«Lo primero es controlar lo controlable. Porque hay mucha incertidumbre y es imposible controlarlo todo». Rian Butcher ha llegado a la Presidencia del SilverStorm El Salvador en plena pandemia. El 15 de abril fue confirmado como relevo de Santi Toca, aunque el cambio ya estaba previsto antes de que la covid-19 llegase a España. «Ha sido una llegada complicada, pero con un buen plan se facilita todo. Tengo un equipazo, es buena gente, tiene ganas y hace que la máquina funcione sola», añade.

Por eso su proyecto y el del grupo de trabajo que le acompaña, con Fernando Pérez y María Morán como vicepresidentes, y muchos otros que llevan años en el club, no ha variado: «No hemos cambiado la estrategia. Ya lo teníamos pensado antes de la pandemia». El proyecto pretende centrarse en cinco áreas: Evolución, Nuevos Proyectos, Sostenibilidad, Acción Social y Orígenes, que conforman de el acrónimo ENSAyO.

Dentro de él, la apuesta por jugadores de la casa va a ser importante, lo que va a permitir reducir el apartado presupuestario en un 30%: «Solo el hecho de no tirar de tantos extranjeros nos ha ayudado con el tema económico». Sin desvelar la cantidad global, esa bajada va a hacer que muchos jugadores de la cantera suban al primer equipo, aunque Butcher deja la puerta abierta a incorporaciones foráneas, siempre que «sean líderes y aporten dentro y fuera del campo».

Aunque Butcher es el CEO de SilverStorm, asegura que las negociaciones del patrocinio no las comanda él. Y va más allá: «SilverStorm va a seguir, pero mi objetivo es quitar la necesidad de un primer patrocinador. No quiero la dependencia en un solo patrocinador». El club ya prepara incluso su campaña de abonados, en función de cuando empiece la Liga.