La UVa pide acelerar la reducción de emisiones contaminantes

D.V.
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Un estudio de la Universidad de Valladolid concluye que para neutralizar los gases de efecto invernadero en 2050 hay que reducir las emisiones 20 veces más rápido

Imagen de archivo de contaminación en la ciudad de Valladolid.

Frenar el avance del cambio climático es una de las prioridades a nivel internacional, un objetivo en el que se han implicado todas las administraciones a través de la creación de políticas medioambientales. En este contexto, investigadores del Grupo de Energía, Economía y Dinámica de Sistemas (GEEDS) de la UVa, en colaboración con técnicos del Ayuntamiento de Valladolid, han elaborado una metodología novedosa que permite suplir la falta de fuentes de datos estadísticos detallados y precisos para la toma de decisiones. Su trabajo concluye que alcanzar la neutralidad de gases de efecto invernadero en 2050 requiere reducir las emisiones veinte veces más rápido que lo que se está haciendo en la actualidad.

El análisis combina diferentes perspectivas para analizar tanto los flujos de energía que "entran" en la ciudad como estimaciones del consumo energético realmente imputable a la población en sus actividades privadas. El segundo propósito de la investigación es "validar una herramienta sencilla que pueda utilizarse en otras ciudades y pueblos". "El uso de factores como los propuestos son habituales en la literatura científica y también en documentos técnicos institucionales. Nuestra contribución está en discutir la validez de dichos factores para cada caso y utilizarlos de forma coherente. Por otro lado, también hacemos algunas aportaciones sobre metodologías 'bottom-up' (de abajo a arriba) que son muy habituales, pero a las que encontramos limitaciones a la escala que las utilizamos", concreta Gaspar Manzanera, técnico del Ayuntamiento de Valladolid y colaborador del GEEDS, informa Ical.

El informe, según recogen desde la Universidad en un comunicado difundido por Ical, destaca la gran dependencia de los productos energéticos derivados de combustibles fósiles: el petróleo y el gas natural representan entre el 70 y el 78 por ciento de las fuentes de energía primaria. Sin embargo, las energías renovables siguen teniendo un papel limitado, representando menos del 5 por ciento a pesar de la tendencia creciente en su consumo. 

Si se comparan estos datos con los resultados obtenidos para Madrid y Valencia, encontramos que Valladolid presenta un consumo de gas natural per cápita mucho más elevado que las otras dos ciudades, lo cual podría deberse a la presencia de una gran industria y un número mucho menor de habitantes. Por otro lado, el consumo de petróleo por habitante también es significativamente superior en Valladolid. Las causas principales de este alto consumo de petróleo parecen ser la falta de ferrocarriles como modo de transporte público y la ubicación de Valladolid en la A-62, importante corredor de mercancías. Por último, Valladolid presenta una situación mejor que las otras dos capitales de provincia en cuanto a las energías renovables, probablemente por la existencia de instalaciones de calefacción urbana de biomasa.

Si la comparación se establece teniendo en cuenta el consumo de energía primaria per cápita en España y en Valladolid, se aprecia un consumo un diez por ciento superior en esta ciudad. La principal diferencia es el consumo de crudo mayor en España por los modos de transporte aéreo y marítimo, y un consumo de gas natural más elevado en Valladolid por las necesidades de calefacción (el clima en invierno en Valladolid es más frío que en otros puntos del país) e industriales.

En segundo lugar, se aprecia una clara vinculación entre consumo de energía y actividad económica. Durante el periodo analizado (2010-2019), en el que se aprecia una tendencia a la disminución poblacional en Valladolid, el consumo de energía aumentó desde 2015 coincidiendo con un periodo de recuperación económica. De esta forma, el consumo total de energía final en 2019 y las emisiones de GEI derivadas del consumo alcanzaron niveles muy similares a los de 2010 y, de la misma forma, adoptando la curva forma de U.

Estudios previos confirman que la huella energética primaria total en 2008 en España era casi un 35 por ciento mayor que la demanda total de energía primaria (con una tendencia creciente desde 1995). De esta forma, podemos concluir que el análisis realizado con los datos disponibles presenta una infraestimación. 

Por todo ello, "para alcanzar los objetivos planteados para la mitigación del cambio climático, es necesario adoptar medidas contundentes para comprender y transformar las actividades consumidoras de energía a nivel local. Y, por tanto, cada ciudad, sea cual sea su tamaño, debe adoptar las medidas necesarias, reconociendo que estas deben ser puestas en marcha de forma coordinada por todos los niveles institucionales relevantes, especialmente los municipales, muy limitados por las competencias institucionales y el presupuesto disponible", concluyen los investigadores.