El auge de la demanda de productos ecológicos entre los ciudadanos es imparable y, lógicamente, esa demanda obtiene respuesta por parte de los productores, que no hacen sino llevar a los comercios y supermercados lo que la gente quiere comprar. Así, en los últimos cinco años ha habido un incremento medio anual del 4,8% de la superficie dedicada a este modelo de producción y en 2020, a pesar de la pandemia, esa cifra fue del 3,5%.

El ministro de Agricultura, Luis Planas, ha considerado que, «un año más, estamos ante unos datos muy buenos, que muestran el liderazgo del sector ecológico español». De hecho España, primer país europeo en superficie y producción ecológica y el tercero del mundo -solo por detrás de Australia y Argentina-, está en disposición de poder cumplir en 2030 el objetivo, fijado en el Pacto Verde europeo, de destinar un 25% de las tierras agrícolas a la producción ecológica, en línea también con la agenda de transformación ecológica de este Gobierno, ha subrayado el ministro.

La mayor parte de la superficie eco correspondió a pastos permanentes, con más de 1,27 millones de hectáreas, seguida por cultivos permanentes (662.423 hectáreas), entre los que destacan el olivar, los frutos secos y el viñedo, y por cultivos arables (502.075 hectáreas), según el estudio del Ministerio ‘Producción Ecológica 2020’. La producción animal se mantuvo estable, con una ligera variación (un 1% menos respecto al año anterior), quedándose en 7.732 explotaciones ganaderas. Sin embargo, esta reducción en el número de explotaciones no ha implicado un descenso en la cantidad de cabezas, que crece, especialmente en el caso del porcino (17%), pero también en el ovino (7%), caprino (15%), bovino de leche (10%), gallinas de puesta (12%) y aves de carne (5%).

Aparte del aumento detectado en el número de productores agrarios (un 6% más), también crecen los establecimientos industriales (un 8%) y los comercializadores (8%) debido a la demanda.