Javi Baraja: «La cantera está dando frutos desde hace mucho»

M. Belver
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Entrevista a Javi Baraja, entrenador del Promesas

Javi Baraja: «La cantera está dando frutos desde hace mucho»

Ilusionado, con las ideas claras, con el objetivo del club por bandera y con la marca Valladolid metida entre ceja y ceja. Javi Baraja arranca este domingo un nuevo proyecto como primero, al frente del Promesas tras brillar con el Cadete y el Juvenil.

¿Ilusionado, motivado, con muchas ganas... cómo afronta la que será su temporada de debut como entrenador en Segunda B?

Ahora mismo con ganas. Después de seis semanas de pretemporada, estamos todos con ganas de empezar y ver el nivel que va a dar el equipo. Y esperanzado con hacer un buen año y que la progresión de los chavales sea la mejor posible para que cuanto antes estén arriba, que es de lo que se trata.

Porque, ¿el objetivo es formar futbolistas?

Sí. El primer objetivo es que el jugador que tenga que subir al primer equipo esté preparado de manera inmediata y después evidentemente juegas en una competición, tienes que competir e intentar ser mejor que tus rivales pero lo importante es el crecimiento individual y luego el grupal.

¿Por qué luego se le pide a un filial resultados?

Porque al final te metes en dinámicas de exigencias clasificatorias. Para que el salto del filial al primer equipo no sea tan grande si la categoría es menor. Manteniendo al filial en Segunda B creo que el salto es inferior.

Hay 2-3 jugadores que pueden estar a caballo entre filial y primer equipo...

Entendemos nuestro papel y sabemos que el club es el que marca la línea a seguir. El que está en el primer equipo es porque tiene un nivel superior y si bajan va a ser un regalo, porque el nivel ya está demostrado y si tienen que jugar en el filial, yo encantado.

¿El estilo de juego del filial depende del primer equipo?

Este año vamos a seguir esa línea. El primer equipo juega con un 4-4-2 y la idea es que podamos trabajar así. Además, se asemeja bastante a lo que vengo trabajando. Pero esa es la idea, para que el jugador que suba tenga unos conceptos similares o lo más parecido posibles.

Entrenan y jugarán en hierba artificial, ¿le gustaría hacerlo alguna vez en el estadio?

Me gustaría como premio para los chavales porque el escenario es diferente. Pero donde entrenas a diario y trabajas es en los Anexos y el jugador ya está hecho a ello. Es verdad que este campo da muchos puntos pero no me preocupa si es natural o artificial. El balón rueda igual y lo que funciona es tu cabeza más que el campo.

Hace tres años no estaba en el club y este domingo arranca su primera temporada en el filial...

Tuve la experiencia de segundo con Miguel Ángel Portugal, salí del club y tuve otra con mi hermano, de segundo. Eso me valió, aparte de para diseñar el plan de acción como entrenador, para darme cuenta que quería ser primero. Y tras alguna reunión con Carlos Suárez, porque Miguel Ángel Gómez no había llegado aún, cuando se reestructuró la parcela del Área Deportiva, Miguel Ángel me propuso entrenar al Cadete y a partir de ahí la progresión a nivel individual como entrenador ha sido muy buena. Es cierto que ha habido una apuesta del club porque fuese creciendo y luego he tenido la suerte de tener dos grupos muy buenos de chavales que han dado un rendimiento altísimo y que ayudan al míster a seguir creciendo. Ahora mismo me centro en el filial. Sé que es un paso importante en mi carrera y sé que es importante coger experiencia en una categoría donde la exigencia es mayor, pero me lo tomo como reto y como disfrute. Entreno porque me gusta y es mi pasión, y me gusta estar en el verde.

4-4-2, presión alta, salida desde atrás... ¿qué le gusta?

Me gusta que mi equipo sea protagonista con balón, pero soy consciente de que la categoría tiene ciertas limitaciones para eso y trabajamos para que el equipo tenga suficientes respuestas en función de lo que te proponga el rival y de tus circunstancias para solucionar momentos del partido en el que tengas dificultades. A partir de ahí, tanto protagonista con balón como con mucha intensidad sin balón, que es lo que pretendemos todos los entrenadores, otra cosa es que salga así. En los dos años que llevo de entrenador esas han sido las características y pretendo que el filial tenga esas señas de identidad.

Ha dirigido cadetes, juveniles y ahora el filial... ¿la cantera está empezando a dar frutos?

Yo creo que la cantera está dando desde hace mucho tiempo. El problema es que nos ha costado mucho darnos cuenta de que el jugador de la cantera, que llega de la base y de la formación, puede tener su espacio en el primer equipo. Creo que se está trabajando bien, que se está empezando a dar importancia a ciertas cosas a nivel formativo que van a dar sus frutos en breve y espero y deseo vivirlos como técnico.

Aunque no hablemos de nombres, sí ha llamado la atención la marcha de un buque insignia de la cantera, Mario.

Mario ha dado un rendimiento altísimo. El crecimiento en el filial ha sido brutal. Creo que es un jugador que podía haber tenido su espacio, pero el fútbol va muy rápido y los jugadores pasamos, como hemos pasado muchos, y el fútbol sigue en Valladolid. Él está ilusionado por la nueva etapa, creo que el club le ha ayudado a que cumpliese lo que pretendía y seguro que va a tener éxito. Ojalá, como otros casos, que vuelva o que nos enfrentemos al máximo nivel, porque eso querrá decir que el chaval ha tenido una formación adecuada estos años.

¿Qué prefiere, tener en marca a tres Promesas en el primer equipo o mantener al equipo en la categoría?

Se pueden dar las dos cosas. Si estamos trabajando bien tendrán el mérito de subir al primer equipo y tiraremos de juveniles. El objetivo es que el primer equipo tenga jugadores y para eso trabajamos. 

¿Se ve entrenando en un futuro al primer equipo?

Hasta el momento, aunque suene raro, entreno porque me gusta, no con miras a entrenar al primer equipo. Me gusta, es mi pasión, me gusta aprender, me he rodeado de un cuerpo técnico que me hace crecer y al que ayudo a ver una visión de fútbol diferente a la que tenían. No me obsesiona el hecho de entrenar al primer equipo, ni a nivel profesional, aunque me pueda gustar dentro de mi carrera.