta de la Junta», incidió el secretario general.

Los sindicatos pidieron a la Junta aclaraciones sobre la norma estatal a la que hace referencia. Pilar Gredilla, de Anpe, explicó que durante la reunión se enteraron de que la Junta no consideraba lectivos los días de septiembre destinados a los exámenes extraordinarios de Secundaria, por lo que no aceptaron su propuesta. Pero insistió en que esta situación «no se ha producido solo por el calendario»: «Queremos negociar, no solo que nos informen de las cosas, además en un curso tan atípico».

«El calendario está hecho para un curso cien por cien presencial, con lo que estamos de acuerdo, pero tenemos que negociar otras muchas cosas como las medidas organizativas de los centros o contar con un plan de digitalización», apuntó. Una opinión compartida por el resto de compañeros de las organizaciones sindicales. Isabel Madruga, de CSIF, consideró que «la postura de inflexión» de la Junta respecto al calendario fue lo que les llevó a tomar la decisión de levantarse de la mesa, después de no avanzar nada y reclamó que el calendario se presentará junto a un «plan de vuelta segura a las aulas».

También Cristina Fulconis, de Stecyl, fue crítica con la Consejería de Educación, «porque no entiende que con quien se tiene que negociar es con los sindicatos», al igual que Beatriz García, de UGT, que incidió en que llevan todo el curso reclamando mesas sectoriales con «contenido y negociación». Por su parte, Elena Calderón, de CCOO, acusó a la Consejería de «despreciarles».