Un triplete del colombiano Carlos Bacca acompañado por un tanto de Gerard Moreno plasmaron la efectividad del Villarreal, lo que unido a la superioridad numérica en el segundo tiempo, le dieron la victoria en un encuentro que el Sevilla dominó durante el primer periodo, pero que se le escapó en cuatro minutos al principio de la reanudación con el segundo tanto local y la inmediata expulsión de Diego Carlos.
Aunque el partido llegó al descanso con 1-0 en el marcador, todo hacía pensar que el Sevilla, protagonista de la primera mitad, iba a encontrar la posibilidad de neutralizar la desventaja, pero no fue así, porque el Villarreal aprovechó casi todas sus oportunidades y mediado el segundo periodo ya ganaba por 3-0, antes de que poco después llegara el cuarto tanto local.
El inicio del encuentro fue completamente del Sevilla, que encerró al Villarreal en su parcela en una fase del juego en el que fue capaz de crear numerosas ocasiones de gol ante la meta de Sergio Asenjo, mientras los jugadores del equipo local apenas encontraban vías para salir en dirección a la meta rival.
Las llegadas, sobre todo por la banda derecha, del Sevilla eran constantes y peligrosas y no daban opción al rival, que hasta el ecuador del primer periodo no llegó a la meta de Bono, aunque cuando lo hizo nunca fue con la intensidad con la que lo había hecho el conjunto sevillano.
El Villarreal recuperó poco a poco el pulso del encuentro y en el minuto 34, un córner lanzado por Parejo fue cabeceado con autoridad a gol por Carlos Bacca.
A partir del gol, el Villarreal se mostró más suelto que antes, pero el Sevilla volvió a jugar cerca de la meta local y dispuso de alguna opción de peligro, aunque no con la misma intensidad que la mostrada en el tramo inicial del encuentro cuando su superioridad había sido absoluta.
La segunda parte dio comienzo con el segundo tanto local, también marcado por Carlos Bacca al desbordar al meta Bono tras un buen pase de Gerard Moreno, lo que supuso el segundo tanto local en un partido en el que el balance entre ocasiones y goles le era muy favorable y tras el que, casi de inmediato, llegó la expulsión por doble amonestación del central visitante Diego Carlos.
El partido había cambiado por completo, ya que el Villarreal había logrado reenfocar el partido gracias a su efectividad y con la ventaja de la superioridad numérica, por lo que el conjunto de Unai Emery se dedicó a tratar de mantener la posesión del balón como objetivo central.
Con este escenario, el partido perdió ritmo porque el equipo al que le interesaba que lo tuviera, el Sevilla, encontraba muchas dificultades para hacerse con el balón, que casi siempre estaba en posesión de los centrocampistas locales, muy bien apoyados por sus centrales, por lo que apenas se acercaba a la portería de Asenjo.
Con muchos minutos por delante, el partido solo añadió a su historia los dos últimos tantos locales marcados por Gerard Moreno y Carlos Bacca.